Lucky [YoonMin]

S E I S

—Jefe, ¿Puedo hablar con usted? —Preguntó Jimin después de tocar la puerta y recibir un "siga" como respuesta.

—Claro Jimin. ¿Qué pasa?

—Yo... No voy a poder asistir a la reunión de la compañía en Estados Unidos  —Respondió después de haberse sentado en la cómoda silla negra enfrente de su jefe.

—¿Por qué?

—Tengo que cuidar a Sanha. No puedo dejarlo solo por una semana entera. Sé que esto se me descontara de mi salario pero...

—Jimin, no te preocupes por eso. Puedes llevar a Sanha. —Interrumpió, cruzando sus manos encima de la mesa.

—¿Qué? Pero es un viaje de negocios, no estaría bien que un niño fuera...

—Lo sé, pero en tu caso; puedo hacer una excepción.

—¿De verdad? ¿C-cuanto tendré que pagar? —preguntó nervioso, un pasaje a Estados Unidos no es que fuese muy barato.

—¿De que hablas? —una pequeña sonrisa se formó en su boca, ver a Jimin nervioso era tan adorable.

—Ya sabe... Los costos de Sanha...

—Jimin, déjamelo a mi. No te preocupes ¿ok? Tú solo asiste al viaje con ese adorable niño. Estaría perdido si tú no vas, después de todo eres como mi mano derecha.

Jimin soltó un pequeño suspiro de alivio, ¿Cuantas cosas había hecho ya Yoongi por él? Miró a la persona que tenia enfrente y sonrió, lo hizo de la forma en la que sus cachetes hacían que sus pequeños ojos se volvieran una fina linea negra. Terminando con un gran "Muchas gracias" volviendo loco a Yoongi sin saberlo.

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—Sanha, necesito que estés lo mas calladito posible. Solo hasta que lleguemos al hotel. ¿Entendido? —Habló Jimin en la pequeña salita VIP de zona de espera en el aeropuerto. Recibió un pequeño asentimiento de cabeza por parte de Sanha lo cual lo hizo sonreír satisfecho.

Muchos ejecutivos leían el periódico, revisaban papeles o simplemente estaban en el celular transformando la sala en una llena de paz y silencio. Seria vergonzoso romper esa tranquilidad que había.

—¡SUUUUGAAAAAAAAAA! —Y vaya que era vergonzoso, cerró sus ojos intentado ignorar a todas las personas que lo veían.

El pequeño niño corrió hacia el peli negro saltando en sus brazos para ser alzado.

—Hola pequeño. —susurra para luego poner su dedo en sus propios labios para indicarle a Sanha que haga silencio.

—Tio Minni te estaba esperando.

—¿Ah si? —Preguntó mirando divertido a un Jimin que estaba completamente rojo de la vergüenza.

—N-no. Tienes que firmar una cosa. Es por Sanha. —No sabia si era su imaginación, pero le pareció ver una cara de decepción por parte de Yoongi al terminar de decir esto.

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El viaje fue largo y calmado, pues Sanha se quedo dormido mas de la mitad del vuelo. Llegaron un poco antes de la media noche, sus cuerpos les rogaban por un poco de descanso; una camioneta negra llegó a recogerlos para llevarlos hacia el hotel en donde se alojarían.

No duraron mucho en llegar, Jimin fue el primero en bajarse con Sanha en sus brazos el cual no tenia intensiones de despertarse.

—Toma, esta haciendo un poco de frío. —Yoongi puso su chaqueta negra sobre el cuerpo del niño, cubriendo también los hombros de Jimin.

—Gracias... —Respondió tímidamente.

Entraron al lujoso hotel y se dirigieron a la recepción. Pero antes de siquiera saludar a la recepcionista, dos personas los interrumpieron.

—Yoongi, cariño. Al fin llegas.

—¿Mamá? —volteó hacia la guapa mujer mayor que estiraba sus brazos para abrazarlo.

—Te estábamos esperando hijo. —Dijo un hombre con una grave voz pero llena de cariño, abrazando después a Yoongi.

—¿Qué hacen aquí? Creí que no podian venir.

—La convención en Milan se canceló, así que... Queríamos darte una sorpresa.

—Ya veo... —Yoongi miró a la persona que se encontraba detrás de él, un poco incomodo tratando de mirar a otro lado. —Oh, él es mi asistente, Jimin. Jimin, ellos son mis padres.

—Hola, mucho gusto. Es un placer conocerlos —Saludó con una hermosa sonrisa estrechando su mano con ellos.

—Yoongi, no nos dijiste que tu asistente era tan guapo. —codeó la mujer a su hijo bromeando. —Y este pequeño niño, ¿Quien es?

—Él es mi sobrino... Por varias razones tuve que traerlo, espero no les moleste. —respondió apenado.

—Mamá, yo le dije que lo podía traer. Te lo explicare luego —susurró esto ultimo—. ¿Cambiando de tema, ya tienen una habitación?

—Cariño, justamente por eso te estábamos esperando. No hay ninguna disponible, por eso tenemos que quedarnos contigo.

—¿Qué? Mamá...

—Yo... Esto, se pueden quedar en la mía. —interrumpió Jimin.

—Oh no, no hace falta. Tú tienes a tu sobrino. —respondió inmediatamente el hombre canoso.

—Insisto, por favor.

—Pero ¿Ustedes dos con quien dormirán?

—Conmigo—respondió Yoongi —. Ustedes vayan a descansar, yo compartiré la habitación con Jimin y Sanha.

—Bien... —Respondieron no tan seguros los mayores, caminando hacia el cuarto que antes le correspondía a Jimin y a su sobrino.

—Bueno... Parece que tendremos que dormir juntos por esta semana. —En sus labios se formo una pequeña sonrisa.

Lo que no sabia era que Jimin estaba apunto de desmayarse de los nervios.