Otro día en la escuela

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Pov normal

Las clases comenzaron a transcurrir lentamente como de costumbre hasta que llegó la hora del almuerzo en la cual todos se dirigieron al parque del colegio como rayos.

-Hola Ash-saludó un chico rubio detrás de él ya que no había tenido oportunidad antes.

-Hola Clemont- respondió mientras caminaba hacia el lugar donde solían almorzar- al fin es viernes -continuó para no matar la conversación.

-Solo un par de horas más y terminamos la semana. ¿Por cierto, hiciste el trabajo de historia?

-Trabajo de historia? - dijo confuso a lo que su compañero respondió clavándole la mirada con preocupación- era broma- rio alegremente haciendo suspirar a su amigo.

-No tienes remedio...-

-Hola chicos- los saludo la joven de ojos celestes y pelo color miel mientras se dirigía hacia ellos

-Hola Serena- respondieron ambos ya sentados bajo la sombra de un frondoso árbol, todavía no se acostumbraban a su drástico corte de pelo.

Serena se sentó delicadamente sobre la verde hierba con signos de cansancio y se dispuso a comer su sándwich. Ambos chicos la miraron extrañados hasta que Clemont decidió hablar.

-Ha pasado algo Serena?

-Por qué lo dices?

-No lo sé, estas actuando algo extraño, es común que Ash llegue tarde-

-Oye...-interrumpió Ash un poco "dolido" por lo que pensaba su amigo, pero sabiendo que era verdad

-Pero tu sueles ser la primera en llegar

-*suspiro* no me hagas hablar de ello, ya lo descubrirán en la siguiente hora.

Ash y Clemont quedaron intrigados, pero por la cara de Serena decidieron no seguir preguntando y disfrutar su almuerzo hasta que la odiada campana volvió a sonar dejando al parque nuevamente vacío.

En las aulas

-Buenos días alumnos, como sabrán soy el nuevo profesor de biología, el profesor Agustine Ciprés-

En ese instante todas las miradas se dirigieron a Serena quien se encogió en el asiento deseando que la tierra la tragara. Ash aprovechando que estaba sentado atrás suyo comento

-No sabía que tu padre daría clases aquí.

-Calla- ordeno Serena cortante.

La clase dio inicio en un ambiente incómodo para algunas personas, pero finalmente acabaron, dando comienzo al fin de semana para los que no pertenecían a algún club.

-Puede haber algo más vergonzoso que tu padre siendo tu maestro saludándote cada vez que se encuentra contigo y lanzando mirada asesina a cada chico que se te acerca a menos de un metro!!, por qué tu abuelo tenía que jubilarse? –se quejó Serena mientras recogía sus cuadernos.

- Ya era hora, ha trabajado como profesor por más de cuarenta años-respondió Ash a modo de excusa.

-Serena ya me voy para casa, ¿vienes? -preguntó Ciprés asomándose por la puerta del aula.

-No papá, hoy tengo horas extra por el club de diseño y costura –respondió un poco molesta.

-Quieres que te pase a buscar luego?

-Puedo ir sola, como en los últimos tres años.

-Está bien, te espero en casa. Recuerda que tu madre quiere que llegues temprano para entrenar con Righon.

Hubo un pesado suspiro por parte de Serena y seguido un incómodo silencio que duró hasta que el profesor se fue.

-Odio que me trate como a una niña, ya tengo 15.

-Al menos tienes un padre –comentó Ash en un tono melancólico.

Otro incomodo silencio se produjo, pero esta vez fue Clemont quien lo rompió.

-Creo que debería irme.

-Te acompaño.

-Hasta la próxima- saludó Serena un poco apenada por la reacción de Ash.

Sus dos compañeros se despidieron de la misma manera y bajaron hasta la entrada de la institución.

-Hasta que apareces- dijo Dawn, que lo estaba esperando, pero al ver la cara de su hermano decidió dejar las quejas para otro momento.

-Ahora que lo pienso mi casa queda para el otro lado que la suya, no es necesario que me acompañen.

-No, está bien, tu casa queda cerca de aquí.

-En realidad tengo que ir al gimnasio de papá que queda un poco más lejos.

-Te acompañaremos hasta tú casa, ¿queda de pasada no? - respondió esta vez Dawn mientras caminaban.

-Por mí no hay problema-dijo finalmente Clemont.

-Ash pasa algo? - pregunto la joven de cabello azabache preocupada el ver a su hermano muy callado.

-Ehh?! ¿Por qué? - dijo cambiando de ánimo- No pasa nada, Clemont ¿cómo está tu hermanita?

-Ahmm... ella está bien, debe estar en casa en estos momentos cepillando a nuestro hámster, tiene una obsesión por ese pobre animalito.

-Debería venir a ver a nuestro gato entonces, ama que lo acaricien-dijo Dawn tratando de participar en la conversación.

-Dawn como te está yendo en la escuela? Aunque sea mitad de año, estas en primero ¿cierto?

-Sí, me está yendo de maravilla, incluso tengo un amigo de la primaria

-Un amigo he? - comentó Clemont codeando a Ash porque sabía que a este le molestaba mucho el tema.

-Es SOLO un amigo –dijo Ash manteniendo la calma.

-Yo digo nomas- siguió Clemont- bueno, aquí nos separamos, que tengan un buen día

-Adiós

-Hasta pronto – saludaron los hermanos antes de montar sus bicicletas que hasta ahora habían sido llevadas a su lado.

Después de un rato de andar Dawn se animó a hablar

-Ash, podrás engañar a tus amigos con tu "buen ánimo" pero deja de fingir conmigo, seré tres años menor que tú, pero me doy cuenta cuando estas mal, dime, es por papá cierto?

Ash estaba un poco sorprendido por la acertada deducción de su hermana, así que sonrió dejando ver su tristeza.

-La verdad es que sí, es por papá. Ayer mamá dijo que fuera a buscar algo a su habitación, sabes que no nos deja entrar demasiado, pero esta vez estaba ocupada, entré abrí el cajón de su escritorio, saqué la carpeta que me pidió y me llamó la atención un sobre que decía mi nombre, lo tomé para ver que era y vi otros, al frente del sobre decía, para: mi pequeño Ash de: Simón Kechum.

-Papá?¡¡¡- dijo Dawn sorprendida frenando su bici, haciendo que Ash también frenara y continuaran a pie.

-La verdad es que ya había terminado el trabajo de la escuela, pero lo usé como excusa para poder abrirlos sin ser molestado, por eso me acosté tarde ayer- un sentimiento de culpa invadió a Dawn al recordar lo sucedido esa mañana.

-Lo siento.

-No importa, ya tengo la mala fama –sonrió- lo había olvidado con la corrida matutina.

-Piensas decirle algo a mamá?

-No lo creo, espero que no se dé cuenta que no están.

-Donde las dejaste?

-Las guardé en la mochila, si las dejaba en la habitación probablemente las hubiera encontrado.

-Bien pensado Ash, estoy orgullosa de ti- comentó Dawn tratando de animar la situación- ahora apuremos nos sino mamá llamará a la policía porque pensará que nos raptaron.

-Tienes razón –respondió riendo y ambos se apresuraron hablando de otros temas.

Pokemón auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora