Que te pasa Ash

194 15 2
                                    

Pov Serena

Me encontraba durmiendo plácidamente en mi blanda y calentita cama, hasta que una alarma decide arruinar mi perfecto sueño, pero decidida a seguir en mi atmosfera de armonía y paz la apagué y volví a acomodarme.

Al parecer, el mundo se pondría en mi contra, como todas las mañanas que debía ir a la escuela; medio dormida escuché un batir de alas y para cuando quise reaccionar ya era demasiado tarde, vi como la paloma de mi madre se abalanzaba sobre mí y sentí sus tan conocidos picotazos en mi cabeza, no sé cómo mamá lograba adiestrar a los animales de esa forma.

-Fletchling!!!-Solté un grito para que el ave me dejara en paz pero no se fue hasta que me levanté de la cama- ¡¿Contento?! -pregunté molesta y el ave se fue cantando.

Me cambié y bajé las escaleras hacia la cocina, de dónde provenía un exquisito aroma a comida de mamá, pero eso no quitaría el mal humor que me daba el ser despertada por picotazos.

-Hasta que despiertas- dijo mi madre al verme bajar y la miré con cara de pocos amigos- No te pongas así, mira, cociné waffles especiales para empezar bien la semana- trató de animarme, pero no logró demasiado.

-Papá sigue dormido ¿cierto?

No respondió, pero con su expresión incomoda y la gota de sudor que cayó de su cara pude suponer que estaba en lo cierto.

-Es que el terminó tarde unos trabajos- intento excusarlo.

Traté de no darle mucha importancia y me concentré en los deliciosos waffles que solo mamá sabía hacer, ya que tenía razón en decirme que debía comenzar bien la semana o no imaginaba como iba a terminar.

Luego de desayunar tranquilamente ya con mejor humor preparé todo lo que iba a llevar al colegio y cuando estaba por salir bajó Agustine.

-¿Serena? ¿Ya te vas? ¿No quieres que te lleve?- me preguntó.

-...No quiero volver a llegar tarde.

Tomé la bicicleta de Vera, mi madre y me dirigí como, acostumbraba a hacer, al colegio. Estábamos entrando en otoño, los árboles se estaba tiñendo poco a poco de naranja, rojo y marrón, el viento se volvía cada día más frio y cada mañana era más oscura que la anterior. Llegue a la escuela quince minutos antes del timbre, por lo que tuve tiempo de acomodarme.

Mis pensamientos me estaban jugando una mala pasada, ya habían pasado algunas semanas del comentario de Ash (en el capítulo II "Otro día en la escuela"), pero desde ese entonces lo notaba extraño, como más pensativo y no podía dejar de sentirme culpable, si yo no hubiera dicho ese comentario quizá...

-Hola Serena, al fin llegas temprano- me sacó de mis pensamientos Clemont.

-Es porque vine sola- contesté un tanto cansada de la situación.

-¿El profesor Ciprés llega tarde?

-No creerías cuánto. Por cierto Clemont ¿lo de química era para hoy?

-QUE?!!! Tienes razón!- dijo y se puso a hacerla tarea a toda velocidad.

Seguí divagando en mis pensamientos un rato más hasta que el timbre sonó, casi al mismo tiempo que Ash entró.

Así transcurrieron las clases, lentas y agotadoras, ese día además nos entregarían la nota de algunos exámenes, me sorprendió que mi amigo azabache sacara buena nota en esa materia que tanto le costaba, lo más extraño es que solo sonrió y siguió como antes. Finalmente llegó la hora de irse, al parecer otro día iba a pasar sin que yo pudiera charlar con Ash de lo que le pasaba, pensé, pero mi suerte sería otra. Clemont debía pasar a buscar a su hermana, así que se fue como un rayo y Ash debía esperar a su hermana a la que le habían asignado limpiar el salón. Era mi oportunidad.

-Ash, te veo muy distraído, ¿pasa algo?- él nombrado se sorprendió, como si un hubiera notado mi presencia.

-Ah... no pasa nada Serena.

- Si es por lo que dije la otra vez lo siento mucho, no fue mi intención hacerte sentir mal- dije casi suplicante y el me miró muy confuso.

-No sé de lo que hablas- susurró riendo nerviosamente- Pero no es por nada de lo que dijiste, es solo que...- lo miré atenta, me preocupaba lo que le sucedía- es un tema complicado... con mi familia- terminó finalmente.

Se veía bastante afectado así que decidí no seguir preguntando y cambié drásticamente de tema.

-(por si no se nota que es letra cursiva pondré*)que digo?... un chiste? No, me terminaría riendo sola, como está su madre? No, dijo que tenía un problema familiar, si lo tiene con ella voy a morir; que digo Que digo!?*...Ahora que es otoño todo se está poniendo rojo, cómo tu color favorito ¿cierto?* pesimooooo*-

-Ah... si(?

-Vi que te sacaste un nueve en matemáticas, la materia que más te cuesta- comenté animadamente.

-Ah, sí, eso... es que una amiga me ayudó a estudiar- rió un poco más animado.

-A-amiga- pensé. Sí, estaba un poco molesta y si, eran celos- y como se llama ella si se puede saber- pregunté y mi querido compañero me miró sorprendido y rió un rato.

-Serena, podrías actuar en una película de terror con esa expresión- dijo finalmente

Enrojecí completamente, sabía a lo que se refería, ya me habían dicho que a veces ponía cara de psicópata y yo no me daba cuenta. ¡Ahg, quedé en evidencia!

-Misty.

-¿Eh?

-Mi amiga se llama Misty.

-Ah... bueno. ¿Dawn no te estará esperando?- dije aun completamente roja.

-Tienes razón, lo había olvidado- rascó su nuca antes de dirigirse a la salida, luego de unos pasos frenó en seco y se volteó hacia mí- Gracias, Serena, por tratar de hacerme reír un rato, lo necesitaba- me sonrió y siguió su camino.

-D-de nada- respondí mientras lo veía alejarse- No lo puedo creer, ¡¡ME SONRIÓ!!-Grité por dentro, no es como si no lo hubiera visto antes pero... ¡¡Había sonreído para MI!!-Serena tranquilízate, no te olvides de respirar y actúa normal.

-¿Aun estás aquí hija?

-AAHHh- voltee sobresaltada, solo para ver a mi querido padre-profesor, que me miraba algo extrañado.

-¿Vienes con migo a casa?

-Y-yo, t-tengo la bicicleta de mamá, n-no puedo- tartamudee, todavía estaba afectada.

-Ok, te espero para almorzar, hoy Vera hará sus típicos pokelitos- cuando escuché eso se me hiso agua la boca.

-Si es que no llego primero- respondí corriendo a toda velocidad hacia la bicicleta.

-Eh, no vale- lo escuché decir a lo lejos.

Amaba la comida de mamá aunque nunca me quiso decir sus recetas, siempre me dice "cuando estés preparada y no incendies la casa" o "cuando te levantes sola, sabré que estas lista" pero son solo excusas.

En el trayecto a casa volví a recordar a Ash.

-Desearía saber lo que le pasa... mejor dicho averiguaré lo que le pasa, de eso no hay duda, porque como los que me conoces sabrán siempre obtengo lo que de verdad me propongo, excepto levantarme temprano. Estúpida cama seductora.

Así llegué a mi casa al mismo tiempo que mi contrincante.

-¿Podríamos considerarlo un empate?- sonrió con su mano en mi hombro.

-Mañana veremos- sonreí retadora.

-Hey, ustedes dos, si no saludan se quedan sin postre- nos reprendió. Así que la saludamos y gozamos de la comida.

Me sentía mal, no sabía por qué me había quejado de mi familia si es perfecta, sabía que a veces mi padre era sobre protector y mi madre un poco estricta pero sin lugar a dudas era porque pensaban que era lo mejor para mí, fui muy insensible con Ash sabiendo su situación.

Dos capítulos en un día! Va a explotar el universo!

Comenten...

Pokemón auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora