Un sin fin de miradas

7K 670 908
                                    

El día que habían acordado reunirse era el sábado, faltaban dos días. La mente de Naruto se encontraba, hasta hace poco envuelto en todo un revoltijo de pensamientos. Los sentimientos de "ese" momento se habían enfriado demasiado rápido, que no pudo entender que era lo que realmente le estaba pasando. Sentirse tan confundido no le agradaba. Siempre le había gustado ver las cosas de frente, y enfrentarlas; pero en este caso no sabía que ver.

Harto de sentirse así, de no sentir nada – además de que no le daba ganas de darle más vueltas-, lo asocio a una sola cosa "no fue más que una situación vergonzosa". Eso lo calmo y ayudo a que no se viera tan perdido delante del moreno, y así poder disfrutar la visita al zoo; ese lugar le traía muchos recuerdos. Aun así, algo en su interior le revolvía la conciencia diciéndole que no era así de simple.

Llegó el día sábado, Naruto corría desesperado a la estación. Había salido de su casa unos minutos tarde porque no encontraba su collar favorito, uno que le había regalado su padre antes del accidente, tenía como dije una piedra de un azul zafiro muy particular y único en su tipo, ese collar significaba mucho para el rubio. Valía más que cualquier cosa, incluso soportar la gran reñida que le iba a dar el moreno.

-Tarde- hablo Sasuke.

-Sólo fueron cinco minutos- respondió con apenas aliento.

-Cinco minutos es tarde- contesto.

-Ah! Ya está bien, te van a salir arrugas. Mejor entremos de una vez al tren- jalo al moreno dentro del vagón. Sasuke se quedó tieso, "arrugas" repitió en su mente.

Por primera vez el rubio no tenía ninguna pizca de ganas para discutir con Sasuke, en su mente solo quiera ver otra vez ese lugar.

El vagón en el que subieron estaba vacío, se sentaron uno en frente del otro. Sasuke se rindió en intentar reñirle, por la mirada del rubio se dio cuenta de que no iba a ganar nada. El tren empezó a avanzar, Naruto levanto la vista hacia la ventana y mostro una sonrisa peculiar en él, como si estuviera recordando algo triste.... Pero rápidamente su habitual sonrisa regreso, junto a una inquietud tan notoria, que no paraba de balancearse en el asiento y girar a ver la ventana.

-Te puedes calmar- hablo molesto Sasuke.

-Pero es que, no te emociona. Esta es la segunda vez que voy, desde que los 5-

-Que tiene de especial un zoo- se limitó a decir.

-Es enserio, que nunca has ido- contesto emocionado y un poco molesto- es divertido, pero bueno ahora que lo pienso a ti no te divierte nada...-dijo en reproche.

El moreno con una sola mirada le hizo callar todo el trayecto, pero su ansiedad aún se notaba.

La estación a la que llegaron estaba en un lugar algo alejado de la ciudad, el zoo era muy particular. Ocupaba una enorme sección que abarcaba casi toda una montaña. Estaba ambientado para cada tipo de animal, de clima seco, húmedo o frio, incluyendo una gran variedad de peces. Pero además de ambientar los hábitats el propio zoo estaba ambientado, era algo surrealista; parecía que estabas en la propia selva, desierto o bosque. Era fantástico. Pero para llegar al zoo tenías que caminar un buen trecho un poco aglomerado de tiendas y subir en un teleférico, ya que en la cima era donde se empezaba el recorrido.

El caminar se le empezó a hacer difícil al rubio, no por el calor, ni la mochila que cargaba, era por Sasuke. Cada grupo de chicas que pasaban cerca de ellos no paraban de mirarlo, "es un modelo de seguro!", "tendrá novia", "vamos a hablarle". Todo el mundo hablaba de él, y eso le molestaba, a su parecer el moreno había venido de lo más normal, pero cuando analizo en cómo se veía su mente quería aceptar algo más. Los jeans le caían muy, pero muy bien, le hacían ver sus piernas largas y esbeltas, la camiseta no era tan ajustada, pero le daba excelente haciendo resaltar su figura. Y su rostro serio le daba un aire muy atrayente, pero la gorra que se puso le tapaba lo suficiente para no verle con claridad los ojos, ese estilo le daba un corte de modelo. En ese mismo instante Sasuke giro su vista mirando directo a los ojos azules del rubio, que lo tomo por sorpresa. El moreno solo se limitó a mostrarle una mirada amenazadora para que deje de mirarlo, el rubio giro la vista rápido.

Vecinos ¿Casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora