Obsesión Anónima ©

Capítulo 15

Por un momento, cuando impacté contra el sólido pavimento, creí haber muerto. Mi respiración se detuvo por un instante y mis huesos crujieron e hicieron eco dentro de mi cuerpo.

Pero yo seguía ahí, tan viva como muerta.

Quisiera estar muerta.

Intento moverme, pero es inútil. El ardor se apodera de mi cuerpo lentamente, provocando que un dolor insufrible se haga presente. Me quedo estática, sin posibilidades de moverme, indefensa en el rincón más oscuro de la noche. Observo cómo el doctor asoma la vista por la ventana, buscándome, aunque dudo que me encuentre en medio de la oscuridad.

—¡Abigaíl! —grita el doctor a través de la ventana.

Intento responder, pero mi voz se quebró como el resto de mis huesos.

El doctor vuelve a incorporarse dentro del hospital, posiblemente pidiendo ayuda para buscarme en el medio de la fría noche. Pero en eso, empiezo a escuchar unos pasos que se acercan a mí, pasos que se escuchan cada vez más claros y firmes. Luego una figura aparece justo encima de mi vista, y debido a la falta de luz no puedo ver su rostro.

Con el poco aliento que me queda logro formar una palabra.

—Ayuda.

La persona no responde, al menos no mis oídos. Alza su mano hacia mi brazo y con brusquedad tira de mí. El dolor es salvaje.

Grito, grito todo lo que mi garganta me lo permite.

La persona empieza a acelerar el paso, arrastrándome por todo el pavimento. Mi piel raspa con fuerza el áspero suelo y mis gritos cada vez se hacen más débiles, convirtiéndose en sollozos.

—¡Hey! —escucho a una distancia lejana.

La persona me sube con brusquedad por encima de su hombro, lanzándome a la parte trasera de una furgoneta, haciendo que impacte contra el interior del coche. El dolor aumenta a tal grado que pienso que voy a morir de una vez por todas.

—¡Llama a la policía! —escucho otra vez, pero ahora reconozco la voz: es el doctor.

No entiendo qué pasa, mi mente está enfocada en el dolor que siento en este momento. Pero luego, cuando la persona se sube al coche y comienza a conducir a toda velocidad, lo descifro. 

—Eso estuvo cerca, preciosa.