Capítulo 21

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-¿Em...embarazada? - Kagome se sentía desfallecer, eso no podía ser verdad - ¿Es… seguro?

-Es seguro - dice con tranquilidad el doctor - Sus síntomas son claros. Pero si lo desea podemos hacer un examen de laboratorio para que usted y su esposo se queden tranquilos.

-Sí,es lo mejor - responde Naraku - No sabes lo feliz que estoy - abraza efusivamente a Byakuya y luego se dirige a Kagome e intenta besarla y ésta a encontrarse aún en shock no se percata del beso - Hay que celebrarlo.

Naraku y Byakuya salen de la habitación luego de tomar una pequeña muestra de sangre de Kagome. La azabache seguía sentada en la cama. Intentando asimilar todo.

-No puedes ser de Naraku - dijo la azabache mientras se tocaba el vientre; sus lágrimas brotaron y recorrieron sus mejillas - Debo saber cuántas semanas tengo.

Se levantó y se dirigió rápidamente a la sala, necesitaba hablar con el médico. Al llegar se dio cuenta que Naraku hablaba por teléfono y que Byakuya ya no se encontraba en el lugar.

-Demonios - susurró la azabache para sí misma y se acercó un poco más para escuchar a Naraku.

-¿Acaso no entendiste? - decía molesto - Necesito más hombres para vigilar la casa… si… quiero que esten atento a ella, no la dejen sola nunca.

Kagome apretaba sus puños, ahora le sería mucho más difícil lograr escapar. Bajó hasta su habitación, pero antes de llegar escuchó que alguien golpeaba la puerta de la bodega. 

-¡Maldición Naraku! ¡Abre la puerta!

-¿Ryura? - Kagome se fue acercando más y más a aquella puerta - ¿Ryura eres tú?

-¡Kagome! Sácame de aquí, Naraku se volvió loco - trataba de sonar convincente, lo único que deseaba era matar al ojirrojo cuanto antes.

-Lo intentaré

Kagome trató de abrir la cerradura con un pequeño alambre, luego rompiendo la manilla, golpeó la puerta muchas veces pero todo era inútil.

-Lo siento, no puedo - dijo casi en un susurro.

Naraku fue en busca de su esposa a la habitación del segundo piso pero no la encontró, así que se dirigió hasta el sótano. Al llegar al lugar vio a Kagome apoyada en la puerta de la bodega.

-No intentes nada estúpido - dijo serio, Kagome pegó un brinco del susto.

-Naraku, me haz asustado

-Sólo quién no está haciendo lo correcto se asusta así de fácil - la mira directamente a los ojos - Aléjate de la bodega.

-Ryura está ahí y no…

-Ryura se quedará ahí el tiempo que yo lo desee - se acercó a la azabache y la agarró de un brazo - En cuanto a ti… Te quedarás quieta en la habitación, no saldrás sin que te lo diga, y un guardia estará pendiente de ti todo el día.

-No puedes hacer eso - Kagome comenzaba a molestarse - No me quedaré encerrada aquí abajo.

-Ohh claro que si. Llevas un hijo mío y no me arriesgaré a que lo mates

-¿Acaso escuchas lo que dices? - la azabache caminó furiosa hacia la habitación y Naraku la siguió - No soy ninguna asesina y éste es mi hijo, no le haré nada.

-En lo primero no estoy seguro - se le acercó peligrosamente - ¿Olvidaste que intentaste matarme?

Kagome y Naraku se miraban desafiante, ninguno iba a bajar la guardia y al ojirrojo cada día le costaba más controlar a la azabache.

Reescribiendo el pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora