Luego de una clase de Educación Religiosa muy, muy, pero muy aburrida; sonó la campana que indicaba el comienzo del recreo. Los chicos se acercaron a mí y con una sonrisa me hicieron como una seña para que vaya con ellos. ____también me hizo señas para que vaya.
-Estaré bien. -Dijo con una sonrisa.
Con los chicos salimos al patio y nos sentamos en el suelo. El sol brillaba, estaba hermoso para estar afuera. Ella aún seguía presente en mis pensamientos. No quería reconocerlo, pero... está bien, lo admito: me gusta un poco _____.
-¿Cómo va el plan? -Me preguntó Louis.
-Bien, tal vez en alguno de estos días volvamos a salir... pero eso sí, la besaré en el último día cosa que sea nuestro primer y último beso. -Respondí, pero no estaba tan seguro de ello. A veces me daban ganas de besarla ya mismo, y no sólo una vez. Pero eran pensamientos tan contradictorios, y no iba a decir eso a mis amigos.
-No lo olvides, el día que la beses, nosotros debemos presenciarlo. -Volvió a decir.
Al día siguiente en la escuela era el momento de exponer oralmente todos los trabajos grupales que había pedido la profesora de Biología. ___ y yo seríamos los segundos en pasar. Primero pasaron dos chicas, Hayley y Mary, a ellas les tocaba hablar de una enfermedad rara que no tenía ni idea de lo que hablaban... pero que finalmente entraría en los exámenes integradores. Y bueno... ya habrá tiempo de estudiar, lo que más me preocupa son las matemáticas. Cuando las dos chicas comenzaron a hablar, podía notar como mis amigos reían por lo bajo de ellas. ____ también se dio cuenta y empecé a notar que comenzaba a ponerse cada vez más nerviosa.
-No quiero pasar, Liam. -Me dijo ella.
-¿Por qué? -Le pregunté.
-Se burlarán de mí, me harán sentir mal... no quiero pasar, no me importa si repruebo esta vez.
-No tengas miedo, después de todo, los fracasados son los que se burlan... hemos hecho un excelente trabajo, los libros de tu hermana nos han ayudado mucho... eres muy inteligente, no puedes hacer esto ahora.
-Es que estoy cansada, Liam... ya sé, hablaré con la profesora, le diré que me siento mal y le propondré exponerle a ella sola después de clase.
-No va a querer, la conozco.
-No es mala.
-Pero ella siempre insiste con "tienen que aprender a hablar porque en la universidad los exámenes son orales y bla bla bla..."
-Está bien... -Bufó mientras se cruzaba de brazos. -Pero iré al baño a arreglarme un poco el cabello.
____le pidió permiso a la profesora para ir al baño, cuando volvió, las chicas todavía seguían exponiendo. Finalmente las chicas terminaron, era nuestro turno. Me levanté yo primero y pegué en el pizarrón la lámina de cartulina que habíamos hecho, ella aún no se había levantado.
-___, ven... tienes que venir, tú también eres parte del trabajo. -Ella rodó los ojos y se levantó. Hasta yo podía sentir sus nervios. Decidí comenzar, para darle un poco más de confianza.
Hasta que finalmente llegó la parte en que le tocaba hablar a ella. Sabía que ella se sabía muy bien todo el tema, incluso las partes que no le tocaba decir. Ya habíamos repasado un poco antes. Estaba tan nerviosa que podía notarse en su voz, comenzó a hablar. Los demás no le sacaban los ojos de encima y eso la ponía aún más nerviosa. Mis amigos estaban murmurando algo -supongo que de ella- y riendo por lo bajo, pero no podía escuchar lo que decían porque estaban sentados al fondo. Había algunas chicas que le lanzaban miradas burlonas y también murmuraban cosas de ella entre ellas. Lo peor de todo es que ella se daba cuenta y eso la ponía peor.