I die.

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Recuerdos...
Entre en aquella sala, mi ojos se desvanecian.
-Ha muerto...Ha muerto! HA MUERTO! POR FAVOR SALVENLO NO PUEDE MORIR, NO AHORA, POR FAVOR.
Mis rodillas tocaban el piso y de las lágrimas no podía ver. Los latidos de mi corazón desaparecían y era lentos.
-Señorita se encuentra bien?- dijo una mujer la cual estaba vestida de blanco.
-No...
-Perdone?-Dijo aquella voz preocupada.
-NO, NO, NO ESTOY BIEN.
De inmediato oí a lo lejos:
-Lorena...el paciente murió.
Mis puños enloquecieron y ahí fue cuando empecé a pegarle a la cerámica de aquel hospital al que no volvería a entrar.
-Necesitas agua o algo?- dijo tratando de consolarme.
-Necesito que mi abuelo vuelva- dije levantándome del suelo llendo al baño a llorar, como lo hago toda mi vida hasta el día de hoy, ¿esto era cierto? No puedo vivir un mundo sin él, no puedo tocarlo, abrazarlo, hablarle, apuesto a que estarías muy orgulloso de mi ahora, no se que esperaba para abrazarte y sentirte una vez más, mi cuerpo se encogía al verte después de mucho, tal vez no muchas personas verán esto, pero te aseguro, que desde hoy y siempre te honraré sin duda alguna.
-Y como sucedió?
Mi respiración se regulaba y no tenía aliento era yo en aquella silla sentada. Mirando sus últimas horas, no había querido comer, ni beber nada, no quería dormir pues tenía sueño, pero sabía que si dormía no despertaría y no me vería nunca más, ni a mi, ni a mi abuela, ni a mi madre, sus sueños y esperanzas desvanecian.
-Quiero dormir- dijo con su voz débil aquella tarde, lluviosa, y su cielo oscuro y gris.
-Puedes soñar, yo estaré contigo, lo prometo.-Me arrepiento tanto de haberlo dicho, no quería que te separas de mi.
-Te amo nunca llores por nadie, eres única y jamás eso te cambiará, no cambies por nadie ni nada, eres bella, talentosa y especial, y estoy sumamente orgulloso de ti.- Lo dijo como si se despidiera de mi por siempre.
-Yo también te amo, duerme bien.
Habían pasado horas y él seguía durmiendo, y respirando, tenía miedo de que en algún momento dejará de respirar.
Cuando el reloj marcó las 12:00 a.m, ya era 26 de Septiembre, y mi mirada se enfocó en el celular. Luego mi mirada se enfocó en abuelo, el cual pegó un suspiro y listo... había dejado de respirar.
-ABUE!?...ABUELO...ABUELITO- Mi voz se quebraba- POR FAVOR DESPIERTA, AHORA NO PORFAVOR,  PORFAVOR VUELVE, VUELVE, POR LO QUE QUIERAS VUELVE.
Y ahí sali del lugar, a gritar, por que volvieran, no podía verlo más, por favor, vuelve me haces más falta de lo normal, sabía que llegaría este día pero no tan pronto por favor.
Eres el único por el cual quiero llorar, y te prometí que no lo haría.
Vuelve, te necesito en este momento.
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Capítulo dedicado a Carlos Murillo, por sus 3 años de fallecido.

Mi Muñeca RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora