Capítulo 3

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Sola en su actual domicilio, Serena observaba una fotografía en la que aparecía con su esposa y su hija.

Sus amigas llegaban desde la calle e irrumpían en la sala, sacándola de su ensoñación.

-Hola Serena ¿cómo has estado? -, pregunta Ami al acercarse a saludarla seguida por Rei.

-¿Cómo quieres qué este? -gimió con sus ojos llenos de lágrimas, mientras sostenía entre sus manos la imagen de su familia. -Ya son varios días sin ver a Seiya y Rinni. Me maldigo aún más porque mi relación con Seiya pasaba por una crisis y por creer que tenía todo el tiempo para resolverla, no lo hice.

-¿Cómo qué estaban en crisis? -, preguntó Rei abriendo sus ojos con sorpresa.

-Sí, Seiya y yo discutíamos mucho últimamente, -dio un suspiro y prosiguió. -Parecía molestarle cuando las personas nos veían juntas.

Sus lágrimas corrían mientras aferraba esa fotografía a su pecho.

-Y ahora alguien se las lleva.

-Serena, ¿crees qué realmente tú y Seiya se aman? -balbuceó Ami, temerosa de la reacción que podía desencadenar esa pregunta en su amiga.

La interrogante desconcertó a Serena, no pudo responder de inmediato.
Depósito la fotografía en la mesa ratona que estaba al lado del sofá en el que estaba y miró a sus amigas, quienes esperaban expectantes una respuesta que hacía tiempo intuían.

-¡Claro que sí! -Su tez enrojecida denotaba furia. -Nos amamos, tenemos una hija, llevamos mucho tiempo juntas. -Secó sus lágrimas con el dorso de su mano, -sólo creo que nos ganó la rutina y nuestra afición por el trabajo.

-No creo que tú la ames. Sospecho que es agradecimiento y nada más. -Musitó Rei deseando que su amiga no hubiese escuchado.

-¡¿Qué?! ¿Cómo dices eso? -miró a su amiga furiosa. -No entiendo cómo puede pasar por la mente de una persona que alguien agradezca favores de esa manera. -Añadió ya de pie frente a Rei, -pero claro, viniendo de ti debí suponerlo.

Rei toma una de sus manos que se agitaba enérgica frente a ella y la invita a sentarse nuevamente. Con su rostro compungido, sin soltar su mano; aún cuando logró su cometido, se dirigió a ella con voz suave, algo que que la cantante no acostumbrada.

-Serena. ¿Recuerdas cuando ella era una gran modelo? Tú no eras nada, ella te ayudó a impulsar tu carrera y te llevó a la cima. -Serena quita su mano y voltea su rostro hacia Ami que ha observado la escena en completo silencio.

-Sí, pero eso no quiere decir que no la ame. La amo. Ella es hermosa, buena y cariñosa, -sus lágrimas volvían a correr presurosas por sus mejillas. -Además adora a nuestra hija.

Volvió a tomar la fotografía, sus lágrimas se deslizaron por el rostro de una mujer de negra cabellera sujeta en una larga coleta, alta, delgada y hermosa; Serena deslizó sus dedos por los cabellos rosa de una pequeña de aproximadamente cinco años, la niña sonreía feliz en brazos de la modelo. Ella también estaba en la fotografía, la felicidad le sentaba bien a su esbelta figura, a su larga cabellera rubia recogida en dos coletas, esta parecía brillar al igual que su sonrisa, al igual que sus ojos y todo su ser. Quién observará la fotografía sin duda alguna, pensaría que eran la pareja perfecta.

-Creo que el amor no es sólo eso -. Enfatizó Ami, quién estaba de acuerdo con Rei en cuanto a la relación de Serena y su esposa. -Mira a ese pobre hombre que tienes prisionero, al parecer es inocente e ignorante en cuanto a con quien comparte su cama. Estoy segura de que él cree que ella lo ama -. Ami cambió el tema de manera drástica, ella solía ser entre sus dos amigas, quien apaciguaba la situación.

-Así es, su esposa es toda una joyita--. Agregó Rei, mientras se ponía de pie y extendía la mano hacia Ami.

-Sólo mira las fotos que le tomó Ami. -Eparció sobre la mesita del living las fotos que Ami le otorgó; en ellas se podía observar a Mina Aino con un hombre diferente en cada una, al parecer recorría bares, boliches y clubes nocturnos, uno diferente cada noche.

-¡Ufff! Qué mujer desagradable. Lo engaña, lo exprime para usar ropa costosa y mantener a sus amantes. -Serena observaba todo y negaba con su cabeza.

-Mira, este hombre de ojos verdes y cabello plateado. -Le ofrece una imagen y Serena la toma entre sus manos, -a él parece verlo con más frecuencia que a los otros, -esparce más fotografías sobre la mesa, mostraban a una rubia de cabello largo hasta la cintura vestida para matar de fascinación a quien volteara a verla, con ropa de diseñador; acompañada del mismo hombre en varias ocasiones.
Serena notó cierto parecido entre ambas, pero lo ignoró, ya que nadie pareció advertirlo.

-Por lo que pude observar, él no la trata muy bien, pero aún así ella suplica su atención. -Ami alinea las fotografías una a una, y Serena puede observar con más claridad como un platinado de aspecto serio, parece despreciar a la rubia con cada gesto.

-Este es Yaten Kou, un taxiboy -.Dijo Rei al deslizar una foto entre sus dedos.

-¿Y tú cómo sabes eso Rei? -Preguntó Serena, intrigada por que su amiga le había costado días descubrir lo que a Rei sólo el tomó un instante.

-Es que, es que, yooo. -Rei jugo por unos instantes con las yemas de sus dedos, -en el mundo del espectáculo suceden muchas cosas, yyy, lo conozco. -En ese momento todos los tonos de rojo se instalaron en su rostro.

-¡Rei! -Ami se limitó a sonreír y Serena no entendió el mensaje.

-Iré a ver a ese hombre -, dijo Serena restando importancia a todo lo demás. -Necesito idear una estrategia para que no me denuncie, o tendré que matarlo.

-¡¿Serena que dices?! -Ami abrió mucho los ojos de la sorpresa que le causó las palabras de su amiga, mientras Serena se ponía de pie, tomaba su bolso y colocaba dentro la fotografía de su familia.

-Tranquila, solo bromeaba. Sólo rogaré e imploraré. -Soltó el aire que guardaba sus pulmones, tratando de encontrar una solución que fuese fructífera.

-Seducelo, es muy guapo, -interrumpió Rei.

-¡¿Pero que dices?! ¡Yo no puedo hacer eso! -Serena volvía a enfurecerce y su amiga a sonreír.

-Calmate, solo fue una idea, tal vez así te perdone. -La morena dirigió una pícara mirada a Ami.

-Eres una tonta yo jamás ... -a pesar de su vasta experiencia en actuación, no creía poder hacer algo así cuando involucraba sentimientos tan profundos, como la pérdida de un ser amado.

-Ah no digas. -Rei era diferente y no comprendía, lo que no podía sentir

-No claro que no. -Lo negaba fervientemente, aunque sabía de antemano que eso era inútil.

-No lo creo.

-Creelo.

-Que no, a ti te gusta.

-¡¿Cómo puedes decir eso, con lo que está pasando, acaso estás loca?! -Existían momentos en los que la rubia se preguntaba cómo era posible que entre ellas se diera una amistad. -Me voy antes de cometer una locura, hoy estas más insoportable que nunca, no tengo paciencia para esto.

Arrojó todas las fotografías en dirección a Rei, quién trato de cubrirse con sus manos, pero fue inútil, quedó cubierta de ellas. Luego como si nada hubiese ocurrido, sé despidió y sé marchó, no sin antes pedir a Ami que siguiera con la investigación.

-Oye Rei, ¿por qué la haces enojar? - Increpó Ami.

-Está muy triste, necesita despejarse, -apoyó sus brazos en los posabrazos del sofá y fijó su vista al techo.

-Si tu crees que así se sentirá mejor, lo aceptaré, -negó con su cabeza -tú y tus locuras. -Sonrió mientras recogía el tiradero.

-¿Qué piensas de lo que dijo de Seiya?
Preguntó Rei, a lo que Ami se detuvo para especular con más facilidad.

-Lo creo muy extraño. Investigaré en los aeropuertos, estaciones de autobuses , trenes y todo lo que tenga salida de esta ciudad. Porque comienzo a creer que se fue por su propia voluntad.

Cuando acabaron de ordenar, la puerta de la calle se abrió y ambas salieron del lugar.

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora