☆♡ 16 ♡☆

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Dejar a Yi Jeong y a su familia había sido lo más difícil que Ga Eul había tenido que hacer. A lo largo de los años, varias veces la resolución de Ga Eul había sido severamente probada, pero sólo un pensamiento la retuvo, y si Yi Jeong se enteró. Sabía que la habría buscado. Ella estaba segura de ello. No iba a perdonarle por haberlo abandonado y él estaría atento a ella. Y si de algún modo Yi Jeong recibía el olor de su paradero, él la localizaría. Una gran parte de ella quería que la encontrara, aunque sólo fuera para castigarla por haberla traicionado, pero quería verlo una vez más. Pero sabía, si Yi Jeong llegaba, So Hyun Shik no estaría muy atrás.

Al salir de Seúl, se había trasladado a Incheon por unos días hasta que obtuvo su visa de EE.UU. y permiso de trabajo bajo un nuevo nombre, Ga Yun Hee. Los hombres de So Hyun Shik habían arreglado todo y todo lo que Ga Eul tenía que hacer era aparecer brevemente en el consulado. Poco después, Ga Eul se trasladó a Estados Unidos. En los primeros años se quedó en Nueva Jersey donde trabajó como camarera mientras se preparaba para ser maestra de niños con problemas de aprendizaje. Tres años más tarde consiguió un trabajo en una escuela en Nueva York y se trasladó a la ciudad. Alquiló un estudio y comenzó su vida de nuevo.

Esa noche se sentó en su apartamento leyendo una revista cuando sonó el timbre de la puerta.

- Hola hermosa - Tyler Walters estaba sosteniendo un ramo de lirios cuando contestó a la puerta. Con una sonrisa le tomó el ramo

-Vamos.

Aunque había acordado salir con el cocinero de veintisiete años, su relación no había pasado la etapa de tomarse de la mano.

Él juntó sus manos en las suya

- Yun Hee, necesitaba decirte algo

-¿Sí?- Él sonrió

- Conseguí el trabajo!

- ¿De Verdad? -dijo con entusiasmo-. ¡Es una noticia maravillosa, Tyler!

-Todo es gracias a ti- dijo él tocando suavemente su mejilla - Tú fuiste la que me convenció para aplicar. - Ga Eul se puso rígida,  pero sonrió

- Pero tú tenías las habilidades. - Él tomó sus mejillas en sus manos y se acerco

- Yun Hee, no puedo agradecerte lo suficiente.

Ella estaba a punto de responder cuando él bajó la cabeza y la besó suavemente. Cada fibra del ser de Ga Eul parecía gritar 'NO'! El pánico ciego se apoderó de ella mientras lo empujaba con todas sus fuerzas. Tyler parecía sorprendido momentáneamente, pero luego sonrió tristemente.

- Es él, ¿verdad? - Dijo lentamente.

Las manos de Ga Eul cubrieron su boca, sus ojos se empañaron ligeramente

- Lo siento mucho Tyler. Lo intentaré, lo prometo.- Él sonrió

-No es posible Yun Hee. Mientras él esté en tu corazón, yo no lo estaré -
Ella se enjugó una lágrima de su mejilla

-Yo... Yo... No sé por qué no puedo dejarlo ir, nunca voy a volver a verlo, pero no puedo dejarlo ir

- Nunca digas nunca- dijo suavemente, limpiandose las lágrimas -Todavía puedes encontrarlo. - A pesar de sí misma, Ga Eul sonrió

- Gracias por el optimismo. - Tyler se metió las manos en los bolsillos.

-Debo decir que es un tipo afortunado. - Ga Eul bufó ligeramente

-Café?

- ¡Por supuesto!

Ga Eul no podía dormir. Estaba acurrucada contra Yi Jeong, ella podía sentir cada pulgada de su piel que tocaba la suya. Su pecho estaba contra su espalda, mientras ella estaba escuchando su respiración rítmica. Tenía los ojos fijos en el reloj, el tiempo se movía y pronto tendría que marcharse. Ella tenia que irse antes de que Yi Jeong se despertara porque sabía que una vez que estuviera en pie, sería imposible que se fuera. Muy despacio, levantó la mano de Yi Jeong y la colocó en la cama. Ella bajó la cabeza lentamente y le besó los labios. Se movió ligeramente, pero continuó durmiendo.

Cuando un casanova se enamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora