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@realmadrid Éramos conscientes de que la hermana de Sergio, Paula Ramos era una amante de los animales, ahora podemos confirmarlo con total libertad

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@realmadrid Éramos conscientes de que la hermana de Sergio, Paula Ramos era una amante de los animales, ahora podemos confirmarlo con total libertad.
La hermana del capitán ha adoptado a un cachorro de león recién llegado desde África, iba a ser destinado a EE.UU pero los contactos que tiene la chica le han permitido adoptar al cachorro.
Según diversas fuentes el animal residirá en la casa de la pequeña de los Ramos hasta que sea mayor, cuando crezca será enviado al zoo de Madrid en donde será cuidado con minuciosidad.
Una vez más esta chica nos sorprende, no solo en el ámbito de trabajo sino en la vida misma.

***

Llegamos a casa, Ángela y Noa habían decido acompañarme a buscar al cachorro al zoológico. Bajé del coche con el animal en brazos y les di las llaves a ellas para que abrieran mi casa, entramos y allí estaban mi hermano, Dani y Griezmann. Noa fue la primera en ir hacia su novio y darle un beso, Ángela tuvo que contestar al teléfono, Sergio se acercó a mí y acarició al cachorro, luego me dijo que iría a preparar todo, ya que haríamos parrillada en mi casa y vendrían algunos jugadores. Me acerqué a Dani y me sonrió para luego coger al cachorro en brazos, sonreí cuando empezó a darle mimos sonreí.

-Es precioso -no pude evitar reír con su acento -. Seguimos con lo mismo de siempre...

-Es que es muy gracioso -dejó al cachorro con cuidado en el suelo -. Pero sabes que me encanta, aunque me den ataques de risa...

-Ya, claro.

-Que sí.

Pasé mis manos por sus hombros y él los suyos por mi cintura, sentí al cachorro entre nuestras piernas, pero Dani pasó de él y me besó. Al momento sentí que me tocaban el hombro pero no quería hacer mucho caso.

-A ver, tórtolos, que viene Sergio.

En ese momento me separé tan rápido que Dani se quedó pasmado. Mi hermano pasó por al lado en dirección a la cocina y al momento el cachorro, que seguía sin nombre, empezó a seguirle. Ángela bajaba las escaleras mientras sonreía y se acercó a nosotros.

-Saúl viene también. -sonreí.

-¿Qué tienes tú con Saúl? -le preguntó Antoine riendo.

-Lo mismo que estos dos -nos señaló a Dani y a mí -. ¿No estáis medio medio?

-Sí... -dijo Dani no muy convencido.

-Pues lo mismo nosotros. -aseguró Ángela.

Nos quedamos un poco impactados por esa revelación pero decidimos irnos hacia la terraza, para ir a tumbarnos un poco. El cachorro apareció por la puerta y cuando estuvo a mi lado lo cogí en cuello.

-Mis hermanos van a venir también... -nos dijo Noa.

-Lo esperaba de Theo, pero no sabía que Lucas venía. Bueno... cuantos más mejor.

***

Me levanté para abrir la puerta de la casa, allí me encontré a los hermanos Hernández, que eran los últimos en llegar, saludé a Lucas con dos besos y luego vi a su hermano, con mala cara, detrás de él. Sonreí cuando bufó al verme.

-¿Y tu novia? Pensé que vendrías con ella.

-Por si no lo sabías, lo hemos dejado -él me miró mal -. Además, ¿te importa mucho?

-Lo que me importa de tu relación amorosa son las consecuencias. Es decir, tu rendimiento físico -le dejé pasar y cerré la puerta -. Por lo demás, tú vida me importa más bien nada.

Me miró todavía peor y entró en la casa, yo sonreí, me encantaba hacerle de rabiar. Fui a donde estaban todos y me puse a hablar con Ángela y con Noa mientras los jugadores hablaban de lo suyo. Empezamos a discutir sobre cómo iba a llamar al cachorro de león, yo tenía un perro, un cachorro, y estaba jugando con el otro cachorro, era muy gracioso verlos.

-Antes de que digáis nada, no le voy a poner Simba.

Las caras de mis amigas fue un poema y se empezaron a quejar porque según ellas, ese era el nombre perfecto para él. Seguimos hablando sin llegar a una decisión final, lo que significa que el cachorro seguía sin nombre. En la cocina, donde estábamos, entró Theo y cuando se acercó a nosotras, Noa le dio un beso en la mejilla. Ellas decidieron volver con los demás y me dejaron sola con el francés.

-¿Se te junta todo, no?

-No sé a qué te refieres. -me dijo bebiendo agua.

-Lo de tu novia, la lesión, el partido contra el Alavés... Todo.

-No sabes nada de mi vida, así que déjame tranquilo.

-Querido... -me acerqué hasta quedar frente a él -No olvides que tú, estás aquí gracias a una persona, y esa persona soy yo.

Él me miró enfadado y cuando me iba a ir, me cogió de la muñeca y me dejó entre su cuerpo y la isla de la cocina, genial, esto se pone interesante. Le miré con una ceja levantada y él lo interpretó como un gesto de burla ya que le oí gruñir enfadado.

-¿Qué te pasa Hernández? ¿No te gusta que te digan las verdades a la cara?

-No me gusta que me digan lo que debo hacer.

-Una pena... -sonreí con malicia -Aquí, yo soy la que manda. Todos lo saben. Y tú nunca serás la excepción.

Él me miró furioso, con rabia y eso era lo que pretendía, llegar al verdadero Theo, descubrir qué era lo que pasaba por su mente, necesitaba conocerle para dar el visto bueno, necesitaba saber cómo eran todos y cada uno de los jugadores, porque al fin y al cabo, eran todos mi familia. Me fijé en que su mirada se dirigía a mis labios y no pude evitar reír, no me digas que también...

-¿De qué te ríes ahora?

-De lo desesperado que estás campeón -le aparté y cuando iba a salir me arrinconó contra la nevera -. Theo, basta, mi hermano está aquí.

-¿Y qué? ¿No era que tú mandabas en todo?

Me quedé en silencio cuando comenzó a acercarse a mí, lo que él no sabía era que no le iba a responder el beso ni un segundo. Miré hacia la puerta de ls cocina cuando Dani entró y miró mal a Theo, para luego toser.

-¿Se puede saber qué haces? -le dijo al francés mientras se separaba de mí.

-Nada, mejor... Mejor me voy a casa.

Él se alejó todavía más de mi cuerpo y acabó frente a Dani, que no se iba a apartar sin antes decirle algo, estaba segura, le conocía demasiado.

-No te acerques a ella ¿entendido? -le advirtió a lo que Theo me miró por encima del hombro.

Se fue empujando el hombro de Dani y yo me quedé apoyada en la nevera, el andaluz se acercó a mí y vigilando que no hubiera nadie alrededor, me besó cortamente.

-¿Todo bien? -me preguntó y asentí.

Pasó su brazo por mis hombros y nos dirigimos junto a resto, la mayoría no sospechaba nada porque sabían que nos habíamos vuelto muy amigos, así que nunca preguntaban nada.

Pero lo que más me preocupaba, era lo que esa última mirada del lateral francés había causado en mí. Era algo que no vaticinaba nada bueno. Y eso, no me gustaba.

Ramos |Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora