My Inspiration [A-17×Black] |TERMINADO|

11

''Película''

Black sujetaba firmemente la mano del ojiazul por debajo de la cobija al igual que el contrario le daba seguridd apretandole levemente la mano en señal de saber porque le agarraba así.  La película llegaba a su final, aquella castaña logró abrir el portón encontrándose con sí misma cuerpo dando a entender que todo el transcurso de la película estuvo muerta, cosa que hizo que bufaran por la perdida de tiempo.

Diecisiete destapó su mano izquierda donde llevaba un reloj que marcaba las 12:03 de la noche. Al momento de informarse, el canal dio un anuncio del programa que verían a continuación, para mayores de 18 años. El azabache suspiró y se dipuso a buscar del control tomándose todo el tiempo necesario pues bien sabía que ese tipo de series se tomaba unos 10 minutos para que comenzara las relaciones sexuales; calculó mal.

No había ni levantado el cojín para verificar que debajo de esta no estaba el control y ya llegaban a sus oídos unos leves gemidos. Pero no cualquiera, eran de un adolescente según lo que percibía, un chico gimiendo. Aún dandole la espalda al televisor logró sintonizar un gruñido de voz grave. ¿Qué rayos...?

- ¿Ya encontraste el control o prefieres seguir oyendo? -comenta algo burlón el ojiazul al ver que el contrario se quedó quieto estando atento a los sonidos.

Black desvió la mirada que pasó despercibida por el mayor. La tercera es la vencida y no, hasta que el quinto cojín terminó en el suelo pudo decir victoria, inmediatamente tomó el control remoto y apagó el televisor dejándolos a oscuras.

- Mejor así -murmura aliviado en el silencio.

Sólo escucha su respiración junto con los leves sonidos de sus movimientos, dejando que piense que Lapis se había ido del sillón pero unos minutos después dejó de creerlo al sentir como una mano se escabuilla por su camiseta provocando que se deslizara de forma ascendente por su torso. Dos dedos se encargaron de abrirle levemente la boca y hacer que sujetara esa prenda con sus labios.

A la oscuridad de la noche y el silencio de la habitación, Diecisiete le acariciaba con las yemas de sus dedos dicha escultura viviente temiendo dejar una huella que lo arruinase.

Black únicamente mantenía sujeta con los labios su propia ropa. El color opaco de sus ojos le impedía entender esa situación que debería ser incómoda pero no.