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"Desayuno"

Transcurrido todo el día, la mañana del siguiente se le reflejó en el rostro gracias a los rayos del sol y el canto agudo de los pajaros que picaba a la ventada cerrada. Los pobres cobraron la interrupción de sus sueños con un muy fuerte golpe de la almohada en el vidrio.

— ¿Diecisiete? —frota sus ojos y da un gran bostezo con pizca minúscula de cansancio en él.

Estiró sus brazos y piernas por la longitud de la cómoda cama la cual cubrió con su cuerpo dejando pequeños espacios difíciles de ocupar. Tantas horas de descanso le abrieron un horrible apetito y por ello, salió de la habitación hasta el comedor sin esperar a que el ojiceleste se apareciera, menuda suerte de que sabe freír un huevo y calentar algún pan de acompañamiento.

Soltó una risa poco audible con la imagen más ¿ridícula? ¿Tierna? ¿Ridiculamente tierna? En fin, un Lapis descansando y babeando sus brazos apoyados en la orilla de la mesa, muy en la orilla.

Lo dejó ahí por mientras y enrolla las mangas a la altura de los codos para que no se mojasen o incendiasen en fuego por alguna tontería suya.

Con abrir el refrigerador se topó con una escasa elección de alimentos, únicamente tres huevos, una rebanada de queso, lo que quedaba de la mantequilla y tres tarros pequeños de crema medio gastadas.

— ¿Y qué comeré así? —resignado, agarró los tres huevos y la mantequilla que utilizaría como aceite.

Comenzó con el recetario que en su mente se veía no muy apetecible pero sin duda al terminar fue para hacerse agua en la boca. Debido al exquisito olor que desprendía la mantequilla, Diecisiete fue despertando lentamente.

Su visión se enfocó en la camiseta verdosa holgada al cuerpo de Black, para su desgracia, la camiseta cubría parte de sus muslos. Por ello, suspiró; ¿Cómo retrataría aquello sin saber con exactitud su forma?

— ¿Qué preparas con mantequilla? —interrumpió el relajante silencio con su voz arrogante de adolescente.

— Un intento de desayuno... Deben comprar más comida enlatada o de calentar —replicó en modo de queja al mayor mientras con una cuchara pasaba todo lo preparado a un platillo.

El olor era deseable, el lustroso brillo del huevo preparado le daba más hambre. Se giro y se sentó a un costado de él dejando el plato entre los dos, de ese modo compartirían la comida que emanaba hambruna.

— Como digas... Las manos las tengo entumidas —comenta como si daba, esperaba que el menor respondiera como quería.

— Que mal.

Se llevo un bocado, saboreando la esponjosidad que poseía ese desayuno pobre.

— ¿Y si me das avión? —con ello ganó un gesto de confusión y que el menor se detuviera de masticar.

— ¿Hablas en serio? —asintió sin tomarle importancia a lo que pedía. Rodó los ojos y con la cuchara agarra una porción satisfactoria que envía a los labios de Lapis.

Diecisiete despega sus labios y deja que el avión aterrice en su boca y esta se deslice fuera de sus labios cellados para dejar la comida en sus papilas gustativas.

Así continuó sin tener en cuenta que comer del mismo plato implicaria comer de la misma cuchara. Básicamente un beso indirecto.

My Inspiration [A-17×Black] |TERMINADO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora