Ramos |Theo Hernández|

Prólogo

"Ser la hermana de Sergio Ramos no es tan fácil como parece."

Esa era la frase que siempre tenía que repetir a todo el mundo.

No trabajaba en el Real Madrid por la cara, había tenido que estudiar la carrera y había tenido que luchar por el trabajo de mis sueños. Ser una de las embajadoras del Real Madrid y ser la principal cara femenina no es de ayuda ni mucho menos, se remite a lo anterior. A que estoy ahí porque mi hermano es quién es.

Pero de nuevo, se equivocan.

No juego al fútbol, no soy entrenadora. No soy la presidenta, no soy arquitecta. No soy parte del equipo técnico. Únicamente trabajo en una oficina, de relaciones internacionales.

Por mis manos pasan las cosas que, en muchos cascos, son temas de discusión. Por mis manos pasan los futuros jugadores del Real Madrid.

Llevaba mucho tiempo con el ojo encima de uno en especial. De un chico que me llamó la atención desde el primer momento en el que le vi, ese chico que se fue cedido al Alavés porque no encontraba su lugar en el Atlético, un chico al que la sombra de su hermano opacaba.

Theo Hernández, ese era el objetivo del club. Ese era mi objetivo.

¿Quién diría que todo empezó en un partido del Barça? Fue en ese momento en el que destruyó todas las barreras que tanto me había costado construir.

Pero hay algo que me ayuda en estos casos y creo que no podría haber sido en mejor ocasión.

Soy una Ramos.