Payphone T.1 (Terminada)

Capítulo 24. | Maratón 3/3

Capítulo 24

-Lo que me estás diciendo son acusaciones muy fuertes.

-Lo sé, pero no es mentira. ¿Por qué te mentiría con algo así?

-No lo sé.

-¿Me creerás?

-No Josh, Christian no es... así. ¿Qué mierda te hace pensar eso?

-Sólo ve los diarios.... Ah, ya... recuerdo que tú no lees diarios. ¿Qué tal si buscas en Internet?

-¿Qué quieres que busque?

-Familia Beadles.

-No lo haré-reí-. Enserio.

-Eres mi perdición _____. Me volverás loco. Hazlo.

-No Joshua, no leeré ningún puto artículo.

-Bien, como quieras. Pero... recuerda que te vigilaré cada vez que estés con ese tipo.

-Déjame en paz. Es mi vida.

-Tú eres mi vida ____. No puedo dejar que nada malo te pase, no puedo dejar que ese weón te haga daño.

Sacudí la cabeza y me introduje en el auto. Lo dejé hablando solo. Encendí la radio, y no sé por qué, una lágrima comenzó a rodar sobre mi mejilla.

"Eres mi vida", no podía tragarme aun lo que Josh me había dicho. ¿A caso era verdad, o simplemente no soportaba la idea de verme con otro chico? Aunque, el pasado me hacía dudar. Tal vez por eso, mi madre y toda su familia estaban en contra de nuestra relación, pero... si mi madre sabía que los Beadles eran peligrosos, ¿por qué jamás me lo dijo? Nunca había tenido más revuelta la cabeza. Tuve que detenerme a mitad del camino ya que me sentía mareada.

Mi celular me despertó de nuevo.

-¿Aló?

-Hola hija, ¿cómo estás? Llevo tiempo esperándote.

-Ah, sí... estoy bien, sólo me quedé a platicar con un... amigo. Ya voy para casa.

-Está bien, con cuidado.

-Sí mamá, adiós.

Colgué y arranqué de nuevo, traté de llegar rápido a mi casa y encerrarme en mi habitación. Me miré en el espejo y tenía los ojos dilatados del coraje; me los sequé con un pañuelo y me metí a la ducha para despejarme de todo.

Al salir me puse unos shorts desgarrados, una blusa holgada con la palabra SWAG y unos tenis. No exactamente lo que había comprado horas antes.

-Ya-le dije a mi madre mientras bajaba las escaleras.

-Bueno, siéntate a comer, pequeña.

Me senté y mamá comenzó a servir la cena.

-Mamá...

-¿Sí?

-Mamá, ¿te acuerdas de Christian?

-¿Christian Beadles?

-Sí.

-Oh... claro hija, ¿por qué?

-Me lo encontré hoy en la plaza.

Dejó caer su tenedor al plato y su rostro tomó un tono pálido.

-¿Estás bien, mamá?

-Sí ____. ¿Qué pasó con ese chico? Quiero decir... ¿hablaron?

-Sí, hablamos y me invitó un café.

-Ah...

-¿Sabes? Siempre he tenido la duda de por qué no aceptaron nunca nuestra relación, ¿me la dirás?

-Ese chico es peligroso, cariño. Me gustaría que no lo vieras más.

-Me gustaría saber por qué es peligroso-remarqué cada una de mis palabras.

-Su familia no tiene una buena reputación... mucho menos por su padre.

-¡Pero qué es lo que les hace "malas personas"!

-Su padre y su... hermano, y obviamente Christian, son... trafican droga y tienen muchos problemas.

-Así que es verdad-murmuré.

-Sí, es verdad. Son narcos _____, por eso no te quiero ver cerca de él, de nuevo.