La noche había sido bastante larga para todos en el edificio policial.
Habían usado un grupo completo para monitorear cada aspecto de la misión que se llevó a cabo, dejando un porcentaje mínimo de error. Fue mucho más difícil de atrapar de lo que predijeron, el hombre iba escoltado con dos autos más que, al comenzar la persecución con la policía, abrieron fuego de manera indiscriminada por las calles abandonadas a esas horas de la madrugada a excepción de algún vagabundo o joven alcoholizado.
Casi se les había escapado de las manos entre las calles de la ciudad, pero gracias al apoyo de la patrulla del grupo del agente Park y la emboscada que armaron como plan de contingencia, los delincuentes no tuvieron otra opción que rendirse después de agotar sus municiones. Hubo unos cuantos heridos, pero ninguno de gravedad o a punto de morir.
TaeYong fue quien puso las esposas al hombre de unos cuarenta años, que lo miraba como a un simple insecto. A pesar de verse atrapado no agacho la cabeza ni mostro arrepentimiento alguno.
Así permaneció incluso en la sala de interrogatorios.
"Dígame, comandante Lee." Fueron las primeras palabras que le dirigió mientras lo miraba con una sonrisa calmada. "¿Qué espera que pase después de esto? Imagino que cree que puede salvar el mundo." El tono burlón no causó la más mínima reacción en TaeYong que solo lo observó.
Después de atrapar al llamado "Señor Jung", mensajes extraños habían comenzado a llegar a su número, no pudieron rastrearlo porque no estaba registrado a nombre de nadie, parecía de aquellos móviles desechables. No lo guiaban a ninguna parte.
"Jung Hoseok, usted parece un hombre bastante educado."
La frase hizo que el hombre alzara la ceja intrigado por lo que vendría después.
"Creo que es lo suficientemente inteligente para saber que tenemos pruebas contundentes de su participación activa en la red de tráfico de menores, ¿Sabe cuántos años le darán por ello?"
El hombre rió y negó, obviamente no le interesaba en lo más mínimo lo que llegase a pasarle. Había vivido mucho tiempo haciendo lo mismo, su respeto por las leyes y autoridades desapareció tiempo atrás y un niño como aquel no le asustaría.
"No me interesa cuantos años me den, ¿De verdad cree que alguien tan insignificante como usted podrá resolver todo esto? El simple hecho de que un don nadie me haya capturado me irrita." La faceta del hombre cambio a una totalmente oscura. "Espero que lo torturen y se lleven todo lo que más ama, comandante, Kim DongYoung, el omega por ejemplo."
La mandíbula de TaeYong se apretó, y sus puños se estamparon contra la mesa de metal con total fuerza. Estaba bien, que lo intentasen matar, que quemaran su casa y que lo amenazaran directamente. Pero que quisieran meterse con DongYoung era una aberración.
"Estoy perdiendo la paciencia, Jung."
"Yo también comandante, y le aseguro que eso no es una buena señal."
"¿Vas a hablar o debo ser más imaginativo en mis tácticas?" preguntó TaeYong, si lo provocaba, el haría de la estancia de ese hombre allí un calvario.
"Estoy curioso por saber que se le ocurrirá." El señor Jung sonrió con los labios apretados y TaeYong se levantó de la silla, caminando alrededor.
"Comenzaré con las preguntas nuevamente, y es mejor que responda."
"Quiero un abogado." Había dicho lo mismo varias veces, pero el comandante hacia oídos sordos.
"Ni un abogado, ni el mismísimo Papa podrán sacarlo de aquí sin que yo tenga respuestas, señor Jung." TaeYong se dirigió a la puerta y con una señal con su mano dos agentes se acercaron y entraron.
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The One I Can't Love [TaeDo]
FanficLee TaeYong, comandante de la policía de Seúl es transferido a una pequeña ciudad lejos de la capital donde se han reportado un incremento alarmante de desapariciones. En medio de su trabajo y adaptarse a su nuevo ambiente, su destino se verá atado...