Capítulo 8

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Holaaa!!!! ¿Me extrañaron? Yo se que siiii... jajaajaj por fin les traigo el capítulo ocho. Ojalá les guste y como siempre, es bien venido un comentario o una estrellita. Nos vemos mañana!!!

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Kagome se dirigía a la habitación de Kikyo. Decidió empezar a ordenar su vida y lo primero que tenía que hacer era conversar largo y tendido con su amiga, aunque, no sabía si aún ésta la consideraba así.

-Kikyo – dice la azabache abriendo la puerta de la habitación - ¿puedo pasar?

-Sí, pasa – la voz de la joven no sonaba molesta.

-Kikyo yo... lo de Inuya... - es interrumpida abruptamente.

-Lo sé. No es tu culpa – dice tranquilamente – Sé que Inuyasha aún te quiere mucho y que no puede olvidarte. Sé también que te busca. Y eso también es mi culpa.

-¿Qué dices Kikyo? Eso no es verdad.

-Lo es... Estoy tan inmersa en mis estudios que no he podido compartir tiempo con Inuyasha y buscó en ti lo que no encontró en mí... Lo entiendo. Ya hablé con él y lo arreglamos. Lo amo con todo mi ser y nada podrá cambiar eso y amiga, agradezco el hecho que no le aceptaste el beso, sé que todavía lo quieres.

La joven dejó impactada a Kagome, pues ésta no creyó que hablar la situación que tanto prolongó se solucionaría tan rápido, aunque está segura que Kikyo no sabe que ella con Inuyasha se han acostado.

-Kikyo – la abraza fuertemente – jamás olvides que te quiero, que eres mi amiga.

-Gracias Kagome, también te quiero.

Compartieron la mayor parte del día, charlando y estudiando juntas, más la conciencia de Kagome aún no la dejaba del todo tranquila. Era de esperarse, había traicionado de la peor manera a la joven que le brindó su amistad sin pedir nada a cambio.

Por otro lado Sesshomaru estaba harto con las actitudes de Inuyasha, si de por sí nunca lo soportó ahora menos, ya que no ha querido decirle nada sobre el por qué Kagome cambió tanto.

-¡Es suficiente! ¡Te largas de mi casa!

-Khe! Ya no aguantaría ni un día más aquí contigo –Inuyasha comienza a guardar sus cosas – Pero te advierto Sesshomaru, haré todo lo posible para que Kagome te odie, aunque con tu actitud no es muy difícil.

-Basta... Sal ahora y no me amenaces, no eres nadie para hablarme en ese tono, ahora ¡LARGO!

El peliplata menor tomó sus pertenencias y se fue. No tenía nada que estar haciendo ahí, así que tomó un taxi y se dirigió a un hotel. Ya era costumbre de él ir y venir pues no tenía un lugar fijo. Se alojó en el hotel Goshimboku, piso 12. Siempre le gustaron las alturas.

-Ya verás Sesshomaru... te demostraré que ese beso que le diste a MI Kagome hace 8 años no significó nada para ella. Ella es mía y lo será siempre.

Inuyasha se dirigió al bar del hotel y bebió muchas copas. Cuando ya consideró que era suficiente se dirigió a su habitación no sin antes, escuchar a alguien que lo llamaba.

-Inuyasha... mi amigo – dijo una voz grave y con tono irónico - ¿Cómo has estado?

Inuyasha quedó en una sola pieza, jamás creyó volver a escuchar esa voz. Se dio media vuelta y su sorpresa no se iba... Esto comenzaba a ponerse negro.

-Na...ra...ku

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Kagome estaba metida estudiando, debía de presentar un trabajo en unos días más y ya se encontraba atrasada, más cuando perdió mucho tiempo viendo T.V con Kikyo. Sus manos se movían ágilmente sobre el papel. La muchacha tenía talento, era la mejor de clase y eso lo sabía, por lo mismo se esmeraba, no quería decepcionar a nadie.

Reescribiendo el pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora