Capítulo 01

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Abro los ojos, justo después de una pesadilla. Lo primero que veo es un techo, sucio y agrietado por los años, al parecer está goteando. Me duele horriblemente la cabeza, siento cómo me palpita lentamente. Hago un esfuerzo y miro a mí alrededor; estoy en una habitación sucia y oscura, sin muebles ni ventanas. Sólo hay una bombilla colgada en el techo la cuál emite una tenue luz amarilla.

Estoy confundida, no recuerdo cómo he llegado hasta aquí, ni siquiera recuerdo el día anterior, ni siquiera..., sé quién soy. Por más esfuerzo que haga mi cerebro no logra recordar mi nombre, como si no existiera en mi conciencia. Me cuesta hablar, caminar e incluso pensar. No le encuentro una explicación a todo esto.

Necesito llorar, aunque no lo hago.

Mis ojos se adaptan a la ausencia de luz, aunque no hay nada que mirar. La habitación es pequeña, está vacía y huele a muerte. Empiezo a gatear y me encuentro con un sobre en el piso; áspero y negro, como este lugar. Lo abro lentamente, y al principio me cuesta leer, pero logro completar la oración.

Descubre quién eres, y tal vez así podrás salir viva de aquí.
Atentamente, Anónimo.

Siento como un escalofrío recorre cada parte de mi cuerpo, empezando desde la espalda y de ahí dispersándose a todas direcciones. ¿Por qué estoy aquí? ¿Soy la única? ¿Hice algo malo para estar aquí? ¿Por eso tengo que descubrir quién soy? Y lo más importante... ¿Puedo morir en el proceso? Las preguntas me consumen y lo único que puedo hacer es..., nada.

Estoy paralizada. Todo esto parece ser una pesadilla, tan real que no sé en qué creer. Me levanto tambaleante sosteniéndome de la áspera pared, aunque para mi sorpresa, no es una pared; es una puerta. Y en ella hay una nota pegada.

Antes de intentar abrirla, leo la nota.

Lo pensaría dos veces, preciosa.

¿Preciosa? ¿Qué está queriendo decirme? ¿Es de forma literal o metafórica? Quiero abrir esa puerta, la curiosidad me invade, pero estoy muy confundida. Mi mano va directo a la perilla, la cual está helada. Giro sobre ella y lentamente la abro, estoy a punto de descubrir quién soy. Aunque ahora que lo pienso, creo que soy estúpida.

Porque lo tendría que haber pensado dos veces.    

Obsesión Anónima ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora