Cuando un casanova se enamora

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Yi Jeong aparcó su coche delante de su estudio, con una pequeña sonrisa jugando en sus labios. Tenía el impulso de hacer cerámica. La alfarería siempre lo había calmado, pero últimamente había estado teniendo problemas para hacer una pieza en particular, pero ahora tenía la sensación de que, tan pronto como sus manos tocaran la arcilla, sería capaz de hacer la pieza. No sabía por qué, pero mientras se sentaba en el salón mirando a la hermosa niña que se llamaba Ga Eul, vio la pieza formarse en los ojos de su mente. Para él, la chica era poesía en movimiento, una balada personificada.

La manera en que la luz reflejaba su piel de porcelana, la forma en que ella giraba un mechón de pelo alrededor de su dedo cuando ella estaba prestando atención a algo, la manera en que ella se mordía los labios cuando trataba de recordar algo; Yi Jeong encontró que podía mirarla durante horas y nunca sentirse aburrido. Aunque el hombre estaba confundido pero el artista en él sabía que había encontrado su musa.

Al llegar dentro de su estudio, se quitó el abrigo y la corbata, se enrolló la manga y se puso un delantal. Sacó su teléfono y abrió una foto en particular. Era una toma de ella, riendo con la cabeza echada hacia atrás. La había tomado en el salón cuando nadie se dio cuenta. Mirando su teléfono Yi Jeong recordó el momento en que casi la había besado. Estaba realmente agradecido de que ella lo hubiera detenido. Ya estaba bajo su hechizo, besándola podría haber empeorado su obsesión casi malsana. Esta plebeya caería.
Sonriendo levemente, transfirió la fotografía de su teléfono a su computadora portátil. Mantenía la computadora de tal manera que podía verla mientras trabajaba. Esa noche había producido una de las piezas más hermosas en las que había trabajado.

….

¿Dónde estaba ella? Yi Jeong quería mostrarle la pieza que había inspirado, pero por alguna razón, no podía encontrarla en la escuela. Había estado despierto toda la noche, trabajando en la pieza y apenas había tenido una hora de sueño, por lo que estaba cansado y mantenía su temperamento soportable en el mejor de los casos. Él quería que ella lo viera, no, de hecho necesitaba que ella lo viera. Ella tenía que verlo. Era como si su vida dependiera de ello. No podía concentrarse en otra cosa que en el hecho de que quería llevarla a su estudio y que vea la pieza que había sacado de él. Pero ella no se veía en ninguna parte y, por consiguiente, a medida que avanzaba el día, el estado de ánimo de Yi Jeong se hacía cada vez más negro.

- Yo, Yi Jeong - Woo Bin lo saco e sus oscuras reflexiones - ¿Qué pasa, amigo?

- Nada -  respondió bruscamente. Woo Bin no estaba convencido

- has estado un poco perdido todo el día, ¿está seguro de que todo está bien?

- Todo está bien, solo déjame en paz, ¿quieres? -  respondió el

- ¡Vaya hombre! – respondió Woo Bin – que frio!

Yi Jeong ignoró a su amigo y se enfureció. ¿Por qué no estaba aquí? Debería haber estado aquí. ¿Cómo no podía estar aquí? Justo entonces algo que dijo Jun Pyo llamó su atención.

- Me vi obligado a tomar un desvío - sonaba indignado - Hubo un accidente en la carretera y han bloqueado todo ¿Cómo podrían hacer que yo, el gran Gu Jun Pyo, tome un desvío?

El cerebro de Yi Jeong había sintonizado el discurso de Jun Pyo mientras un horrible pensamiento cruzaba su mente, ¿y si le pasaba algo? ¿Qué pasaría si se hubiera encontrado con un accidente y estuviera ahora en un hospital, acostado solo, sin nadie a su alrededor para ayudarla? Y si…
Sus manos se sentían húmedas mientras se excusaba para ir al baño.

- ¿Qué pasa con él?  - pregunto Jun Pyo.  Woo Bin se encogió de hombros

- No estoy seguro, se ha estado comportando muy extraño. - Ji Hoo sonrió