Navidad! La época más feliz del año para pasar con tu familia y seres queridos! O eso decían.
Navidad, la época de más comercio, y que mejor que unas caras bonitas para promocionar los productos que tanto se vendían en esa época.
-Lo sentimos Misty- sonó la voz detrás del teléfono.
La pelirroja se preguntó por qué se disculpaban tanto si siempre había sido así.
-Lo sé, la organización de caridad y todo eso- respondió con fastidio.
-Qué bueno que lo entiendas- sonó animada la rubia- Te queremos Kasu, bye- se apresuró a decir antes de cortar.
-Yo también las quiero...
La decepción pesó en la voz de la joven que era consciente de que estaba hablando sola.
Ya no le dolía tanto la soledad, había aprendido a disfrutarla, pero esta vez algo era diferente, sentía un vacío, como si añorara la presencia de alguien, unos ojos chocolate y una amplia sonrisa pasaron por su mente, pero decidió no pensar tanto y ponerse manos a la obra, la casa/gimnasio no se iba a decorar solo.
(Cuando los padres de Misty estaban vivos había sido un gimnasio pero ahora solo se daban clases de natación a niños y ancianos durante el verano)
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Era muy de mañana y Ash solo tenía un pensamiento, tenía que visitar a su padre, la primera navidad con su padre luego de tantos años...
-¿Ash?- Preguntó su madre adormilada bajando las escaleras.
La sangre de nuestro protagonista se heló.
-Ah... Mamá- rió nerviosamente.
-¿A dónde vas? Y tan temprano.
-Tengo que...
-Tiene que acompañarme a hacer unas compras de último minuto para los regalos de mis amigos- Salió Dawn de su dormitorio salvando a su hermano- sí, otra vez los olvide, lo siento, hasta luego- no dejó tiempo a que la mujer pudiera decir algo ya ambos hermanos se encontraban alejándose de su hogar.
-Me debes una, cabeza hueca- lo golpeó en el brazo- sé que vas a ver a Simón, asegúrate de ser más disimulado la próxima- fue lo último que dijo antes de caminar en otra dirección.
-Espera, no vienes?- el castaño levantó la voz ya que la menor estaba lejos.
-Ya lo dije, no voy a volver a verlo nunca- respondió de igual manera.
Después de eso todo fue como siempre, tomar el tren, caminar las mismas calles y ver la cara de ilusión de su padre al verlo, no iba a cambiar esos pequeños momentos por nada.
Fue recibido con sorpresa, por un momento imaginó a toda su familia reunida un día como este, pero era algo imposible aun, así que descartó esa posibilidad; la casa estaba bien decorada y un delicioso aroma a pan recién horneado inundaba el ambiente. Durante un par de horas padre e hijo se dedicaron a charlar y reír contando anécdotas.
Eran alrededor de las nueve am cuando el protagonista decidió volver a su casa.
-Lamento haber venido sin avisar.
-Fue una muy agradable sorpresa-le sonrió.
-Ah, casi lo olvido, feliz navidad papá- extendió un pequeño paquete.
-No tenías que hacerlo- respondió el mayor tomando el paquete y abriéndolo, se quedó sin palabras.
-Haré todo lo posible para que volvamos a estar asi- dijo mientras se alejaba, dejando al mayor aun paralizado, era una antigua foto de la familia completa y una pequeña vasija que había hecho en el colegio hace muchos años por el día del padre, a decir verdad no sabía por qué la había conservado, pero ahora era un oportuno símbolo de que se podría recuperar el tiempo perdido.
El protagonista volvió por las tranquilas calles del pueblo sintiéndose más liviano, respiró profundamente el aire helado y se dispuso a encender su celular. (Lo había apagado después de desearles feliz navidad a todos ya que serena no paraba de enviar mensajes).
Doscientos treinta y un mensajes de Serena, ocho de Dawn y... uno de Misty, acompañado de tres llamadas perdidas lo que lo alarmó.
Escuchó el mensaje de voz de su mejor amiga y se alarmó aún más.
-Ash!- la voz de la pelirroja estaba llena de pánico- Mi casa... se está incendiando!-enviado hace quince minutos
Toda la calma y felicidad se había esfumado en un instante, aplastados por una abrumadora preocupación; corrió a la estación tomó el primer tren y esperó con impaciencia llegar a su destino mientras en su cabeza millones de posibilidades se creaban.
-Misty!, estas bien?
-Oh, Ash, lo siento por preocuparte, estoy bien- se escuchó decir al otro lado del teléfono, su voz lo alivió un poco.
-Ya estoy llegando, dime dónde estás
Un silencio se hizo presente impacientando aún más al castaño-umm... en... el hospital san Corsola.
A los pocos minutos nuestro protagonista había logrado llegar a su destino y encontró a la razón de su preocupación sentada tranquilamente en el hall de entrada, quizá había exagerado con su preocupación, ¿pero cómo no hacerlo?
-¡Gracias al cielo estás bien!- sin previo aviso se abalanzó sobre la joven.
-Jaja... sí...- rió con desanimo, luego de descifrar quien era la persona que la estaba abrazando.
Los ojos interrogantes del castaño que la veían fijamente eran suficientes para saber que estaba esperando una explicación de lo ocurrido.
-Hoy... termine de decorar todo y decidí tomar un baño... pero al parecer hubo un problema con las luces del árbol y generaron una chispa y bueno- su voz se quebró y se echó a llorar mientras reía- fui una tonta, lo siento por preocuparte, los bomberos no tardaron en llegar y apagar el incendio, pero tenía mucho miedo- dejó de reír, sus lágrimas siguieron fluyendo, instintivamente el protagonista volvió a abrazarla hasta que se calmó.
-Así que otra vez sola...- dijo para si- otra vez tengo que salvarte- bromeó fingiendo cansancio.
-No quiero decir nada pero desde que nos reencontramos me pasan todas cosas malas- le siguió la broma ya más animada- Eres como un gato de la mala suerte.
-AUCH- exageró dolor- bueno señorita, de mala suerte o no, parece que otra vez iremos a mi casa- extendió su mano gentilmente.
Desastrosa Navidad, todos estaban separados, Misty se había quemado la mano, Dawn estaba muy enfadada con su hermano por no contestar sus mensajes ni llamadas, Delia lo estaba aún más, y Ash... bueno él tuvo que dar muchas explicaciones inventando algunas cosas que nadie creyó pero decidieron dejar las preguntas de lado ya que tenían una invitada.
-Año nuevo lo pasaras con nosotros- afirmó cuando las cosas se calmaron- después de todo no queremos que te accidentes para poder pasarla con nosotros de nuevo- dijo burlón.
Ella rodó los ojos y esbozó una sonrisa.
Después de todo algo de verdad tenían sus palabras, ese año había pasado todas las fiestas en esa casa.
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Pokemón au
FanfictionAsh es un joven de 15 que desde los 10 persiguió su sueño de ser un Maestro Pokemon y ahora despues de 5 años de esfuerzo su sueño se cumpliría. Pero algo cambiará el sentido de la historia. Nota de autor: ▶ considero a pokemon desde Misty hasta Ser...