XIII

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Aquella noche, permanecieron hablando y trazando planes en el aire -puesto que no tenían nada en qué ir por seguro- para poder irse de allí y dar cuenta de la situación a los demás. Pero no llegaron a nada y permanecieron despiertos hasta el alba, o al menos la mayoría. Jihoon se había encargado de repartir algunas mantas para los que se habían dormido (Jisoo, Jun y Seungkwan, aunque el último no las necesitaba mucho puesto que Hansol se había encargado de mantenerlo caliente elevando su propio calor corporal, como una estufa) y Hansol mantuvo la fogata ardiendo, con Jeonghan y Seungcheol turnándose para buscar leña.

- Es increíble ver cuánto has cambiado en tan poco tiempo, Hansol - habló Jeonghan llamando la atención de los que aún estaban despiertos, había permanecido mirándolo y analizándolo por un largo rato - Antes eras un completo huraño descortés que no dejaba que nadie se acercara, y mírate ahora, dejándote abrazar por Seungkwan como si nada.

El pelinaranja lo observó algo confundido y meditó sus palabras, sí, había sido un compañero -y persona- de mierda con todos los que estaban allí, pero ahora se sentía como alguien nuevo y consideraba a esas personas como amigos, o al menos algo más que simples conocidos. Tal vez era por el collar que Seungkwan le había hecho, o tal vez por Seungkwan en sí. Lo observó dormir aferrado ligeramente a su brazo con la cabeza rubia apoyada en su hombro y se sintió más humano de lo que se había sentido en mucho tiempo desde que llegó allí. Se sonrojó levemente, en parte de felicidad, en parte por la cercanía de su compañero.

- Supongo que tienes razón Han- con tranquilidad posó su vista en el otro que se había distraído peinando los cabellos de su compañero que dormía tranquilamente sobre sus piernas. -Lamento mis actitudes pasadas... - se disculpó en un bajo murmullo.

-Discúlpate mejor con nuestra puerta - acotó Chan algo mordaz, pero luego le sonrió inclinando un poco la cabeza, demostrando que no había rencores.

A pesar del dolor de espalda, el cansancio y el frío, ver el hermoso amanecer todos juntos como una especie de familia, fue casi mágico.

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A veces se reunían en algunas de las habitaciones, pero cuando debían contarse algo bastante confidencial, se juntaban en el bosque, aunque en realidad no tenían mucho de que informarse en sus reuniones y terminaban en tiempos de ocio para evadir momentáneamente el verdadero problema.

– Creo que ya sé como podemos conseguir información – dijo Seungcheol una noche que se habían juntado a cenar en la habitación de Seungkwan y Hansol –Seungkwan, ¿Recuerdas aquella vez que comenzaste a explorar y llegaste a una sala escondida en los últimos pisos? -al ver que el aludido asentía confundido sin saber a dónde quería llegar con eso, prosiguió –Estoy demasiado seguro de que podríamos encontrar algo allí– afirmó con total seguridad el pelinegro.

- ¿Y cómo piensas llegar allí? -preguntó Jun, incrédulo y no muy convencido de la propuesta - Y por sobre todo ¿Qué podemos buscar allí que sea de utilidad?

-No es tan descabellado lo que propone Cheol- habló Hansol con la mirada perdida, como solía hacer cuando pensaba en algo -Si mal no recuerdo, por ahí es donde tiene que pasar toda la mercancía fresca, prácticamente todo el lugar debe ser valioso para sacar información.

Todos se miraron entre sí, el pelinaranja tenía razón. Si ahí era donde llevaban a todos aquellos a los que secuestraban, podrían sacar información de todo tipo. Pero ahora surgían dos interrogantes ¿Qué harían con los posibles datos que recolectaran? Y ¿Quién sería su "espía"?

- ¿¡Jeonghan qué mierda me hiciste en el pelo!?- se escuchó el grito de Jihoon desde el baño con la puerta cerrada, todos voltearon sus cabezas inmediatamente ante el ruido, y Seungcheol se puso de pie con la agilidad de un gato.

Voodoo DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora