Después de aquella noche tan bizarra, como uno de sus datos es que mi gato tiene SIDA por culpa mía.
No tenía con quien hablar de esto, mi abuela ya había escuchado sobre esto, y no opino nada al respecto. Y mi madre, no contaba ya que ella ya había vivido lo de ella por su parte, y no tomaría otra perspectiva.
-¡Necesito hablar con Peter!-Dije mientras miraba el cielorraso de mi cuarto, aquella mañana soleada la cual no quería ver, ya que prefería tener la cortina cerrada.
Pero...¡Espera! ¿¡YO!? ¿¡EVANGELINE MONTESCO!? ¿¡PIDIENDO AYUDA, CON CONSCIENCIA, DE UN PSICOLOGO!?
Sabía que esa mañana el mundo explotaria, y yo no podria morir sin antes contarle a alguien lo sucedido aquella noche.
Así que, muy arrepentida de lo que hacía, agarré mi celular, marqué un número en particular y...
-Yo aquí, ¿quién allá?-Dijo aquella voz que me irrataba.
-Me acabas de despertar con tu irritable voz-Dije en tono burlón.
-Ah, Evangeline-Dijo riendo y cambiando su tono, a uno serio.
-¿Hoy estas libre?-Dije deseando que lo estuviera.
-Hoy es feriado genia-dijo riendo. Mierda, el 4 de Julio, se me olvidó por completo.
-Necesito una terapia ahora mismo-Dije sonriendo esperando que aceptara.
-Si la necesitas ahora mismo, ¿porque no lo hacemos? Para eso existen los celulares ¿no?-Ha dicho y ha dejado un silencio incómodo.
-Estúpida, mi saldo idiota-Dije mientras soltaba a carcajadas.
-Déjame llamarte del teléfono de mi casa genia-En ese momento colgó y mi circulación se alteró.
Luego de unos minutos de pensar lo que diría vibró mi celular, algo cambió dentro de mi, ya que no sabía cómo explicarle que casi muero aquella noche.
-Eres un idiota y por eso te contesto-Dije para que supiera que esa sería mi frase al contestar cada una de sus llamadas.
-Apuntaré eso en mi libreta ahora mismo-Dijo mientras se escuchaba un bolígrafo escribiendo sobre un papel.
Desde ahí le conté lo que había sucedido aquella noche y aveces lloraba, aveces reía, ya que derroté a un hombre con un ambientador, entre otras cosas hasta que llegué al final de esto.
-Y así fue como salvé a mi mamá de una apocalipsis emotiva-Dije esperando que opinara sobre lo contado anteriormente.
-Eres valiente niña-Dijo riendo un poco pero antes de que yo respondiera prosiguió-No le doy cumplidos a la gente, pero si yo estaria en tu situación probablemente llamaría a la policía o le pediría a un amigo que llamara a la policía mientras yo distraia al hombre mientras la autoridad llegara.
-Oye, te estoy pidiendo que me ayudes, no que me recalques lo perfecto que eres.-Dije tipo enojada pero riendo al mismo tiempo.
-Iré a poner la demanda ahora mismo-Dijo evadiendo mi comentario, y con un tono de que se sentía un poco mal.-¿Quieres decirme los apellidos del hombre?
-No los sé-Dije un poco preocupada
-Me estás diciendo que no sabes el nombre del hombre que te violó y te hizo abortar un bebé.-Dijo asustado.
Pero algo interrumpió que él siguiera hablando y eso era mi llanto al haber escuchado aquellas palabras.
-No...No...violar...violar...en ese sentido no...si no que...-Mientras el seguía hablando yo seguía llorando hasta que se me ocurrió decir algo.
-Eres mi mejor amigo Peter-Dije en medio del llanto
-Evangeline...yo...-Dijo antes de ser interrumpido por mi...
-Y no quiero que esto acabe.
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Mi Muñeca Rota
Teen FictionEvangeline es una de las muchas jóvenes que no son escuchadas por el mundo, y necesitan ayuda, cada capitulo de su vida se llena de suspenso y temor. Esta es una historia de identificación y ayuda, con partes de novela y comedia, es una combinación...