Esperando Un Cambio.

5.2

Al enviarnos a la oficina de la Señora Allister, podía notar su risa interna a pesar de que lucía molesta, no podía ocultar su burla... Al sentarnos comenzó a hablar con ambas y dejó que cada una contara la versión de su historia, mientras hablaba se paró y se recostó sobre la mesa justo al frente de nosotras, mientras hablábamos sus dedos se movían uno al compás del otro toqueteando la mesa como si estuviera inquieta hasta que por fin cesó dijo

- Señorita Ellen, hasta cuándo seguirá sorprendiéndome, verdaderamente espero que esto no se vuelva un hábito ya que de lo contrario moriré de un ataque al corazón. ¡Umn!

Al notar la prepotencia de Isabel, se enojó.

Señorita Blerk vaya a la enfermería de nuevo y cuando terminen de chequearla la esperaré en el salón de retenciones.

- Pero...

- Pero nada, es una orden.

La miró de manera violenta, luego el silencio invadió la oficina hasta que sonrió.

- Cierre la puerta al salir... En cuanto a usted Kate veo que no ha cumplido con lo que le he asignado.

- Hagamos algo, dejemos de una vez por todas los buenos modales a un lado, dígame pamela le fascina molestarme ¿verdad? ¡No podría dejarme en paz y ya! olvidémonos de esto ¿o es qué acaso lo disfruta?

- Bastante diría yo, pero hay un problema no puedo expulsar a Isabel porque su madre brinda fondos a esta institución, no puedo expulsarte porque eres el orgullo de toda la escuela, No obstante en cuanto al Joven Yeremi estoy harta de que curse trimestre tras trimestre sin ni siquiera merecerlo, sólo porque su padre es el mayor contribuyente de esta institución, o porque representa a la escuela en el equipo de básquetbol eso no significa que él pueda hacer lo que se le antoje.

Entonces Kate pensé en ti y luego de ver los resultados del Test Psicológico quedé muy sorprendida pues no eras quien parecías ser, entonces decidí estudiarte, luego me di cuenta que a tu hipócrita vida le hace un perfil como el de Yeremi y ambos se volvieron la pieza faltante en mi rompecabezas, ahora puedo matar dos pájaros con un solo tiro, ya que, necesito que Yeremi estudié para que al menos cuando salga de aquí su estatus no dañe la hoja de vida de esta escuela y por último necesito poner al desnudo mi experimento para completar mi tesis de postgrado.

- Entonces ahora soy su rata de laboratorio.

- No, simplemente estoy tratando de sacar ese animal que está encerrado dentro de ti y lo pongo en libertad, quiero saber cuál será su forma de respuesta antes este nuevo estimulo, llamado correlación...

- Pues adivine.... No soy un objeto o animal, para que usted me esté probando o analizando, entienda que de ninguna manera llevaré a cabo sus planes.

- Jajá entonces hagámoslo a su manera, debe algo que le importe y que no quiera perder... Déjeme ver la enviaré por una semana a su casa.

Hablaba mientras me miraba al rostro.

- No, mejor la entraré en la sala de retenciones o mucho mejor la sacaré del cuadro de honor.

Al ver mi rostro decidido que ya nada me importaba siguió buscando ese algo con el que me pudiera chantajear.

- O pues vamos a ver qué piensa Michael, su padre, al respecto.

Vio el gesto en mi cara, pero de todas maneras quise mostrarme fuerte, hasta que tomó el teléfono y comenzó a marcar el número de la oficina de mi padre.

- ¿Oh, cuál es el número? déjame ver... ¡ah ya lo recordé!

Hablaba mientras giraba su cuerpo en la silla en donde se encontraba puso el altavoz para martiriarme.

- Mejor lo llamo a su teléfono personal, ¿acaso quieres que le deje un recado?

Mis ojos estaban llenos de furia luego comenzó a marcar el teléfono en voz alta mientras sostenía el cable dándole vueltas con sus dedos hasta que papá contestó y ella me miró fijamente antes de hablar entonces grite ¡OK! y ella respondió:

- Michael disculpe, es que le llamaba porque nunca antes nos habíamos tomado la molestia en felicitarlo por su asombrosa hija.

Papá lo primero que pregunto de forma angustiada fue que si pasaba algo, Ella me miró y dijo -no, nada Señor Ellen, mi padre suspiro mientras dijo -ok gracias (hablaron un par de minutos hasta que colgó).

La señora Allister sonreía y sonreía mientras unía sus manos como una mosca y giraba su cabeza de lado a lado.

- ¡Bien hecho!! Buena chica eso esperaba, es un placer hacer negocios contigo.