Plumas de Ángel y garras de Demonio (Jimin)

Capítulo cuatro "El acantilado"

En frente mío se materializo una figura. Era Taehyung.

Tae: Hola Ángel.
Yo: Hola Tae.
Tae: Oh ahora nos tuteamos?
Yo: No bromees conmigo. E de admitir que me sorprendió un poco, pero ya me lo imaginaba, sentí tu aura maligna en la habitación de Jimin y supe que eras un demonio.
Tae: Y yo supe que había un ángel cuándo sentí tu poder, estabas bajo un hechizo de invisibilidad.
Yo: Es obvio, no iba a dejar que Jimin me viera.
Tae: Sabes que tarde o temprano hablaré con él y lo convenceré de de seguir los pasos de su padre.
Yo: Sigue soñando demonio, uy lo siento, es cierto que los demonios no pueden soñar.
Tae: Sigue riendote, tarde o temprano, el mal siempre gana.
Yo: Tal vez gane las pequeñas batallas, pero nosotros ganamos la guerra.
Y así como había aparecido, el demonio desapareció sin dejar rastro, excepto una pluma negra en la acera.

Luego de ese escalofriante encuentro, decidí ir a un lugar que había conocido a mi llegada a este planeta.
El acantilado seguía tal y como lo recordaba y era perfecto para lo que tenía planeado hacer.

Estaba amaneciendo y debido a los sucesos ocurridos yo necesitaba un momento de paz y libertad, así que desplegué las alas y alcé el vuelo.

Se sentía tan bien la sensación de el viento y el rocío de la mañana rozar mis alas. Era una sensación de pura libertad que despejaba mi mente y me recordaba porque había aceptado mi misión en la tierra. Lo había hecho porque solo este planeta tiene esos paisajes que te hacen tener ganas de volar en ellos y sentir todo su esplendor. Ya había amanecido y la vista era espectacular.

Ahora debería hacer algo más antes de volver a la casa del demonio. Tenía que enviarle un mensaje al arcángel Miguel para comunicarle que uno de los amigos de Jimin era un demonio, lo cuál complicaba un poco los planes que tenían los del Alto ya que si mato al demonio cómo estaba previsto, seguramente Taehyung se lo informaría a Lucifer lo que podría desatar una guerra celestial.
Tome un pergamino de mi bolsa, redacté la carta y la puse en un sobre. Luego soplé sobre la carta y ésta ardió en llamas y desapareció. Esa era la forma en la que los ángeles enviábamos cartas al Alto, de la misma forma los demonios enviában cartas al Consejo Oscuro que era el grupo de demonios que aconsejaban a Lucifer.
Miré hacia el acantilado, que lindo sería poder quedarme allí unas horas más, pero no era posible, debía volver a la casa de los chicos. Aunque no podía matar a Jimin aún, de todas formas iba a manterlos vigilados a él y a Tae hasta tener una respuesta del Alto. Muy a mi pesar, plegué mis alas nuevamente y mágicamente las acoplé a mi espalda para que no fueran vistas, debía volver a la casa caminando como una simple mundana, genial, odio caminar.
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Hola espero que les haya gustado, quería avisarles que usualmente casi todos los capítulos serán cortos, pero intentaré actualizar seguido.
Saludos :)