Abby siempre se sintió diferente al resto. Desde la muerte de su madre podía detectar cuando algo extraño, no necesariamente malo, estaba por suceder.
Al terminar la secundaria, en plenas vacaciones, se une a un un viaje con sus amigos de casi toda...
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Cuando anocheció, comimos. Estábamos todos en silencio, pensando en el día de hoy. Primero, por la mañana, había aparecido Anna amenazando a mis amigos; luego, por la tarde, Anna nos había estado siguiendo a Lion y a mí. Incluso nos había robado las toallas. ¿Para qué querría un espíritu, o lo que sea que ella fuese, un par de toallas? Es algo ilógico, no es como si se bañara ¿o sí? Ya nada se siente seguro, hasta lo más ilógico puede transformarse en algo lógico.
Nadie comentaba nada, por lo que el único ruido que se escuchaba era el de los cubiertos chocando con los platos. Ni siquiera nos atrevimos a comer alrededor de la fogata, si no que cenamos en el piso de la cabaña. Dentro, tal vez, sentíamos un poco más de seguridad que estar al aire libre. Sin embargo, a su vez sabíamos que ningún lugar era seguro. Anna había podido entrar a la cabaña y tomar el control de cualquier cosa, cómo también hacía lo que quisiese en el exterior.
Al momento de dormir me sorprendí al ver que Nathan se acostaba en la misma cama que yo dormía.
—¿Qué haces? —interrogué.
—No hace falta decir que voy a dormir contigo. No vaya a ser que a la noche te escapes. Te conozco y sé que sos capaz de escabullirte o de al menos intentarlo para buscar esas respuestas a las preguntan que rondan por tu cabeza; no olvides que he vivido contigo durante varios años, te conozco tanto como la palma de mi mano —replicó.
Asentí molesta. Que me conociera bien no era algo que me estuviera gustando justo ahora. Ese iba a ser mi plan, salir en busca de respuestas durante la noche mientras todos dormían y volver antes de que amanezca. No sabía por dónde empezar. Supongo que intentar contactar a Anna era un buen comienzo. Sin embargo, al parecer, iba a tener que cambiarlo. Incluso la técnica para que nadie supiera con antelación qué iba a hacer. Aunque, ¿cómo iba a cambiar la técnica si anteriormente no estaba usando ninguna? ¿Cómo iba a escaparme de ellos por un rato sin que lo notaran si estaban siguiendo cada movimiento que se me ocurría realizar?
No solo mi primo durmió conmigo en la cama, sino que Dylan pegó la suya al lado izquierdo de la mía. Al principio, Dylan y Lion discutieron para ver quién iba a dormir a mi lado. Su discusión tardo alrededor de media hora; finalmente, Dylan logró ganarle a Lion, haciendo que este, de mala gana, se coloque a mis pies. Seguía sin entender que pasaba entre los dos, el porqué de su nueva rivalidad.
Callie y Sophie dormían en las camas de arriba nuestro mientras que Jason y Evelyn se encontraban acostados a la derecha de Nathan.
Todos estaban alrededor mío, de manera que si quería salir por algún lado iba a tener que pasar por arriba de ellos y despertarlos. Sí que lo habían pensado bien. Carajos. No iba a ser nada fácil librarme de ellos. Seguía sin saber qué hacer y hoy mi cabeza no estaba desarrollando buenas ideas.
