No sabía si habían pasado horas, días, o tal vez semanas, debido al debilitamiento. Se encontraba muy lejos del lugar en cual había estado, muy lejos de ese laboratorio, caminando con una bata blanca con manchas de sangre.
Caminaba sin rumbo fijo y sin dirección en medio de un gran desierto. Estaba muriéndose de hambre, y ya había caido la noche, estaba desesperada, moría de frio. Quería saber como se encontraba su padre, quería volver a esa cabaña, pero no sabía cuan alejada de ahí estaba.
Había ido hasta la cárcel donde estaba su hermano y madre, los iba a rescatar, había matado a unos hombres y comenzado un incendio, iba a su encuentro, alguien le puso un trapo hediondo contra su nariz y boca y quedó inconsciente. Su plan había fracasado.
Recordó lo que su madre le había dicho, que ella no puede con todo, que le harían daño, y de cierto modo así era, lo confirmó cuando eacuchó hablar a esas personas de batas blancas, las cuales hablaban de sobre como la transformarían, sabía que por el momento era un rumor, pero también sabía que la mayoría de rumores que había escuchado habían resultado ser ciertos.
Como cuando sus padres le dijeron de que era muy peligrosa y poderosa por sus habilidades cuando era pequeña y aún antes de estar en la cárcel y no tenía conocimiento de cuales eran estas, ni de como usarlas, y supo como cuando hizo todo ese caos en las cárceles con tan sólo sus habilidades. Como cuando se extendió el rumor de que Shamuel su mejor amigo estaba enamorado de ella y este después lo declaró cierto.
-Ahh Shamuel. -pensó.
¿Qué habrá pasado con él?. -se preguntó. La última vez que lo vio fue en su casa, en una noche de enero sentados viendo las estrellas. Su primer beso bajó el árbol del campo, como olvidarlo.
Salió de sus pensamientos cuando un ruido la sorprendió y cayó al tropezarse con una piedra, alguien se acercó a ella con pasos rápidos, sostenía una lámpara. La tomó de la mano para ayudarla a incorporarse, era un chico, cuando cruzaron las miradas sintió que no debía temerle.
-Oh Dios disculpa por asustarte, ¿Estás bien?, ¿qué te sucedió?-. Preguntó preocupado mientras la ayudaba a incorporarse. Intentó tocar la herida en su brazo derecho.
-No me toques, suéltame. -bufó Madhya.
-Traquila, no te haré daño, sólo quiero ayudar -dijo el hombre mirándola directamente a los ojos, sus ojos eran de un color azul, azul profundo.
-¿Qué quieres de mí?, ¿quién te mandó?, ¿qué haces aquí?.- titubeó.
-¿Supongo que ayudarte y ser tu amigo?.- sonrió, y ¿debería alguien mandarme?.- bromeó. Madhya frunció el ceño.
-Olvidalo.- negó con la cabeza. -yo sólo, salí de la cabaña a dar una vuelta, ¿qué loco no? En medio de este frio. Como sea, mi grupo y yo tratamos de cruzar la frontera, queremos ir a Pakistán.
¿Salir a dar una vuelta es de locos?.- pensó Madhya por un par de segundos. Si tan solo supiera lo que hay en mi cabeza...
Negó casi inperceptiblemente y se dirigió al chico.-¿P-p pakistan?.- tartamudeó
-Sí.- respondió duduso.
-¿Qué tan lejos estoy?.- pensó en voz alta
-Emm, ¿me preguntas a mí?.- preguntó el chico.
-No lo sé. Mientras bajaba la mirada al suelo.
El chico sonrió mientras negaba con la cabeza.
-¿De dónde eres?.- preguntó con una sonrisa.
-¿Quién eres?.- respondió.
-Disculpa que mal educado, me llamo Luker, soy de Nepal, mucho gusto.- dijo y besó la mano de Madhya esta se estremeció por el contacto y retrocedió dos pasos.
Madhya pensó que podía decirle quien era ya que él era de nepal, muy lejos de donde ella era.
-S-s soy Madhya, soy de Bombay.- tartamudeó.
-¡Wow!, lindo nombre, ¿y qué haces aquí?. -preguntó con sorpresa.
-No, no lo sé, es complicado.- dijo.
-Oh está bien, ¿para dónde vas?, ¿te quedarás aquí?, digo, si te quedas aquí es más seguro que mueras primero de hipotermia que de hambre.- bromeó el chico.
-Voy a la cárcel, voy por ellos.- respondió con la mirada perdida.
Luker frunció el ceño, ¿a qué se refería?
-Disculpa.- dijo Madhya. -¿Puedo ir contigo?.- preguntó con una sonrisa forzada.
Necesitaba rescatar a su familia, pero antes necesitaba un nuevo plan, necesitaba huir, alejarse lo más posible que de quien sabe donde estuviera, alejarse lo más posible del laboratorio, porque sabía que aún no estaba tan lejos de este, y que mejor que huir con el chico de los ojos azules. Algo le dijo que este no mentía y que no tenía nada que ver con el general Ghang.
-Claro.- respondió entusiasto. -¿por qué no?, sólo que estoy en grupo, como te dije. Hablaré con ellos y les preguntaré al respecto, no dudo que digan que sí- dijo con una sonrisa.
Madhya le devolvió la sonrisa y juntos caminaron hasta que la silueta de ambos desapareció entre la oscuridad.
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La Esclava 9642.
Science FictionDurante varias decadas en La India fue muy practicada la esclavitud. Nunca nadie hizo algo para acabar con ella. Pero fue hasta 2040 en una de las ciudades más importantes de La India una jóven de 25 años llamada Madhya Singh decidió acabar con eso...