TONTAS DUDAS

5.4K 441 1.1K
                                    

-Eh...-fue lo único que alcanzo a pensar, si antes le era imposible entenderla ahora era peor.

-Yo..., ya... no puedo más. Todos... tenemos un límite- susurro en llanto, Naruko ya no tenía nada de control sobre sus lágrimas.

-Oye...- aunque le irritaba todo esto, no le parecía una buena imagen solo verla llorar.

-¡NO NECESITO TU COMPASIÓN¡- golpeo la pared haciendo que esta se abollara. Sasuke se alejó instintivamente.

- Soy la que soy gracias a él.-afirmo con fuerza- Te daré estos días que quedan, si no haces nada...- respiro hondo y continuo- me asegurare de mantenerlo alejado de ti-

-No me...-

-Me sorprende que llegues a ser tan idiota- empezó a avanzar alejándose del moreno.- Estás advertido

<<De qué demonios habla...>>-se quedó pensando mientras regresaba a la discoteca, tenía mucho que procesar y entender de alguna forma todo lo que acababa de suceder, aunque por primera vez cruzara por su mente beber un poco.

. . .

Las piernas le fallaron cuando llego a los baños, y sin importarle nada se quedó en un rincón, encogiéndose sobre si lo más que pudo.

Se sentía patética, la persona más patética del mundo. Solo ella podía ocurrirse dar el último empujón que le faltaba a todo esto, ignorando lo que en verdad quería.

Pero que iba a hacer, Naruto lo había elegido a él, por encima de cualquiera. Y llegado a ese punto no había nada que ella pudiera hacer, más que dar un paso atrás. Fue tonto desde un principio pensar que sería correspondida algún día.

Solo quería convertirse en la persona ideal de su primo; fuerte, decidida, inteligente. Quería ser la persona que estuviera a su lado, quería convertirse en alguien necesario para él, y siempre creyó que no habría nadie que la pudiera comparar; hasta que fue consiente de la existencia de Uchiha Sasuke.

Naruko empezó a gritar intentando apagar los sollozos de sus lágrimas, intentando desfogarse.

Naruto la había salvado, le devolvió las ganas de luchar cuando tenía cuatro años, la hizo sonreír y a su madre también. No era muy listo ni muy fuerte, y a pesar de haber perdido a su familia todavía tenía esa gran sonrisa en su rostro. Quería ser como él, y devolverle una sonrisa así. Por eso dejo todo en Canadá y lo siguió. No quería darse por vencida, por eso ideo un plan para alejar a Sasuke, pero su relación ya era especial desde un principio; y... no había forma de romperla. Y aun así no se quiso rendir, pensó que con analizarlo todo fríamente, entender la manera de pensar del Uchiha, de descifrarlo, encontraría un punto débil, y podría volverse mucho mejor que él; por eso lo mantuvo cerca. Y... luego entro en pánico cuando los vio esa noche en el viaje escolar, pero se dijo a si misma que no era nada. Se sintió patética al pensar eso.

Empezó a estar consiente que todo empezaba a ir cuesta abajo para ella cuando sucedió lo de Itachi. Naruto solo tenía ojos para él, lo cuidaba; aunque ese idiota nunca se diera cuenta de ello, él se pasó noches enteras sin dormir vigilando que todo estuviera bien; no pudo evitar sentirse fatal cuando pensó por unos segundos que todo eso era una injusta ventaja. Y todavía con todo eso se mantenía aferrada a un último hilo.

Solo quería ser ese alguien especial para él.

Solo quería ser ese alguien especial para él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vecinos ¿Casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora