C I N C O

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—Tío Minnie. —Sollozó mientras corría a abrazar al castaño. 

—Ey pequeño, ¿qué pasa? ¿Te duele algo? ¿Te hicieron daño? —Preguntó Jimin tratando de examinar el pequeño cuerpo de Sanha buscando algún rastro de sangre o algo parecido.

Una joven mujer caminó hasta ellos presentándose como la profesora encargada del grupo de Sanha.

—Podemos ir a mi oficina mientras Sanha va por su maleta. —Este limpió una pequeña lagrima de su mejillas y obedeció caminando por un largo pasillo hasta su salón. 

—¿Qué pasó? —Preguntó preocupado Jimin a la mujer que tenia sentada enfrente, en la pequeña oficina de ella.

—Unos compañeros de Sanha lo comenzaron a molestar, le dijeron que él no tenia familia, porque él era un niño muy malo. Hable con los niños y les dije que eso no era cierto e hice que se disculparan con Sanha. Debe estar muy afectado con todo lo que esta pasando. Siento mucho lo que paso, hablare con sus compañeros para que esto no vuelva a ocurrir.

—Esta bien... Hablare con Sanha.

—Tio minnie, ya me quiero ir. —dijo Sanha cuando entró a la oficina.

—Claro pequeño, vamos—Se levantó de la silla y le dio la mano a la mujer—. Gracias por avisarme. Si pasa algo parecido por favor llámeme de inmediato.

—Por supuesto, Sanha es un buen niño, y esta pasando por mucho, le pondré muchísima mas atención—Susurró—. Nos vemos mañana Sanha.

Salieron del lugar, y comenzaron a caminar sin ningún lugar en específico.

—Ven aquí —Dijo Jimin juguetón alzando a su sobrino en sus brazos. Obteniendo una linda pequeña risa de Sanha. —Hoy... ¿Por qué llorabas?

Sanha ocultó su cabeza en el cuello de Jimin, no quería hablar, si lo hacia lloraría de nuevo y no quería llorar, eso no hacen los niños grandes como él.

—Ellos... Ellos dijeron que yo era un niño muy malo. Que por eso yo no tengo un papá ni una mamá. ¿Soy un niño tan malo Minnie? —Escuchó como su sobrino comenzaba a hipar a medida que iba hablando, lo abrazó muy fuerte queriendo protegerlo de todo lo malo que le pudiera pasar.

—Bebé, no. Eres un niño bueno, eres un niño muy bueno. No es tu culpa que tus papás ya no estén, nunca vuelvas a pensar eso. Tú eres mas afortunado porqué ellos están allá arriba cuidándote, lo dos. Y también me tienes a mi ¿no? ¿Ó no me amas? —Preguntó moviendo suavemente sus dedos sobre las costillas del pequeño haciéndolo reír por las cosquillas.

—Te amo mucho tío Minnie.

—Yo también te amo mucho Sanha. Si te pasa algo... Yo no sabría que hacer.

Una bocina de un auto sonó al lado de ellos, voltearon a mirar quien era la persona que iba conduciendo y al notarlo Sanha soltó un agudo grito.

—¡Sugaaaaaaa! —Se bajó de los brazos de Jimin para luego correr al coche negro ya estacionado en la acera.

—Hola, pequeño —Alzó al niño en sus brazos cuando se bajo del carro, girando su cuerpo para dar una vuelta con él en sus brazos.

¿Suga? ¿Desde cuando ellos dos tenían tanta confianza que hasta Sanha le tenia un apodo?

—Jimin. —Dijo en forma de saludo sonriendo, acelerando un poco el corazón del castaño por la forma en que lo hizo.

—Hola...

—¿Qué hacen por aquí?

—Acabe de salir de mi jardín. —Respondió Sanha quien aun estaba entre los brazos de Yoongi.

—Ohh, que bien. ¿Aprendiste muchas cosas?

—¡Ya me se la tabla del seis!

—Waaa. Eso esta muy bien. ¿Por qué no vamos por un helado? Y mientras me la vas diciendo en el camino porque creo que a mí se me olvido. —Comenzaron a caminar dejando a un Jimin encantado con la escena que veía, no sabia que Yoongi tuviera esa parte tan... Paternal. Y admitía que le gustaba.

¿Cuantas cosas había que le gustara de Min Yoongi? Le gustaba su amabilidad; le gustaba que fuera un gran cocinero, aun recordaba ese desayuno de la mañana hecho por el peli negro; le gustaba sus ojos, esos pequeños y marrones ojos que tenían una forma muy linda; le gustaba su abdomen, plano y delgado y paremos ahí, porque pensándolo bien ya había muchas cosas que a Jimin le gustaba de su apuesto jefe.

Llegaron a una gran helaría, era un local grande con colores llamativos y varias figuras de caricaturas clásicas.

—¡Wooow hay una piscina de pelotaaaas! —Gritó Sanha muy emocionado.

—Primero pidamos el helado ¿si? ¿De cual te gusta pequeño?

—Fresaaa y vainilla.

—A mi también me gustan esos. ¿A ti que te gusta Jimin?

—Tú- —Pensó en lo que acaba de decir y sus mejillas se calentaron —¡Turrón! Me gusta el de turrón—. Menos mal solo había susurrado lo primero.

Se sentaron con las canastas de helado en un cómodo sillón azul. Sanha no paraba de hablar con Yoongi, primero el mas pequeño intentaba enseñar la tabla del seis al hombre de traje que tenia en frente. Luego cambiaron de tema pasando desde juegos hasta como había sido el día de hoy.

—Y entonces ellos me dijeron "Sanha no tiene papás, siempre estarás solo"

—Esos mocosos son los que siempre estarán solos, porque estoy seguro que son tan feos que ninguna persona querrá casarse con ellos. —Dijo Yoongi arrugando la nariz haciendo que Sanha riera fuertemente.

—Sii, ellos son muy feos, ademas, Minnie me dijo que no estaba solo, que mis papas están en el cielo, y lo tengo a él y ahora tengo a Suga. ¿Cierto?

—Claro que si pequeño, Jimin y yo te cuidaremos mucho, y no dejaremos que nunca estés solo.

Jimin sonrió mirando a Yoongi. Sintió un pequeño roce en su mano izquierda y bajo la mirada encontrándose con el dedo meñique de su jefe enroscado con el suyo.

Otra cosa mas para agregar a la lista de cosas que le gustaba de Min Yoongi, sentir sus dedos entrelazadas.

Lucky [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora