XV

584 70 32
                                    


Jeonghan y Jun buscaron hablar con cualquier persona o grupo que pareciera estar más informado acerca de la fiesta de Halloween que se aproximaba. Muchos decían que el evento iba a finalizar con el lanzamiento de muchos fuegos artificiales al cielo, lo que podría haber sido increíble, pero, en su fuero interno, tal vez a cada uno les hubiera gustado poder disfrutar tranquilamente de algo así.

La preparación del lugar había comenzado temprano el día 30, ridículamente temprano. Entre Hansol y Chan prácticamente habían tenido que sacar a Seungkwan a la fuerza de la cama, pero en su defensa, despertarse a las cuatro de la mañana para estar listo a las cinco, era casi inhumano. Al menos no los habían hecho preparar todo el mismo día.

–Nunca me dí cuenta de lo sucio que está todo aquí– se quejó Seungkwan mientras continuaba barriendo la mugre de detrás de las gradas, llenas de polvo, papeles, botellas y otras cosas.

–Al menos tú no eres alérgico al polvo... ¡Achís!– era la quinta vez que Hansol estornudaba y sus ojos ya estaban llorosos.

Otros pocos alumnos se encontraban terminando de preparar la decoración en un sector algo más apartado de las canchas. Chan se les acercó a paso rápido con un semblante molesto.

–¿Alguien le puede pedir por el grupo a Jihoon que se tranquilice y no eche todo a perder?– pidió el menor mordiendo las palabras, tendiéndole a Seungkwan y Hansol sus celulares para que hicieran algo.

Lo que decía el mago era verdad, Jihoon estaba muy ansioso y quería ir a buscar a Seungcheol en ese mismo momento, o eso revelaban sus mensajes en el chat grupal. Y luego había toda una catarata de mensajes de los demás diciéndole que no se precipitara y la amenaza latente del pelilargo de raparlo mientras dormía.

Las horas pasaron, las personas que acompañaban a Chan, Seungkwan y Hansol se quedaron para terminar de decorar todo el recinto y se fueron marchando de a poco, a medida de que terminaban lo que habían venido a hacer.

–Hansol, sostén bien la escalera– pidió Seungkwan desde el último escalón a su compañero mientras se disponía a colgar una guirnalda.

–¿Qué?... Oh sí, claro– Hansol se sonrojó levemente por haber sido descubierto mientras estaba distraído. No admitiría que se había quedando mirando hacia arriba como idiota a su compañero en un punto especial, no al menos que deseara que Cassandra conociera a sus testículos. Tampoco era como los otros babosos que andaban diciendo lo que pensaban sobre el cuerpo de alguien 24/7.

–Hey, Llamitas, los ojos en la escalera – canturreó Chan riéndose luego de ver la escena.

Pasado el mediodía, y luego de que casi todos se fueran, los tres amigos decidieron almorzar, siendo Chan quien fue a buscar algo para comer.

–¿Estás muy nervioso?– le preguntó Hansol suavemente al rubio mientras entrelazaba sus manos. Seungkwan no paraba de morder su labio en un tic inconsciente. A pesar del leve maquillaje, las bolsas debajo de sus ojos eran algo notables.

–Ni siquiera pude dormir decentemente durante la noche– confesó con una sonrisa torcida. –Tengo miedo de arruinar todo, para todos.

–Ya, ya, no pienses así– lo consoló Hansol soltando sus manos y acariciando con sus dedos índice y pulgar, la suave mejilla del otro –No estás solo Boo. Además no estarás sólo, si algo pasa, sabes que rostizaría a varios idiotas por ti– prometió con una sonrisa, como si dijera de ir a hacer un picnic debajo de los árboles. Su intento de consuelo hizo que Seungkwan soltara una risilla.

–No has tenido más pesadillas, ¿Verdad?– preguntó Seungkwan alzando su mano y revolviendo los cabellos del otro en una caricia, dejando caer su mano y mimando su rostro. Había pasado un buen tiempo desde que se había tenido que despertar en medio de la noche para calmarlo.

Voodoo DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora