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Sollozo bajo mientras permanecía sentado en los escalones de la entrada de la academia. Había pasado una semana desde que TaeYong le respondía y se sentía como un infierno.

La vida era un infierno.

Escribió otro mensaje instantáneo, mordiendo su pulgar mientras lo enviaba.

El rendimiento en la academia estaba bajando y su protagónico estaba en peligro. Había bajado dos libras y su vida era un completo desastre.

Porque su vida amorosa era un desastre.

Porque dependía de TaeYong de una manera impensable.

Se quedó mirando la pantalla durante un largo rato. Esperando algún indicador de que había sido leído. Pero nunca pasó.

Y las lágrimas volvieron a caer desesperadas por sus ojos. Su pecho dolió y sintió un vacío en su estómago.

Náuseas.

Ni siquiera había podido comer un bocado decente desde hace unos días atrás.

Todos se habían ido hace poco, justo cuando el ensayo finalizó y a el le recomendaron reposar de manera debida.

Con los puños cerrados, enjugó sus lágrimas que caían, lastimando sus párpados y pómulos por la fuerza que empleaba.

Un pañuelo color salmón cayó en su piernas, haciéndolo detenerse de manera abrupta. No deseaba que nadie lo viera en ese estado.

"Límpiate la cara y levántate. Vamos a ir a un lugar." La voz de JaeHyun sonó clara mientras daba unos pasos hacia atrás y esperaba a que el tailandés se pusiera en pie.

Chittaphon no puso resistencia.

Tal vez porque la soledad lo estaba matando.

O porque necesitaba a su amigo de vuelta.

"Hoy te toca a ti Lee Jeno." Dijo Mark mientras se sentaba en el regazo del anteriormente nombrado.

"No, estoy casi seguro que te toca a ti." Aseguró mientras posaba su mano por la espalda del otro, apenas tocando su trasero antes de que Mark lo apartara de un manotazo.

"Irás a sacar la basura."

"No quiero." El pelinegro tomó por la cintura al rubio, abrazándolo con fuerza. "Yo siempre lo hago."

"Yo siempre me encargo de lo demás." Le recordó Mark mientras peinaba los cabellos de Jeno hacia atrás, y el menor soltaba una risita.

"Un beso."

Mark solo sonrió, el menor lo soltó y el se bajó de su regazo, sentándose en el mueble.

"¿Un beso?"

"Sacaré la basura si me das un beso."

El rubio lo miró y asintió, acercándose a Jeno y dándole un corto beso en los labios.

"Ahora sí, ve."

Llevaba el móvil en una mano y la basura en la otra, caminando despacio hacia el depósito. Unos pequeños gimoteos en el callejón húmedo lo hicieron pararse.

El índice de robos había disminuido últimamente, pero siempre podría haber alguien asechando en la oscuridad.

Lanzó la basura en el contenedor, ordenado por colores entre orgánicos e inorgánicos. Un estornudo resonó en el lugar y Jeno miró hacia todas partes, buscando a la persona que hacía ruidos.

Caminó un poco más adentro del callejón, cada vez escuchando los sonidos más cerca, voces bajas e infantiles responderse el uno al otro, más quejidos u cosas revolviéndose.

Giró la esquina y vio a dos niños. Se veían bastante jóvenes y sucios, uno lloraba bajito mientras se tocaba el estómago y el otro acariciaba su espalda mientras parecía aguantar las lágrimas.

"RenJunie, perdóname, hoy no pudimos conseguir nada." Dijo un niño y el otro negó, aún con lágrimas en los ojos.

JeNo no se creía especialmente empático, tampoco la mejor persona del mundo. Pero ver a dos niños en la calle solos a esas horas hizo que su estómago se revolviera de manera dolorosa.

Se acercó, alertando a los niños de su proximidad, haciendo que estos lo miraran asustados.

"Hey... ¿No deberían están en casa?" Preguntó amable mientras los niños seguían sus movimientos.

Ninguno dijo nada, solo un sonido de tripas sonando fue la respuesta. Y JeNo no pude evitar que las palabras salieron de sus labios.

"¿Quieren comer algo?"

JaeHyun sabía cómo sería al día siguiente.

Sabía que sería olvidado nuevamente, que Chittaphon actuaría como si todo fuera un error y lo mandaría a volar.

No supo lo que sentía - o no quiso admitirlo - hasta unos años atrás, cuando ambos dejaron la adolescencia. Se había enamorado del tailandés, de su mejor amigo.

Salió con otras chicas, pensando que así podría olvidarlo todo. Jamás pensó que los papeles se invertirían y que el olvidado sería el... Que Chittaphon saldría con alguien.

Fue bastante tonto y egoísta.

No había sabido nada del amor en ese entonces.

Pero su corazón no paraba de latir rápido mientras Ten se removía desnudo a su lado, apretado en un abrazo fuerte. Lo había escuchado hablar borracho de TaeYong, llorando mientras maldecía.

Se habían embriagado, y una simple mirada los llevo a ambos a compartir una cama de hotel.

Lo miró al rostro, los párpados hinchados por las lágrimas y las facciones relajadas...

Y se preguntó si aún después de tanto tiempo lo amaba de la misma manera.

✝ 

☀️

Adivinen quien está feliz hoy.

Al final todo se resolvió (no fue fácil pero lo hice 🌝) y me siento super bien y con una carga menos.

Las amo

🐼

The One I Can't Love [TaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora