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Realmente no era como cualquier persona que había conocido antes. Hasta ahora, todas las chicas con las que Yi Jeong había  salido esperaban que él pagara la factura. Ga Eul sin embargo estaba absolutamente mortificada cuando se detuvo frente a la tienda mas exclusiva de Seúl.

- ¿Aquí? -le preguntó temblorosa, apuntando la tienda-. ¿Estás loco? No puedo permitirme algo como eso. – Yi Jeong estaba desconcertado

- ¿Así? - Ga Eul lo miró como si realmente se hubiera vuelto loco

- Qué quieres decir con eso?, vamos a ir a un lugar más razonable, me gustaría poder comer durante el resto del mes, ¿sabes? - Fue entonces que Yi Jeong comprendió

- Espera! ¿Quieres decir que vas a pagar?

- No, espero que el presidente de Corea pague - replicó sarcásticamente – Duh,  por supuesto que pagaré - Yi Jeong sacudió la cabeza

- Hay un banco hablando y sentado a tu lado - dijo señalándose a sí mismo. Ga Eul lo miró boquiabierto

- ¡Oh no, no, no, no, no, NO! - Yi Jeong levantó una ceja haciendo una pregunta. -No te dejaré comprar nada para mí -insistió Ga Eul-. No es así como funciona.

- Ga Eul - dijo Yi Jeong serio - Quiero hacer esto, además, ¿olvidas que eres mi cita esta noche?

- Por desgracia -contestó ella- pero no me gusta esto, uno no debe aceptar regalos que están más allá de sus posibilidades, no puedo hacerlo, seria… humillante. - Él asintió con la cabeza

- Bien, no voy a atacar tu orgullo, ¿qué tal si llegamos a un acuerdo de algún tipo? - Ella inclinó la cabeza hacia un lado

- ¿Qué propones?

- ¿Qué tal si alquilamos el vestido que vestirás esta noche? - Ella sonrió

- ¡Eso funcionaria!

Momentos después estaban de pie frente a una serie de vestidos en una boutique.

- ¿Este? -  Ga Eul sostenía un vestido de lentejuelas azul y verde.

- No -respondió Yi Jeong. Entre los dos, ya habían rechazado unos diez vestidos.

- ¿Por qué? – gimoteo ella – Es lindo

- Sí, pero no va contigo.

Ga Eul parecía que estaba a punto de protestar, pero luego decidió no hacerlo. Yi Jeong cogió un vestido de oro pálido que parecía bonito, pero tan pronto como vio el corpiño, lo devolvió. Uno tras otro, los vestidos de lavanda, rosa, plata y amarillo fueron rechazados antes de que ambos alcanzaran el mismo vestido al mismo tiempo y brevemente sus dedos tocaran. Yi Jeong inhaló bruscamente cuando Ga Eul sacudió su mano. La sensación había sido similar a la época en que accidentalmente había tocado un cable expuesto. Inseguro de qué hacer, metió la mano en el bolsillo y cogió el vestido con la otra mano.
Esto era lo que había estado buscando. Asintiendo con la cabeza, se lo entregó.

- Pruébatelo - sugirió, con su voz temblando ligeramente.

Sin decir palabra, tomó el vestido y se dirigió camino al probador. Yi Jeong sacó su mano del bolsillo y la miró fijamente. Esta chispa la había sentido también en el Hospital. En aquel entonces lo había llamado electricidad estática, pero ahora no sabía qué pensar. Más importante aún, no sabía qué hacer con Ga Eul. Lo que había empezado como un medio para entretener a su aburrida mente estaba ahora transformándose en algo más. Con todas las chicas, Yi Jeong mantuvo claras líneas de lo que era aceptable y lo que no lo era. Con Ga Eul, las líneas estaban borrosas. Con la única excepción de Eun Jae, él nunca se había permitido sentir nada más que lujuria, pero Ga Eul estaba removiendo su interior hasta ahora no perturbado.

Cuando un casanova se enamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora