Voodoo Doll

XVI

Jeonghan y Jun se sentaron en un rincón de la habitación para esperar, cerca de la puerta del cuarto de la izquierda que sabían que estaba vacía, por si debían esconderse. Ambos se encontraban nerviosos, no sabían nada de Jisoo y Jihoon desde que se habían ido, excepto que les habían pedido que los esperaran más tiempo porque algo había surgido.

Sólo esperaban que ambos estuvieran bien y a salvo.

Sin embargo, la situación de los dos era muy diferente de la deseada, con un Seungcheol rabioso, transformado y superdesarrollado. Jihoon sentía un nudo en su estómago y en su garganta, aunque sería más exacto decir que era un nudo en sí mismo. Jisoo a su lado, más respuesto del susto inicial, se encontraba listo para defenderlos a ambos si el lobo no entraba en razón pronto.

-Verás - habló el hombre que los había recibido -En cuanto finalmente pudieron dominar a este animal que se había escabullido en nuestras instalaciones -aunque no fue muy discreto en realidad-, decidieron que sería peligroso dejarlo libre y me lo trajeron a mí para que borrara su memoria, de nuevo. Al principio no dejaba de resistirse y exclamar un nombre «Jihoon, Jihoon» una y otra vez... Supongo que ese eres tú - dijo señalándolo despectivamente al más bajo.- Era tan irritante que tuvimos que ponerle un bozal y dormirlo para que no alterara a los demás e incluso no fue suficiente, por lo que lo tuvieron que poner bajo mi tutela totalmente. Fue bastante cansador hasta que, eventualmente, se olvidó de ti...- confesó con sonrisa de hiena, astuta y cruel.

-¡Tú maldito!- exclamó Jihoon furioso dando un paso hacia delante, siendo frenado por dos cosas, el brazo de Jisoo, y los dientes de Seungcheol peligrosamente cerca de su abdomen.

-Sabes, podría dejarlos ir como si nada hubiese pasado, sólo déjenme borrarles sus memorias y no recordarán nada de este terrible momento ¿Sí?- propuso el hombre con tono compasivo, como si realmente quisiera ayudarlos.

-Jihoon- susurró Jisoo en voz muy baja. -¿Crees poder recuperar a Seungcheol?- ante el leve asentimiento del rubio, el mago se preparó. -Entonces te cubriré, pero haz lo que tengas que hacer rápido.

-¿Qué...?- Jihoon no llegó a terminar de formular su pregunta, que el doctor se encontraba atrapado contra la pared como si estuviera siendo empujado por una fuerza invisible, con sus pies apenas tocando el suelo. Detrás de él, Jisoo estaba con las palmas abiertas hacia adelante en posición defensiva.

Seungcheol se volvió loco y arremetió contra Jihoon, pero Jisoo fue más rápido y consiguió detener la mordida del lobo en el aire, como si mordiera una pelota invisible y lo ancló en su lugar. Jihoon realmente estaba asombrado por la habilidad de Jisoo, pero el mago no resistiría para siempre.

-Seungcheol mírame- dijo Jihoon arrodillándose en el piso y tomando al lobo por detrás de la cabeza, sintiendo la vibración de sus gruñidos debajo de su palma, sin embargo, la atención de Seungcheol estaba puesta en la persona que le impedía morder para poder defender a su nuevo "amo". -¡Seungcheol mírame perro tonto!- el lobo se veía ofendido en cuanto dirigió su mirada al rubio. -Soy yo, Jihoon, tu compañero, al cual le caíste encima el primer día de conocernos, el que te consoló innumerables veces, el que te ayudaba a recordar-. murmuró suavemente, como si le susurrara al silencio, hundiendo sus dedos en el frondoso pelaje azabache, Seungcheol volteó la cabeza, dejando de mostrar los dientes, pero gruñendo levemente. Tanteó con sus dedos hasta dar con su collar, viendo como las piedras de ámbar estaban oscuras y las cambió enseguida, esperando que también sirvieran de algo.

-Jihoon... ¡Apresúrate!- rogó Jisoo con el rostro deformado en una mueca de esfuerzo.

-¡Seungcheol recuérdame, maldita sea! ¡No dejes que un estúpido borre todo lo que hemos pasado juntos!- sollozó Jihoon de rodillas frente al lobo, abrazándolo fuertemente sin importarle si la magia de Jisoo se desvanecía y Seungcheol lo atacaba ¿Qué más daba? Se sentía completamente destrozado por dentro y nada le importaba en ese instante.