-Fue un muy muy mal indicio.-espetó.
-¿Qué querías que hiciera?, ¿que pasará desapercibido lo descubrí?.- respondió fastidiado.
-No, pero no fue buena idea provocarla.
-¿Sabes?, tu bondad nunca te hará un favor en la vida, mucho menos con ese... monstruo.
-Deberías estar agradecido que no permití que te matara, no sabes cuanto me arrepiento.
-No te preocupes, estoy seguro de que cuando despierte ella lo terminará, no creo que deje nada inconcluso.
-¿Qué le diremos a Luk?
-Que su novia es un mounstro.
-No es su novia...-la interrumpe unos pasos acercandose.
-¿Sophia?, ¿Raphael?. -preguntó Luker, -¿saben donde está Madhya?, yo... -¿Qué rayos?
-Sí Raphael no me cambies el tema y ya dime porque tienes sedada a Madhya.- espeta Shopia.
-¿Qué?, pero si tú...- Luker lo interrumpe.
-Quiero a ustedes afuera, ¡ahora!- gruñó ya fuera de sus casillas
Raphael y Shopia se dirigieron a la salida, mientras Sophia fulminaba con la mirada a Raphael.
Minutos después Luker se quedó sólo, sigiliosamente se acercó a Madhya y la tomó de los brazos, percibió algunos rasguños cerca de sus muñecas, y las sostuvo delicadamente.
Para sorpresa de Luker, Madhya se incorporó de un salto, y lo lanzó al otro lado de la habitación.
Madhya se levantó y se dirigió a Luker, este pudo percibir una peculiar chispa de enojo en sus ojos, lo sostuvo por la camiseta. Luker estaba atónito, con la mirada perdida en algún punto detrás de ella pero segundos pudo articular un par de palabras mientras el rostro de la chica reflejaba indiferencia.
-Madhya yo... ¿qué te sucedió?- arrastraba las palabras al hablar.
-Eres un maldito mentiroso.- espetó con furia mientras estampaba su mano en la cara de Luker.
Luker se soltó de su agarre y la tomó por los hombros.
-Madhya mirame, yo no te mentí, yo quiero ayudarte. No sé porque dices esto, ¿qué te hicieron ellos?, ¿por qué estabas sedada? No sé porque dices estas cosa, es más, no sé ni quien eres.- corrigió. -Yo, no sé quien eres realmente.- dijo con la mayor calma que pudo reunir.
Madhya bajó la mirada, y sólo en ese momento Luker se fijo que ni ella misma sabía quien era, en quien la habían convertido. Segundos después Madhya se dirigió hacía la cama en la que antes había estado, le indicó a Luker que se sentara a su lado con un gesto de mano.
-Yo, yo... sé que no debí hacer eso pero es que, tuve un sueño Luker, uno donde tú me entregabas, y lo primero que ví fuí al despertar fue al vidente con una mano contra mi cara, pensé que tú lo habías mandando y...- su voz se fue quebrando a la medida que terminaba de hablar.
Luker comprendió dos cosas. Una, Madhya no sabía muchas cosas sobre lo que había sucedido con el mundo. Y dos, ella no confiaba en él como él quería, pero era razonable ya que apenas la conoció.
Sophia siempre solía decirselo, tu confianza y lealtad estan realmente forjadas a tu corazón, no importa quien sea a que encuentres te acercas y haces lo posible por ayudar, tu amor es sólido, duro. Pero tibio a la vez, puede quemar hasta lo más profundo de un alma.
Y es que simplemente él miraba hacía el exterior y se encontraba con tanta injusticia, dolor y sufrimiento. Él quería un cambio, quería ser el cambio. Si quieres un cambio tienes que empezar por ser el cambio, eso era lo que él creía.
Tomó por las mejillas a Madhya y la obligó a mirarlo, su mirada llena de temor y angustia. Necesitaba un refugio y nadie parecía querer dárselo.
-Yo, sé que no te conozco ni tú a mí, pero yo puedo empezar. Mi nombre es Luker Mattwilson, vivía como ya sabes en Nepal, no sé exactamente en donde nací pero mis padres se mudaron ahí cuando era muy pequeño así que adquirí la nacionalidad, un día todo el mundo estalló en caos, no muy diferente a como era antes, pues mis papás me contaban como Nepal siempre fué un lugar muy pobre. Había sobrepoblación en aquel entonces, el Gobierno levantó una orden, una masacre hacía la población pobre. Tengo la habilidad de mover cosas muy pesadas, eso me lo dijeron mis padres antes de la masacre, yo no lo sabía. Sin embargo nunca me dijeron más, ellos murieron en medio de la masacre pero antes ellos nos buscaron un refugió a mí y a Sophia, ella es mi hermana. Junto con otro grupo de personas huimos, el grupo era algo así como ayuda-ayuda, cobraban una cantidad alta para sacar a las personas que buscaban un refugio fuera de Nepal. Mi familia era de bajos recursos y mis padres sólo pudieron pagar por mi hermana y yo.- Luker suspiró.
-Ví como fueron asesinados Madhya.- dijo segundos después.
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-Luk, despierta. Mamá hizo galletas.- susurró Sophia a su oido.
-Basta Sophi, déjame dormir.- gruñó mientras se envolvía en las sabanas.
-¿A caso no sabes que día es hoy?.-preguntó con una singular chispa de alegría en sus ojos.
-¿El día que me despertaste a las 6 am?.- resopló.
-¡Tu cumpleaños!.- gritó mientras se avalanzaba contra Luker y le causaba cosquillas.
-¡Basta Sophi deja de hacer eso!.- gruñó entre risas.
Se detuvo en seco y respondió mirándolo fijamente.
-Soy mayor que tú, no me puedes obligar a nada.- gruñó
Luker giro sobre si mismo y la atrapó abajo de él.
-Por sucios dos años, cretina.- Respondió mientras la lanzaba fuera de su cama.
-¡Mamá!, ¡Luker me tiró de la cama!
Ambos se soltaron a reír, después de unos segundos todo fue silencio hasta que una bala hizo eco en todo el lugar.
Luker se incorporó y corrió hacía la cocina, no sin antes esconder a su hermana bajo su cama. Había un un olor fascinante, cálido y... muerte.
Sus padres estaban muertos.
Corrió lo más rápido que pudo, ellos estaban ahí, los iban a matar.
Sus padres les advirtieron de todo lo que acontecería, ya sabía que hacer, sólo que no contaba con esto, sus padres le dijeron que ellos los seguirían, pero ahora que ya no estaban tenía que hacer lo que le dijeron.
Llegó a su habitación y sacó a su hermana debajo de la cama, lloraba desconsoladamente.
Le indicó que parara de llorar si no querían ser descubiertos.
Corrieron lo más rápido posible, escuchaba pasos que subían a la planta de arriba sin saber que había habitaciones en la de abajo.
Su habitación estaba en la de abajo, por eso tuvo ventaja, y logró escapar antes de que de ver a su casa desplomarse por el fuego que los soldados habían prendido.
Llegó al punto de reunión que sus padres le habían indicado. Se adentró en un agujero, ya que su viaje sería subterraneo.
Mostraron sus identificaciones y junto con el grupo de refugiados avanzaron a su destino. Ahora lo único que ellos tenían era un camino que recorrer y a ellos mismos.
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La Esclava 9642.
Bilim KurguDurante varias decadas en La India fue muy practicada la esclavitud. Nunca nadie hizo algo para acabar con ella. Pero fue hasta 2040 en una de las ciudades más importantes de La India una jóven de 25 años llamada Madhya Singh decidió acabar con eso...