Capítulo 27

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-Ella desea hablar con la señorita Kikyo - comenta el médico.

El peliplata observó a la muchacha incrédulo. Él quería ser el primero en verla. Deseaba abrazarla, besarla y decirle que ya todo estaba bien, que nunca más la dejaría sola.

-¿Conmigo?

-Sí. Dijo que era el momento de contarle la verdad.

Al escuchar aquellas palabra Bankotsu y Sango se miraron de manera cómplice. Ambos sabían a qué exactamente se refería el médico con aquellas palabras.

Kikyo fue junto al médico a la habitación de Kagome. Ésta última se encontraba muy nerviosa porque había llegado el momento de decirle todo a su amiga, a sabiendas que pronto ya no lo sería.

A solo segundos de entrar Kikyo fue a abrazar a su querida amiga. Las lágrimas comenzaron a brotar.

-¡Kagome! Gracias a Dios que estás bien - decía entre sollozos - No sabes lo preocupados que estábamos todos.

-Lamento haberlos asustado de esta manera - Kagome le sonrió - Pero por fin todo acabó.

-Es verdad. Afuera están todos. No sabes las ganas que teníamos de poder verte de nuevo.

-También yo. Los he extrañado mucho - la azabache trataba de no llorar - Pero Kikyo... necesito hablar contigo sobre un tema que... he estado... ocultando por mucho tiempo.

-¿De qué se trata Kagome? - miró preocupada a su amiga - ¿Qué pasa? Me estás asustando.

-Yo... yo... - Kagome aprieta fuertemente la sábana. No sabe exactamente cómo continuar sin dañarla, pero en el fondo sabe que aquello es imposible - Tú sabes que yo siempre quise a Inuyasha.

-No es necesario que hablemos de esto Kagome. Inuyasha siempre estará en mi mente, pero ahora mi corazón ha comenzado a latir de nuevo por alguien más - sonrió la pelinegra.

-¿En serio Kikyo? - miró perpleja a su amiga - ¿Quién es? - pregunta curiosa.

-No te vayas a molestar por favor - decía mientras se sentaba en la camilla - Sé que estuviste saliendo con él hace un tiempo, pero nos hemos acercado tanto y con tu desaparición y el intentar buscarte nos hicimos más unidos.

Por la mente de Kagome pasaron miles de cosas. Se asustó. Entró en un pánico interno al creer que de quién hablaba Kikyo era Sesshomaru. Su sangre se heló por completo.

-¿Quién... quién es Kikyo? - su voz sonó temblorosa y con temor.

-Es Bankotsu - dijo con un brillo de ilusión en sus ojos, sin embargo Kagome no había entendido bien.

-¿Ban...Bankotsu?, pero él... él no había... - la azabache comenzó a llorar al recordar cómo su amigo había sido baleado por Naraku.

-¡No! Tranquila Kagome - se acercó más a ella - Él sobrevivió.

Kagome levantó su mirada rápidamente y abrió sus ojos con una expresión de asombro.

-¿Vi...vivo? ¿Bankotsu está vivo? - decía no muy convencida de lo que su amiga le decía.

-¡Sí! Estuvo grave muchas semanas, incluso no despertaba. Pero fue más fuerte y logró recuperarse... Aunque... - los ojos de la pelinegra se nublaron por las lágrimas que trataba de no contener.

-¿Qué? ¿Él está bien? - Kagome quería mucho a ese muchacho, ¡cómo no! si él fue su confidente y su gran amigo en los momentos en que ella dudaba de sí misma.

-No puede caminar - la voz de Kikyo se apagó - Sus piernas no le responden y ahora usa una silla de ruedas. Él... no quiere vivir Kag - las lágrimas corrían por sus mejillas - No quiere vivir y no sé que hacer para que tenga el deseo de recuperarse.

Reescribiendo el pasado [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora