☆♡ 7 ♡☆

3.9K 189 3
                                    

                                                                                                                                                                                                          
Ga Eul nunca sería capaz de decir con certeza cómo Yi Jeong lo hizo, pero había encantado a sus padres, no sólo a aceptaron el préstamo, sino también le permitieron ayudarlos en su momento de necesidad. Se había plantado firmemente en medio de ellos, obligando a su madre a dormir, asegurándose de que las comidas frescas estuvieran disponibles en todo momento, y asegurándose de que su padre tenía los mejores médicos y el mejor cuidado posible y que Ga Eul no estuviera trabajando demasiado. Todo lo que necesitaba era que se presentara y casi de inmediato su padre alcanzó el estatus de VIP. Cuando se sugirió que el señor Chu fuera trasladado a las salas VIP, Ga Eul había dejado en claro que no lo aceptaría. A pesar de que Yi Jeong estaba pagando las facturas por ahora, ella estaría pagándole a él y ella definitivamente no sería capaz de pagar si su padre fuese trasladado.

Esa noche, su padre había regresado del hospital y Yi Jeong estaba con ellos porque su madre había insistido en que se quedara a cenar. Ga Eul tenía la persistente sospecha de que su madre estaba completamente bajo el hechizo de Yi Jeong y que probablemente confiaba en su juicio más de lo que confiaba en el de ella. Ga Eul estaba trabajando en la cocina y podía oír las risas de Yi Jeong y de su padre desde la sala de estar. Su madre entró en la cocina con una sonrisa.

-Tu novio es un amor - dijo mientras empezaba a poner arroz. Ga Eul puso los ojos en blanco

-Mamá, te lo he dicho, él no es mi novio, es un amigo. - Su madre protesto

-Bueno, si, él no es tu novio todavía - Ella suspiró

-Mamá, este es el tal Yi Jeong del que hemos hablado, el playboy número uno de Corea. ¿Realmente crees que es una buena idea que le digas a tu hija que lo haga su novio? -  Su madre era una romántica desesperada a veces. Chu Tye Hun se volvió para mirar a su hija

-No estaría aquí charlando con tu papá si todo lo que él quiere es meterse entre tus faldas

-¡MAMÁ! – grito  Ga Eul con la cara más roja que un tomate.

-¿Todo bien ahí dentro? -gritó su padre.

-Sí, todo está bien, querido -  su madre respondió con indiferencia. Luego miró a Ga Eul, aparentemente ajena a su mortificación: -Además, he visto la forma en que lo miras.

-¡No vamos a tener esta conversación! - Ga Eul murmuró. Su madre murmuró, ignorando completamente el malestar de su hija,

-Y he notado la forma en que él te mira, confía en mí, todo lo que tienes que hacer es tender la mano, él estará allí para sostener tu mano.

Aunque Ga Eul había dicho firmemente que no continuaría la conversación, no pudo evitar sentir una oleada de esperanza que  rápidamente descarto. No se permitiría creer que él la cuidaba más allá de los límites de la amistad. Ga Eul podía ser ingenua, pero no era estúpida. Era  So Yi Jeong. Más tarde o más temprano se aburriría de perseguirla y terminaría buscando a su próxima presa, dejándola a ella con su ego y corazón herido. No se permitiría ser otra más en su interminable lista de conquistas.
Los padres de Ga Eul tenían otras ideas. En la mesa de comedor papá comenzó su entrevista

-Yi Jeong, ¿qué planes para el futuro, hijo? - Se encogió de hombros con una media sonrisa

-Mi futuro está bastante bien, estaré trabajando en cerámica y tomando en mi cargo el Museo Woo Sung - Tye Hun preguntó

-¿Y qué hay del matrimonio? - Su sonrisa vaciló ligeramente, algo que Ga Eul estaba segura de que sus padres no notaron

-Me casaré con una rica heredera que mi familia elija y en el proceso haré que mi familia sea aún más rica de lo que ya son. tendré a los herederos, asegurando la continuidad de  Woo Sung

Cuando un casanova se enamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora