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Cuando llegamos a mi casa, Theo hizo algo que nunca antes había hecho, se encargó de todo, tratándome como una princesa evitando que me moviera mucho o hiciera esfuerzos con el brazo, el cual llevaba en cabestrillo y con la muñeca escayolada.

-Luego tengo que llevarte a Valdebebas, es una exigencia de... de todos -reí cuando se sentó a mi lado en el sofá -. Llevan dos días petándome el móvil para que te lleve y todo eso... Putos pesados.

-Pobres, estarán preocupados.

-Sí, pues no me gusta que estén todo el día preguntándome por ti.

-¡La mitad tienen mujer e hijos! -Theo seguía de morros -Venga... No me pongas pucheritos, que la que va ser tu mujer soy yo y no la de otro...

-Bueno, vale... -sonrió y tiré de su cuello para que me besara -Pero sigue sin gustarme.

Bufé y luego le di tal cojinazo que se cayó del sofá, me miró enfadado desde el suelo y antes de levantarse me sacó el corte de manga, luego se fue, desapareciendo por la casa. Reí y me levanté para ir a buscarle, cuando se ponía celoso era como un niño pequeño y solo a base de mimos conseguías que se le pasara la rabieta.

***

Llegamos a Valdebebas, cuando bajé del coche Theo me esperó para caminar hacia el interior de las instalaciones e ir al campo para ver a los chicos, aunque no lo creáis soy la niña mimada de todos y tenía ganas de abrazos.

-Ya verás tú ahora la que se va a liar... -dijo Theo cogiéndome la mano.

-¿Le vas a decir a Sergio?

-Igual me mata... -rió.

-No mató a Lucas, no creo que te mate a ti.

Paró de golpe y me cogió de la cintura para luego besarme tranquilamente. Le importaba más bien poco que nos estuvieran viendo y bueno, a mi me importaba tres cuartos de lo mismo.

-Como os gusta eso de comer pan delante de pobres, ¿eh? -dijo Asensio apareciendo por la puerta.

Me separé de mi novio y fui a los brazos del mallorquín, que aceptó de buena gana. Siempre nos picábamos el uno al otro, pero era por el cariño que nos teníamos, no era como con Nacho, Álvaro o Carvajal, pero el cariño estaba presente.

-¿Vamos dentro? -me preguntó y asentí.

Cuando alcanzamos a Theo, le cogí de la mano entrelazando nuestros dedos, y nos fuimos directamente a ver a los demás, que estaban en el campo. Sonreí cuando les vi a todos esperándome y con una pancarta gigante que ponía: "Te queremos enana". Fui abrazándoles uno por uno, el último de ellos fue Nacho, que estuvo mucho tiempo haciéndolo y Theo acabó por separarle de mí.

-Vale, a ver... -empezó Theo cuando menos me lo esperé y me cogí del brazo del Nacho fuertemente -La cosa es... Sergio no me mates -a mi hermano le cambió el rostro a uno serio -. Que nos vamos a casar.

Todos se quedaron en silencio y me miraron, que estaba más roja que la bandera del Atleti, Nacho me dio un beso en la frente y me felicitó al oído.

-¿Estás embarazada? -me preguntó Marco confuso.

-¡Claro que no!

-Pues nada chicos, este se nos casa más pronto que Alvarito... Pero bueno, ¡que nos vamos de bodorrio! -gritó Isco viniendo a abrazarme y levantarme por los aires.

-Yo quisiera saber qué cojones le dais a este... -dije sujetándome como pude a su cuerpo.

-¡Esa boca! -me gritó Sergio.

***

Llegamos a casa de Theo y allí estaba el coche de Antoine, que era fácil de reconocer. Entramos en la casa y Noa estaba tirada en el sofá con Mía encima y con Antoine a su lado.

-¡Que nos casamos! -gritó Theo cuando entramos, provocando que Mía empezara a llorar del susto.

-¿Cómo? -preguntaron todos confusos.

-Pues, yo lo explico como personas normales -dije mirando a Theo mal -. Que tu hermano me ha pedido matrimonio y... le dije que sí -sonreí y Noa me abrazó corriendo -. Pero por pena eh...

-Tampoco hace falta que nos casemos entonces... -me dijo mirándome mal.

-Pero cómo demonios no me voy a querer casar contigo si eres el hombre de mi vida. El único que quiero. -dije yendo a abrazarle con mi brazo bueno y besándole.

-Que mal me caes... -me sonrió.

-Y que asco dais. -dijo Noa.

Estaba con Mía en brazos, que jugaba con su pelo, pero Theo decidió ir a robarle a la niña, cosa que no me gustó.

-Pero preciosa, te asusté. -dijo sonriendo y ella estiró los brazos para irse con él.

Estupendo. Ahora la niña me roba a mi hombre. Lo que me faltaba.

-Y otra cosa -Noa nos miró sonriente -. Quiero que seáis los padrinos de la niña. -dijo tocando su barriga.

-Me parece super correcto. Voy a mimarla como nadie.

-Si no queda más remedio... -dije a desgana viendo a Theo con Mía.

-¿Pero cómo te pones así? Si es un notición.

-Sí, un notición que entre Mía y la otra me vayan a robar a Theo... -dije de morros y sentándome en el sofá.

-A ver, que puede que la mime, pero a ti te voy a mimar más que nadie. -me dijo al oído.

-Anda, dadme a la cría que me la pervertís, que os veo con ganas. -dijo Noa quitándosela a su hermano.

Desaparecieron por la puerta de la cocina y Theo me llevó a su habitación y nos tiramos en la cama para poder dormir, estuvo todo el tiempo acariciando mi barriga y dándome besos en la mejilla y el cuello.

-Te quiero demasiado... -me susurró antes de dormirme.

Ramos |Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora