Hacía no mucho que la guerra en Malva se había detenido. Una guerra que sucedió solo seis años después de que la energía Tentoria fuera descubierta; se trataba de poderes que surgían "de la misma alma del sujeto que la utilizaba".
Pero como siempre, con todo, el humano decidió explotarla, fabricaron armas que se podían manejar a base de esta fuerza.
En Malva explotaban a las personas que tenían habilidades más fuertes, violando sus derechos como personas. Dos equipos fueron enviados para detenerlos, Alfa que consistía en un grupo de cinco, todos y cada uno poseía Tentorias únicas y realmente poderosas, y el equipo Omega, quienes no poseían una habilidad pero jamás fallaban sus misiones. Al finalizar la enorme aventura, decidieron a volver a Cinzolino, su país de origen, sólo para tener un accidente durante el viaje.
Era el día más soleado en el misterioso cañón donde habían aterrizado el equipo Alfa y Omega; todo lucía perfectamente tranquilo, agradable incluso. Casi lo suficiente como para ignorar que estaban varados en un lugar que desconocían.
Algunos trozos de la nave donde viajaron aún seguían tirados, sin parecer importarles demasiado. Morton jugaba con unas piedras hasta que llegó el Sargento de los Omega, un hombre de unos 40 y cabello canoso, con un arma de Tentoria en mano sin apuntar.
-Hey, Morton, les tenemos una proposición - anunció al joven soldado de ojos tan azules que parecían falsos.
-¿Para mí? ¡Oh vaya, no se hubieran molestado!
Blake se ejercitaba fuera de la improvisada base Alfa, sin camisa, sólo su pantalón y botas de combate, su cabello verde opaco estaba bañado en sudor y su expresión era de mal humor.
-¡Blake! - Dijo Morton acercándose a él junto al Sargento . - Los omega nos trajeron una proposición... deberíamos enviarles de vuelta una canasta... ya sabes, como de fruta.
-Una proposición solo es una opción, idiota.
-Oh... entonces elijamos la más adorable.
-Pero ni siquiera les he dicho la proposición - contesta el Sargento .
-Bueno, tampoco sabemos si es o no adorable, ¿no?
Del otro lado del cañón, el teniente Índigo del equipo Alfa grababa el viejo diario.
-El nuevo problema, es que nos estrellamos camino a casa... y si no nos rescatan pronto... tengo la sensación, de que algo más lo hará... Éste es el Teniente índigo deslogueándose-
Una enorme explosión sonó justo del lado de los Omega.
-¡Oh mi dios! ¡¿Ahora qué hicieron?!
En el lado de los Omega, el Sargento se hallaba metido en un tanque de guerra, a su lado, se hallaba Sullivan, el adorable ñoño pelirrojo del equipo, viendo como la pared a la que apuntaban seguía intacta.
-Falló el tiro, señor.
-Maldición, ¿quién demonios invirtió la puntería de esta cosa?
-Bueno señor, estadísticamente, la mayoría de los usuarios prefieren el tiro- -El Sargento gruñó con odio, asustando al soldado - ¡Es decir! ¡Probablemente fue Rhys!
-¡Hey! - Gritó Rhys desde dentro de la base, saliendo debido al alboroto de la explosión. El tenía un cabello largo hasta los hombros que muy seguido recogía en un chongo. - ¿Qué mierda está pasando aquí afuera? ¿Quién le está disparando a nuestra base?
-¡Nosotros! - Responde el Sargento .
-¿Nosotros?
-Nuestra base necesita desesperadamente renovaciones. Así que vamos a demoler el ala Este, para poner algo bonito y decorativo, como un cañón mortero.
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ALFA & OMEGA
HumorLuego de una guerra en un país lejano, los sobrvivientes de los equipos Alfa y Omega se encuentran naufragos en un intento de volver a casa. No muy tarde encuentran que el lugar donde se estrellaron tiene secretos peligrosos. ¿Podrán los dos equipos...