"Motel"
Diecisiete le devoraba la boca, ¡parecía animal hambriento! La forma en que movía sus labios, y sus manos recorrerle la espalda. Sintió su cuerpo estremecerse por temor con cierta pizca de satisfacción. Y que tonto, se ahogaba con tanto tiempo que se llevaban besando, esa forma tan lujuriosa en la que tomaba posesión de sus labios que, incluso, llegó a morder para volverlo más... húmedo. El cuerpo le tembló de solo sentir sus lenguas enredarse en sus bocas selladas...
¡Cómo rayos terminó de esa forma!
No, su sentido común le gritaba desde hace varios minutos que debía cortar cualquier lazo que los uniera, hasta la más mínima pero ¿ahora? Ahora están dirigiéndose a quien-sabe-donde pero Black tiene asegurado que no es un lugar tan bonito.— Estás muy callado...
Podía sentir las puntas de sus orejas calentarse, sus dedos enredarse en la ramera que traía puesta y sus pies le hacían perder el equilibrio a cada paso. ¿Por qué tanto nerviosismo? Diecisiete se toma todo a la ligera, dice sin siquiera pensárselo dos veces, hace lo que se le venga en gana, como por ejemplo: tomarle de cintura mientras caminaban. ¡Desde que salió de la casa de Krillin (quien, por cierto, permanecía muerto) dejó su mano en ese lugar! Demasiado incómodo sentir las miradas de las personas que pasaban a un costado suyo, siendo Japón un lugar donde las muestras de afecto no son lo común en público.
— ...m-me incómodas... —Lapis no escuchó, la voz del pelinegro dependía de un hilo demasiado delgado. Es increíble que pudiese formular una oración con tan bajo volumen de voz.
¿Dónde mirar? Todo lo que pasa por su campo visual son las personas que cuchicheaban entre sí, las miradas poco discretas de las mujeres y muecas por parte de los hombres. ¡Por qué rayos, el oji-azul, no le da la importancia necesaria! Durante un largo rato tuvo que tragarse sus inconformidades, sin embargo, su sentido de peligro se activó al leer el enorme cartel del edificio.
— ¿Te quedarás ahí parado? Entremos. —inmediatamente negó. Lapis pareció frustrado por esa respuesta, molesto e irritado. ¿Eres penoso ahora?
— ...Esto... ¡de ninguna manera iré allí! —exclamó más nervioso.
Recién una pareja salía de allí muy melosos. La cabeza le daba vueltas el solo pensar el porqué están enfrente de ese lugar, imaginarse que Lapis estuviera planeando hacer esa clase de 'cosas'. El rostro le humeaba de lo caliente que se encontraba, así que golpeó un poco de sus mejillas buscando calmarse pero su muñeca fue tomada y de esta manera le arrastraron dentro del lugar. Con cada paso intentaba safarse del agarre pero le era imposible, y cuando pudo gritar ¡eureka! ya estaban frente a la habitación.
— E-etto...
El oji-azul abrió la puerta y entró como si nada, dejando la entrada abierta para que el contrario le acompañara. Buscó el interruptor y en medio de la habitación se dejaba relucir una cama inmensa, casi el doble que una matrimonial. El cuarto tapizado con color miel con franjas marrones. Un candelabro colgaba del techo, dándole un toque entre pasional y romántico.
— N-no crees que... que es demasiado... —murmuró Black cuando por fin se decidió a pasar.
Con lentitud fue cerrando la puerta cuando sintió una respiración erizarle la piel, las manos temblorosas en la manija fueron envueltas por otra. Sintió una caricia iniciar por su pecho y descender por su abdomen, extrayendo la orilla de la camisa del pantalón y dándose paso para tocar de su piel.
— Por ahora iremos lento.
Con aquellos besos bajar de su cuello a su nuca, sus labios se fruncieron y su rostro hacía muecas muy vergonzosas que no quería descubrir. He de estar muy ridículo, pensó. Pero siendo guiado hasta la orilla de la cama, no tuvo mucho que impedir cuando Lapis se colocaba encima de él, mostrándole lo inexpresivo de su rostro, tan sereno y calmado. Mientras que sus cejas se curvaban, sus ojos brillaban por lágrimas de pena acumulada, sus mejillas rojizas junto a la punta de sus orejas y sus labios semi separados, al instante en que evaluó la situación, ocultó su rostro en sus antebrazos.
— Te ves bien así. Te hace ver atractivo y sensual...
¡Cállate! Fue lo que dijo antes de que Diecisiete apartara lo que ocultaba su rostro y conectara sus labios en un pasional y fogoso beso el cual no pudo evitar, sus muñecas fueron aprisionadas para no escapar sin pensar de que tan pronto comenzó a disfrutar de eso, quiso continuar hasta el final.
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My Inspiration [A-17×Black] |TERMINADO|
Fanfiction|AU| DBS Suponiendo, que la falta de inspiración llegase a una persona creativa y original, ¿Cómo la hallaría otra vez? Por supuesto, el dibujo era su fuerte y su centro pero, si dejase de dar frutos, entonces ¿Qué sería el centro de su centro? ...