Pokemón au

Primos

El almuerzo pasó, al igual que los estudios y llegó la hora de partir...

-Fue lindo volver a encontrarnos -comentó la pelirroja desde el marco de la puerta.

-Ojalá vuelvas a visitarnos -respondió el azabache.

-Ya me debo ir, si necesitas algo no dudes en llamar- le sonrió

-Por supuesto. Adiós Misty.

-Adiós Ash- finalizó con un abrazo antes de marcharse.

La semana comenzó a marchar tan lenta como siempre, se peleó con Iris, rio con Dawn, estudió con Serena y Clemont, venció a Gary en una partida de LOL y allí estaban, en esa cena familiar de viernes, el único momento de la semana en la que Gary pasaba tiempo con sus padres.

-¿Y Gary como te fue en la escuela?- preguntó entusiasmada Samanta.

-Bien mamá, igual que siempre-respondió sin emoción a la mujer de ojos verdes y cabello castaño.

-Vamos, algo nuevo debió haber pasado-insistió ella.

-Realmen- iba a continuar, pero fue interrumpido por el más anciano de la familia.

-Recibí una noticia de Caroline- anunció- dice que norman decidió tomarse una semana de descanso y vienen para acá aprovechando el fin de semana largo.

Los ojos de Dawn brillaron al escuchar que su única y adorada prima vendría a visitarlos durante una semana, y este acto no fue desapercibido por su madre.

- ¿Dónde se quedarán a dormir?

-Aquí en casa

-Entonces los niños podrían quedarse a dormir en nuestra casa- invitó Delia

-Supongo

-Gracias mamá- la abrazó Dawn emocionada.

La cena siguió su transcurso normal y al cabo de unas horas todos regresaron a sus respectivas casas.

El fin de semana a Dawn le pareció eterno ya que esperaba con ansias la llegada de sus familiares, en cambio a Ash le pareció que era muy poco, no por no querer ver a sus parientes si no por tener que volver a la escuela.

-El lunes llegó finalmente¡¡¡-exclamó Dawn al volver de la escuela-Mamá ¿ya nos vamos?

-En un segundo- respondió mientras decoraba un pastel.

- ¿Ahora?

-No

- ¿Ahora?

-NO

-Y ¿ahora?

- ¿Por qué no vas a decirle a tu hermano que se prepare? - sugirió la castaña tratando de conservar la paciencia.

-¡¡¡Ash!!! - gritó frente a la puerta de la habitación del hermano – Apresúrate, apresúrate, apresúrate -repitió tratando de que fuera más deprisa.

-Eres bastante molesta cuando te lo propones sabes-respondió de la misma manera el azabache del otro lado de la puerta.

Al salir la miró de pies a cabeza y pregunto

- ¿Y tú no piensas cambiarte?

En ese instante la azabache de ojos azules se dio cuenta de que efectivamente llevaba el uniforme del colegio. Corrió como rayo a su habitación y como por arte de magia salió de la misma manera ya vestida con su vestido negro de falda rosada hasta mitad del muslo, unas calzas oscuras, unas botas y un gorro.

- ¿Ya están listos? -preguntó la de ojos marrones mientras salía con un pastel en las manos.

Los tres subieron al auto, Delia dejó el alimento que traía en manos de su hijo mayor y condujo hacia la casa de su padre.