Habíamos llegado al acantilado, el lugar pensado por mi para la demostración de mis alas. El lugar seguía tal como la última vez que lo había visitado: el césped iluminado por los últimos rayos de sol de la tarde, una leve brisa y el sonido del lejano mar chocando contra las rocas. Jm: En dónde estamos? Mirra: Yo lo llamo "el acantilado", es el lugar donde caí cuando llegué a la tierra. Jm: Es pacífico. -Me acerqué al borde- Mirra: Siéntate allí (le indique un sector en el suelo) comienza la demostración. Jm: Está bien.
Estaba parada dando la espalda al vacío que se abría tras de mí, abrí los brazos y me dejé caer. Jm: Ángel!
Mientras caía desplegué mis alas y remonte el vuelo, para así ganar altura de nuevo. Jimin me miraba sorprendido, lo que es poco decir ya que sus ojos casi se le salían de las órbitas. Volví a tierra firme luego de dar algunas vueltas en el cielo, todas con la mirada asombrada de Jimin clavada en mis alas. Al pisar el suelo miré a Jimin y le dije: Mirra: Ahora me crees? Jm: ... Mirra: El gato te comió la lengua? Jm: Déjame procesarlo. Mirra: De acuerdo pero emprendamos el regreso a la casa. Jm: No, quedemonos un rato más. Mirra: Está bien.
Los dos nos sentamos en la hierba mientras veíamos como el sol se escondía.
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Jm: La verdad, todo esto no parece real, todavía una parte de mi piensa que es un sueño y que en cualquier momento voy a despertar. Mirra: Te entiendo, a de ser difícil asimilarlo. Jm: Siendo sincero, lo primero que pensé cuándo te vi caer fue "No por favor". Mirra: Te importo? Jm: No lo sé, pero te has vuelto alguien muy recurrente en mi vida y no quiero que te vayas, y mucho menos que te mueras por caer de un acantilado. Mirra: Podría decirse que eso es tierno. Jm: Tal vez, o tal vez no; puede que sea solo instinto de protección, como el que tengo hacia kook por ser menor que yo. Mirra: Puedo hacerte una pregunta? Jm: Claro. Mirra: La primera vez que te vi estabas hablando con Tae, y el te reprochaba algo, puedo saber porqué te reprendía? Jm: Pues yo tengo la mala costumbre de coquetear demasiado con las fans durante los fanmeetings, y V me estaba riñendo porque justo ese día una fan se había vuelto loca luego de que yo le guiñara un ojo y le sonriera, la chica se tiro sobre mi e intentó besarme; los guardias tuvieron que intervenir, en fin una incómoda situación, yo les negué a los guardias el haber coqueteado con la chica pero cuando terminó el evento Tae vino a hablar conmigo y me dijo que el me había visto hacerlo, yo no supe que contestarle y al llegar a la casa él me dijo lo que tu escuchaste. Mirra: ... Jm: Porqué preguntaste? Mirra: Por curiosidad, la verdad no pareces un mal chico. Jm: Y no lo soy, cualquier chica querría salir conmigo. Mirra: Agh volvió el Jimin arrogante. Jm: Aceptalo Mirra, mis encantos son irresistibles.
Rodeé los ojos, y me levanté del suelo. Mirra: Creo que deberíamos irnos, está anocheciendo, si pasamos más tiempo aquí los chicos no creerán tu patética excusa y empezarán a preocuparse. Jm: Está bien vayamos, pero puedo preguntarte algo antes? Mirra: Claro. Jm: Algún día podré contarles a mis amigos de tu existencia? Mirra: No lo sé, esa decisión no está en mi manos.
Luego de ese cruze de palabras no volvimos a hablar durante toda la vuelta a la casa, íbamos caminando en silencio, los únicos sonidos eran los típicos ruidos de la noche. Al llegar a la puerta de la casa, antes de volver a ser invisible, le dije a Jimin: Mirra: Recuerda que ahora que tienes pruebas de que soy real, debes tomar una decisión. Antes de que él pudiera responder yo ya me había vuelto invisible, ya que había visto venir a Jin por la ventana, éste abrió la puerta y dijo: Jin: Qué haces parado en la puerta? Vamos entra, hace frío te vas a enfermar. Jm: Lo siento hyung estaba pensando en algo.
Jimin y Jin entraron conmigo tras de si, al entrar a la casa Jimin les preguntó a los chicos si querían ver una película. Yo les agradecí mentalmente porque quería encerrarme un rato en la habitación de Jimin y enviar una carta. Me acerqué a su oído y le susurré: Mirra: Me quedaré en tu habitación mientras ustedes se divierten, me iré antes de que llegues. Luego de que le comunicara este mensaje, Jimin susurró por lo bajo un "de acuerdo" y siguió hablando con los chicos cómo si nada hubiera pasado. Sigilosamente me colé en la habitación del demonio sin que nadie se diera cuenta, ya dentro, saqué un pergamino, mi tintero y me arranqué una pluma para poder comenzar a redactar mi carta. " Querida Lisa: Te escribo esta carta suponiendo que estás preocupada, pero quédate tranquila que la tierra no es tan mala como lo predijimos las dos. Me estoy adaptando bien pero aún no se que hacer durante la noche y es ahí cuándo más me aburro, mi objetivo (por si no te has enterado) es un demonio que se cree humano llamado Jimin, él es un tanto fastidioso, el chico aún no ha tomado una decisión en cuanto a que bando elegir, pero es mi trabajo convencerlo. Espero que estés bien, y los demás soldados no te traten rudo en mi ausencia, o mejor dicho espero que tú no les rompas la cara en mi ausencia. Saludos, Mirra." Cuándo terminé de escribirla, la enrollé y sople sobre ella. Me quedé parada viendo como las llamas consumían la carta que iba a ser trasladada hasta el Alto donde el ángel Gabriel la recibiría y se la daría a Lisa. Luego de enviar la carta, me quedé un rato acostada en la cama de Jimin, necesitaba meditar. Me encantaba recostarme en su cama, ésta tenía impregnado su perfume, y tengo que admitirlo, me encanta el perfume de Jimin pero nunca se lo diría porque se volvería cien veces más fanfarrón de lo que ya es. Mientras dormitaba, me puse a pensar en cuanto extrañaba a Lisa, ella es única y no sólo lo digo por ser su amiga... Lisa tiene las alas doradas.
