Prólogo | Recuerdo y pesadilla.

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Me sentía desesperada

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Me sentía desesperada. Me encontraba en el medio del salón de mi casa. Estaba amaneciendo, por lo que no entraba mucha luz por las ventanas.

Voy hacia el interruptor de la luz y cuando lo presiono para que se enciendan las luces, estas no prenden. Genial. Escucho ruidos de la parte superior de mi casa, me dirijo hacia allí por las escaleras y al pasar por el espejo de la habitación de mi madre, veo el reflejo de una niña de nueve años, con dos trenzas largas a los costados y un vestido rosa pastel hermoso. Esa niña era yo. Me distraigo un rato mirándome en el espejo, alisando mi hermoso vestido amarillo para que quede perfecto hasta que empiezo a sentir un olor fuerte y nauseabundo que salía de alguna de las habitaciones de la primera planta. Claramente, algo extraño estaba pasando aquí.

Vuelvo a escuchar ruidos y ahora logro identificar que vienen del baño ubicado a la derecha de mi habitación. Me dirijo hacia allí y al abrir la puerta, lo primero que veo es sangre. Mucha sangre. Por todo el piso. Luego identifico una sombra que se dirige hacia la bañera, donde se encuentra una mujer con el pelo negro por toda su cara. Se la ve sin vida. Me acerco, le corro los pelos de la cara para poder ver quién es y me llevo la gran sorpresa de que esa mujer es mi madre.

Automáticamente empiezo a gritar. Desesperada y nerviosa, empiezo a analizarla para ver de dónde sale tanta sangre, y descubro que se ha cortado las venas de ambas muñecas. Está fría y pálida, como si hubiera muerto hace bastantes horas. Entro en shock por no sé cuánto tiempo. De lo último que soy consciente es de mi tía cargándome en brazos y repitiendo, una y otra vez, que todo va a estar bien.

Cuando salgo totalmente del shock, grito que quiero a mi mamá y que no puede estar muerta. Mi tía me mira apenada y me dice que todo va a estar bien, que juntas vamos a superar esto. La verdad es que no  creo en sus palabras, no sé cómo voy a estar bien siendo una niña de 9 años que acaba de perder a su mamá y que no tiene papá, así que continúo gritando, llorando y queriendo llegar hasta mi madre, pero por más que lo intente, no puedo y veo su cuerpo yacido cada vez más lejos.


 La verdad es que no  creo en sus palabras, no sé cómo voy a estar bien siendo una niña de 9 años que acaba de perder a su mamá y que no tiene papá, así que continúo gritando, llorando y queriendo llegar hasta mi madre, pero por más que lo intente...

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Versión Original.


Abby y su madre:

Aquí tenemos la primera parte de esta historia! Espero que la disfruten tanto como yo disfruto escribirla

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Aquí tenemos la primera parte de esta historia! Espero que la disfruten tanto como yo disfruto escribirla.

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