CITA

6.3K 448 936
                                    


Ambos caminaban uno detrás del otro, Sasuke adelante con el rostro oculto bajo sus cabellos negros y Naruto detrás con una sonrisa nada disimulada, sin apartar la vista de la persona delante de él. Mientras el moreno solo le importaba llegar al salón, calmarse y enfriar su cabeza, el idiota rubio de atrás no paraba de mirarlo intensamente, se sentía algo tenso, pero no disgustado.

...

-Gracias por brindarnos su presencia. Naruto. Sasuke- hablo el profesor a cargo de esa hora cuando los vio parados en la entrada del salón.

-Me disculpo, no volverá a pasar- contesto el moreno, aunque su intención era disculparse por la tardanza el tono que le salió le helo la sangre del profesor.

-Solo pasen- logro pronunciar.

-Gracias sensei- esta vez hablo el rubio, que con una gran sonrisa avanzo detrás del moreno.

El golpe que le había dado Sasuke no fue para nada suave, pero no sentía nada de molestia, más bien sentía que su cuerpo flotaba. Todo por lo cual se sentía agobiado había desaparecido cuando por fin se habían aceptado. Sasuke –oh Dios- Sasuke le había correspondido. No esperaba que fuera tan pronto o que si quiera sucediera; y mucho menos que el tomara la iniciativa. Estaba listo para que su papel en la vida del moreno fuera simplemente la de un amigo. PERO eso ya no pasaría, ya no importaba.

Su mente volvía a repetir una y otra vez la escena, lo que le provocaba una sonrisa embobada.

"-Yo no sé nada de estas cosas idiota- se quejó Sasuke"

"-No sé cómo hacerte entender- le reclamo el moreno- pero crees que dejaría que pasara algo así, sin más. Y-yo te permití hacerlo, usoratonkachi-"

-Je, je, je- rio sin poder disimular.

. . .

No se lo podía creer.

Sasuke tenía los nervios a flor de piel. Logro controlar la expresión en su rostro, aunque tal vez mostraba una molestia nada disimulada.

Nunca en su vida creyó soltar esa clase de palabras, no supo como pero termino en una clase de confesión. Solo quería una respuesta, una maldita solución a todos esos "malestares" que lo atormentaban cada vez que se trataba del rubio. No creyó que eso lo llevaría a aceptar-lo de esa manera. Había admitido que le interesaba- gustaba-, pero no creyó que lo soltaría de esa forma en frente de él y que el otro en respuesta se confesara. Que lo aceptara.

No, no era eso.

En realidad esperaba –quería- que lo hiciera. Una parte de él, muy en lo profundo de su ser, temía que lo rechazara, negara todo y se alejara.

Soltó un suspiro cansado.

Se volvió a agarrar la frente. No esperaba que lo besara ahí, se reclamaba haber bajado la guardia. De solo pensarlo y revivir ese momento su corazón se volvía loco, sentía un gran estrujamiento ahí que podía quitarle el aire; sin embargo era diferente a las otras sensaciones. Esta no era tan mala, esta no lo ponía de malas. Pero se sentía inquieto cada vez que inconscientemente recordaba el beso deseando su contacto, y como; otra vez, había dejado una marca que se estaba formando en su cuello. Volvió a levantar el cuello de la camisa un poco más.

El moreno giro a ver a Naruto, y este seguía con esa sonrisa de bobo.

-¡¡Contrólate!!- le reclamo con la mirada, en cambio el rubio solo atino a mirarle con ese brillo tan característicamente suyo mientras sonreía de lado.

Vecinos ¿Casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora