Extra 3

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Lucas POV

Ahí está la nenita de Brandon, siempre buscando simpatizar con los demás. 

Como de costumbre, se está poniendo del lado de un imbécil que cree que puede gobernar nuestras vidas porque tiene unos cuantos miles más en la cuenta. Pues que se pudra, a mi me da igual si se cree intocable. 

Brandon tuerce los labios al ver que mi padre despide a Antonia y su grupo. Ella le extiende la mano para cerrar el trato mientras le advierte a todos que esta noche debe quedar en secreto. Confío en que ellos hayan aprendido la lección y se alejen de nosotros. En cierta forma, me agradaba tener a quien mortificar, pero cuando es muy recurrente se torna aburrido. Tengo que buscar una nueva víctima, una que sea más sencilla de molestar. 

—Estoy muy decepcionado de ustedes—dice mi hermano frustrado al no poder salir. 

—¡Cómo si me importara lo que pienses de mí! Algún día no muy lejano, vas a tener que limpiar mis botas con la lengua de la misma manera que lo has venido haciendo con la familia Gaviria. 

Da un paso amenazante hacia mí. 

—Lucas, lleva a Armando al almacén... Mañana debemos pensar que vamos a hacer con él —interviene mi padre con la voz cansada —. Y ustedes —dice apuntando a nuestros hombres—, limpien este desastre. 

Le produce mucho malestar nuestras discusiones y amenazas. 

—No voy a dejar que esto pase... ¿Qué creen que nos puede ocurrir si Armando Gaviria desaparece? ¡Vamos a morir todos! ¡Qué importa Olga! 

Él siempre con su actitud idiota. ¿Cómo puede decir que Olga no importa? ¡Claro! Porque es un egoísta insensible que vendió a su padre. Además, ¿cuál es la ansiedad por sacar a James de la cárcel? Parece que se la mama muy rico y no puede vivir sin él.  

Para mí, James tiene bien merecido su castigo. Si tuviera una condena mayor, incluso me alegraría por todas las chicas adolescentes que se van a salvar de sus andanzas. No puedo olvidar que Cami estuvo en peligro de ser atrapada por sus garras pederastas. Así que por mí puede hundirse en un agujero pequeñito en el que no vea la luz del sol y tenga que hacer sus necesidades en el mismo lugar en el que come. 

Mi padre lo mira con enfado y suspira profundo para luego hacerme una señal para que siga con su orden. 

Me acerco a Armando con una sonrisa llena de expectativa. Hundo mi pulgar en la herida de su hombro y lo oigo gritar de dolor. Me deleito en su pena y en su silencio. Para ser un tipo pedante y lleno de poder durante toda la vida, es un pésimo perdedor. Sus ojos airosos me fulminan como si quisiera tener un poder sobrenatural para hacerme daño con la mente. Para su desgracia, no lo posee. 

Saco mi arma y lo insto a levantarse. Lo agarro del hombro herido para intensificar su dolor y el lanza una maldición entre dientes. 

Un movimiento rápido llama mi atención, pero es el sonido el que me alerta, luego el dolor en el brazo. El idiota de mi hermano me ha disparado. 

Sus ojos desorbitados me miran con miedo. Quizás no quería herirme en realidad pero sabe que esto no se va a quedar así. 

  —Lo lamento, yo... simplemente esto está mal... —balbucea. 

—No lo mates —me pide mi padre como si estuviera hablando de algo insignificante. 

Levanto el arma y él, en vez de apuntarme la deja caer en la mesa y eleva sus manos en señal de rendición. No lo voy a matar, pero juro que le va a doler. 

Apunto a su rodilla y activo el gatillo. El sonido lo hace gritar incluso antes del impacto. Brandon cae de lado sin perder de vista su pierna y tratando de tapar la herida que acabo de ocasionarle. 

—Agradece que eres un Liroa, maldito... Porque si no fuera así, nadie habría intercedido por tu vida, idiota.

***

Estoy sangrando mucho a pesar que la he tapado con un trozo de tela. Por obvias razones no puedo ir a un hospital, no quiero que algo salga mal o alguien diga algo que no debe. Aunque estoy seguro que esos cuatro tipos que maté hoy, nunca se va a conocer su paradero, ni sus familias sabrán que les ocurrió. 

Estoy llamando la atención. La sangre que se desliza por mi brazo ya es muy llamativa. 

Necesito a alguien que pueda curar, alguien que no se vaya a desmayar cuando vea la herida. Podría ir a la enfermería de la universidad, pero sería lo mismo, llenar una planilla y describir que me ocurrió. Y aunque intente mentir, es bastante evidente que me acaban de disparar. 

Linda, ve donde Linda. 

 Sé que ella no me va a recibir con amabilidad, por lo general nunca lo hace, pero al estar herido puedo persuadirla e incluso empezar a meterme en su mente. 

Aún no entiendo la razón por la que me rechaza, ¿acaso es por mi apariencia? No lo creo, quizás tengo mis defectos pero soy atractivo. Muchas quisieran estar a mi lado por mi dinero y mi poder, pero no quiero a cualquiera, la quiero a ella. 

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Hola hola

Aquí está el extra de Lucas... (para todas las que les gusta los chicos malos) 

Espero que les guste :D 

abrazos...

Luza.  

Mala alianzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora