"Para poder volar hay que aprender a caer"
A medida que pasa el tiempo, mi desesperación crece cada vez más. Seguirlos a los dos se había convertido en mi rutina diaria después de la escuela, pero ovbiamente que mis padres no lo sabían. Nadie en el mundo podría llegar a entender esto que estoy haciendo... todos me dirían "Déjala ir" o "Es su vida" o cosas así, pero yo sé que no. Y yo he cometido un error, fue en parte mi culpa, y por eso no me rindo... porque si yo lo ocasioné significa que yo puedo arreglarlo.
Ya me había "acostumbrado" a que ella al salir de la escuela corriera a abrazar y besar a Javier, pero en realidad me dolía cada vez. Ese día salió de la escuela, después de "saludar" a Javier subieron a su auto. Disimuladamente me tomé un taxi e hice como en las películas "siga a ese auto" pero cuando ví donde se detuvieron, para no levantar sospechas me bajé una cuadra después. Esa parecía ser la casa de Javier. Una casa aparentemente normal. Ví que al bajar del auto hablaban y ella sonreía, pero no podía distinguir lo que decían. Finalmente entraron.
Decidí observar por la ventana muy disimuladamente. Ante la menor discución entre ellos, rompería los vidrios sin que me importase más nada. Nada fuera de lo común por el momento, sólo hablan y ríen de vez en cuando. Debo prestar atención a sus expresiones.
Lo que ví después me rompió el corazón: Estaban besándose, otra vez. Estaban sentados en un sofa uno al lado del otro cuando él se acerca a los labios de MI chica. Luego de unos segundos se separaron, ella le dedicaba una sonrisa mientras él le decía algo al oído que no pude escuchar; ella sonreía aún más y volvían a besarse demasiado apasionadamente para mi gusto. Ahora ella estaba sentada encima de él mientras seguían besándose, podía ver cómo ese maldito dirigía sus labios al cuello de ___ y luego se quitó su camiseta. Mis ojos se estaban llenando de lágrimas, ya no podía soportarlo más y salí del lugar a toda velocidad.
-¿Estás bien Liam? -Preguntó Harry al otro día en la escuela.
-Cómo crees... -Le dije.
-Es por ___ ¿Cierto? -Yo asenti con la cabeza.
-Lo siento, otra vez.
-Nosotros también. -Dijeron los otros chicos.
Yo sólo me quedé en silencio y con la mirada perdida, el dolor que sentía era tan grande por todo esto que estaba pasando que sólo quería desaparecer. Estaba perdiendo cada vez más a ___, y lo peor es que por más que intento recuperarla cada vez se me hace más difícil. Si se pudiera leer la mente y ella leyera la mía... si ella tan sólo supiera lo mal que me hace esta situación, cuánto la quiero verdaderamente, cuánto la extraño, cuanto deseo estar junto a ella... que todo vuelva a ser como antes.
Otro día más, otro torturante día más. Los días pasaban y tenía que soportar verla mensajearse con ese delincuente. Ahora empezaba a sonreír otra vez, pero lo peor de todo es que no era por mí sino por él. El día de clases terminó, ella salió tan apurada que olvidó su celular y ni cuenta se dio. Decidí tomarlo para que nadie se lo robe... y ahora ¿Debo respetar su privacidad o leer los mensajes que se manda con Javier? Sé que debería respetar su privacidad, pero en este caso este tipo puede matarla en cualquier momento... es un caso especial, asi que fui directo a su lista de mensajes. El último mensaje -adivinen... de Javier- decía "Qué bueno que tu madre te haya dejado que vayamos a París de vacaciones de invierno... nos la pasaremos re bien, ya verás."
Oh no... ¡Se irán de vacaciones juntos! ¡Viajarán juntos! ¿Y si pasa algo malo en el viaje? Revisé más sus mensajes a ver si encontraba más información como fechas y lugares... una vez que reuní toda la información que necesitaba no lo pensé dos veces: Iría a escondidas a París a proteger a mi princesa. Y ahora iré a devolverle el celular.
Mientras me dirigía a su casa tenía la esperanza de encontrármela y de que hablaramos otra vez, de hacerla recapacitar de una vez por todas... pero no fue así. Me atendió su madre y me dijo que ella no estaba en este momento, así que sólo le dejé su celular y me fui frustrado a mi casa.
Cuando llegué encontré una nota de mis padres diciendo que no estarían en casa en todo el día y que cuide a mi hermanito. Sólo hice de cenar por el pequeño, porque si fuese por mí no hubiese comido. No tenía hambre, sólo dolor. Ni bien terminé, me fui a dormir enseguida. Jamás pensé que podría llegar a sentirme asi por ella, trato de recuperarla pero se me hace cada vez más imposible. Aún así no quiero rendirme, no me voy a rendir nunca ante ella. Las sábanas comenzaban a empaparse con mis lágrimas. Pronto me quedé dormido sin darme cuenta.
Estaban ___ con Javier en el living de la casa de ella. A pesar de que yo estaba allí, ellos no podían verme... no estaba escondido esa vez. Estaban hablando tranquilamente cuando comienzan a discutir, se empiezan a levantar la voz, a insultar... la pelea crece y de pronto ese hijo de puta le da una bofetada a mi princesa. Cuando quiero pararme a darle su merecido ¡No me puedo mover! ¡Mierda! ¡Estoy paralizado! Intento gritar pero no me escuchan... ni siquiera puedo mover mis brazos para tomar al menos algún obejto y lanzárselo a ese delincuente. Ella no se queda atrás y se defiende, comienzan a golpearse cada vez más agresivamente hasta que en un momento él toma una pistola. Con una mano toma muy fuertemente las manos de ___, y con la otra la apunta en la frente. Ella luchaba por zafarse pero le era imposible, sólo le quedaba gritar... y yo ni eso podía hacer, ni gritar, ni moverme... Me desperté sobresaltado, era sólo una pesadilla. Una vez que recuperé la razón decidí llamarla, pero no respondió... pero bueno, ella me odia... no creo que esté muerta de verdad ahora mismo.
Gracias a no haberles perdido pisada en ningún momento, pude darme cuenta de todos los detalles del viaje. El día finalmente llegó y yo les dije a mis padres que iría a visitar a la abuela en Francia.
No me fue difícil encontrarlos a los dos. Era ya su segundo dia allí, iban de noche caminando por un parque de lo más bien cuando en un momento comienzan a discutir. Estaba escondido y escuchaba que se estaban gritando cada vez más pero no llegaba a distinguir bien qué decían. En un momento él le dio un pequeño empujón, ella le gritó aún más y él le dio una bofetada mucho más fuerte que la que había visto en mi sueño. ¡CON ___NO! ¡No voy a permitir que ese hijo de puta trate así a mi princesa!
Me salí de mi escondite, corrí hacia ellos que estaban golpeándose cada vez peor, intenté empujar a ___ para separarnos y me dirigí a Javier para darle un puñetazo en la cara, pero él me lo devolvió y tomándome de los hombros de mi camiseta me preguntó:
-¿¡QUIÉN MIERDA ERES!?
-¡SOY LIAM, Y NO VOY A PERMITIR QUE TRATES ASÍ A ___! ¡Ni a ella, ni a ninguna más! -Grité.
-¡No vas a decirme qué hacer, tampoco permitiré que te metas! -Me gritó y volvió a golpearme, yo no me quedé atrás tampoco... hasta que en un momento sacó un cuchillo.
-¡JAVIER, NO! ¡NO LO HAGAS, POR FAVOR! -Gritaba ___ histérica mientras se acercaba a nosotros.
-¡___ NO! -Grité. Ella se había interpuesto entre nosotros y ese hijo le ha lastimado el brazo. Continuamos forcejeando, y todo lo que pude sentir fue un gran dolor en el cuello.