-Pues si, acertaste, si me sienta bastante bien.
He salido de aquella habitación, con una sonrisa de oreja. No sabía lo que sucedía, pues después de toda aquella tristeza que solté, me sentía viva, de nuevo, tal vez eso era lo que sucedía con el amor, te mata, pero a la vez, te hace sentir vivo. Y no me refiero a drogas, aunque su definición, clasifica al "amor" como droga, solo que esta no daña tus pulmones, ni tu cerebro, mucho menos tu corazón, solo te hace simular que te está haciendo daño, tal vez esa sea la clave de todo, estas muerto, pero el amor, simula que estás vivo. Pero siempre estás muerto...y cuál es el punto de sentir amor, si solo es temporal es simulación...
Pero aparte de los problemas y dudas existenciales sobre el amor, tenía que encargarme de otro problema, gato con Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida Gatuna ¿Recuerdan?
-¿Mr.Jeff?-He gritado por mi casa.
Y unos maullidos sonaron en mi garaje.
De pronto mi gato ha llegado a mis piernas y yo lo he levantado.
Llego a mi cama, y acuesto a mi gato junto a mi, necesitaba dormir. Hace mucho no lo hacía, y mi gato necesitaba calor. Así que rápidamente he cerrado mis ojos y he dejado que el sueño corra por mi mente.
A las 3 horas la alarma ha sonado, y sin pensarlo dos veces, he decidido ducharme. Unos jeans y mi sudadera eran lo único que quería ponerme para ello. Y una sonrisa, era el mejor accesorio que podía llevar.
Al llegar al consultorio, Peter no había salido, así que no quedó más remedio que esperar.
-¿Eres la novia de Peter?-Oí desde lejos, era una enfermera.
-No no, solo soy su paciente.-He dicho, bastante avergonzada.
-No sabía que Peter se metía con pacientes ahora.-Dijo aquella mujer provocando, enojo y frustración en mi.
Pero para no iniciar una pelea he decidido ignorarla.
Peter ha salido de ahí y yo lo recibí con una sonrisa en mi rostro.
-¿A dónde iremos esta vez?-Dije emocionada.
-A mi hogar-Dijo riendo y llevándome a su carro.
-Tu y yo, solos en una casa, no le veo el buen presentimiento.-Dije de broma y riendo.
He subido en su auto, y a los pocos minutos habíamos llegado a su casa, sin duda aquel hogar era una mansión, llena de luces y elegancia.
Ha sacado la llave de su cartera, y la puerta se ha abierto como si fuera magia, y en medio de aquella sala unas escaleras blancas que llevaban a las habitaciones de arriba.
(...)
-Mi café está delicioso-He dicho mientras reía de sus chistes, sentada en el sofá junto a él.
-Tienes un poco de café en tu bigote-dijo mientras lo limpiaba. Pero se le ha ido de las manos la hora de la limpieza, y sus labios tocaron los míos, pero no había terminado. Se había vuelto lento, lo bastante para ser verdad. Mis sentidos se activaban, me sentía viva, más de lo que nunca lo había sentido, que sucedía aun no lo entendía, y poco a poco fui inclinandome al sillón, acostándome y él seguía junto a mi, muy junto a mi.
Sin control de lo que sucedía, y ahí fue cuando empecé a dudar. ¿Al menos hay una definición de control?
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Mi Muñeca Rota
Teen FictionEvangeline es una de las muchas jóvenes que no son escuchadas por el mundo, y necesitan ayuda, cada capitulo de su vida se llena de suspenso y temor. Esta es una historia de identificación y ayuda, con partes de novela y comedia, es una combinación...