Capítulo 16

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En ese momento, cuando escuché por primera vez esa voz, sentí que lo perdí todo. Mi vida se había acabado de un segundo a otro, el peso de la angustia caía sobre mi.

Ya nada volvería a ser normal.

Hasta que en medio de la oscuridad, dentro de ese coche a toda velocidad con el monstruo que arruinó mi vida, se me había encendido una pequeña luz de esperanza; mi ángel guardián.

《¡Llama a la policía!》—recordé.

Era su voz, era el doctor. Estaba persiguiéndome en medio de todo el alboroto, es el único que sabe dónde me encuentro.

Es la única luz de esperanza en medio de toda esta oscuridad.

El coche da vuelta de repente y yo ruedo golpeándome en el extremo, gritando del dolor. Intento arrastrarme por el interior hasta la puerta trasera, aunque es un desafío.

—No creas que saldrás tan fácil, preciosa —dice entre risas.

Su voz es espeluznante, me provoca escalofríos de tan solo escucharla. El miedo aumenta en mí. Estoy muy cerca de la persona que me encerró y lastimó durante días, además de arruinar por completo mi vida.

—Detente —digo con furia y llanto—, por favor.

—Eres el único cabo suelto que podría llevarme a la cárcel, no permitiré que eso pase.

Por un instante la palabra cadáver  pasa por mi cabeza. Posiblemente me mate en algún lugar donde nadie pueda encontrarme. La velocidad aumenta y los giros son más bruscos, no aguantaré mucho.

—¡Basta por favor! —grito con la poca vida que me queda— ¿Qué hice para que me hagas esto?

Un segundo, sólo se tarda un segundo entre su respuesta y que el sonido de las sirenas aparezcan a la distancia. Tanto él como yo nos quedamos en ese silencio pesado, procesando lo que está sucediendo.

Un alivio cae en mí, tal vez sea el fin de los fines.

Miro por el retrovisor y una fina línea de luz pasa rápidamente por su arrugada barbilla hasta su cabello oscuro canoso. Cuando la haz de luz se posiciona en sus ojos, veo miedo. Eso es lo único que me da fortaleza ahora, en que yo no soy la cobarde aquí.

Sonrío ante eso, y él sabe que lo hago.

Pero después, él sonríe también.






Obsesión Anónima ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora