Obsesión Anónima ©

Capítulo 06

Siento como las palabras del último párrafo me atraviesan el pecho, dejándome sin aire. ¿Cómo unas simples palabras pueden hacer tanto daño?

Observo las grandes tijeras metálicas que descansan en la mesa, y me pregunto si las podría usar para cortarme las venas. Pero él no es estúpido, ¿o sí? Porque en este preciso momento podría tomar esa herramienta y usarla para acabar con esto. Sin embargo, creo que él puede conocerme tanto que hasta sabría que no tengo las suficientes agallas para hacerlo.

Todo esto me da vueltas, me mareo e intento recuperar el equilibro. Los síntomas del hambre y la deshidratación empiezan a surgir efecto. No tengo alternativa; necesito hacerlo.

Camino tambaleante hasta las tijeras, las tomo y voy hacia el espejo. Me miro detenidamente, el ambiente parece congelarse cuando sujeto mi cabello y posiciono el filoso instrumento.

Entonces, doy el primer corte.

Aprieto los dientes, aparto la mirada y prosigo. Corte tras corte, mis ojos empiezan a expulsar lágrimas que recorren mi rostro. Parecería una estupidez sufrir por algo así; cortarse el cabello por algo de comida, suena bastante bien. Pero no es así nada más, el sentirte que te estás destruyendo a ti misma es lo que en verdad te duele.

Me pregunto a cada minuto qué habría hecho yo para estar aquí. ¿Qué hice?

Cuando me doy cuenta que estoy usando las tijeras a una velocidad peligrosa, me detengo. Por poco me corto el cuello.

Aparto los mechones restantes y me observo. ¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo?

Entonces dejo de llorar. Me quedo como una estatua, aguantando tanto que podría estallar en cualquier momento.

Y al final estallo; rompiendo el espejo de un solo golpe.