Capítulo 41: La caída de un guerrero

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Las miradas entre ambos se cruzaban y un ambiente bastante tenso se sentía alrededor de ellos. Los Asquerius que estaban cerca de la zona se alejaron y dejaron solo a Kevin con Maito mientras que Zet y Baltross decidieron colocarse en frente de Kevin e impedir que su padre le hiciese algo.

-Alejate de él Maito. No permitiremos que lo toques- le dijo el líder del grupo de los Asquerius. La decisión se reflejaba en sus ojos pero era aún mayor la oscuridad que venís por parte de Maito quién permaneció inmóvil ante aquella amenaza.

-Chicos aléjate es mejor que nos dejes esto a nosotros. No te preocupes nosotros te defenderemos- Apoyo Baltross la decisión que tomó Zet pidiéndole al chico retirarse del lugar pues sabían que correría peligro si Maito lograba atrapar a Kevin y llevarlo ante Draco que había Sido la misión que tenían los Asquerius y ambos lo sabían muy bien ya que no había otra explicación al ataque indiscriminado hacia los Shesianos.

-¡No!- le contestó con furia - Él apoyo al ataque de Firo y por su culpa mi madre está muerta y puedo dejarlo ir tan fácilmente además prometí que no dejaría que nadie se sacrificara más por mí- le respondió Kevin de una manera directa.

Maito empezó a avanzar lentamente. Zet y Baltross se pusieron en posición para atacar en cualquier momento. Kevin por otro lado solo observaba con ira el rostro de uno de los asesinos de su madre y que sin lugar a dudas no parecía mostrar ningún tipo de arrepentímiento.

-Cúbreme- le pidió Zet a Baltross dando inicio a la pelea y saliendo el corriendo en dirección a Maito. Cuando se encontró a una distancia prudente decidió ser él el primero en atacar. - ¡Akir!- pronunció el Auros lanzandole a Maito un potente ráfaga de aire que lanzó desde sus manos.

Maito tan solo sonrió y colocó su mano al frente y unos pocos instantes antes del que el conjuro de Zet pudiera tocarlo decidió lanzar un contraataque -¡Ion Gravidon!- pronuncio tenuemente Maito haciendo que una lluvia negra cayera sobre el suelo y sobre Zet que fue protegido por uno de los escudos de Baltross.

-¿Que es eso?- preguntó Kevin viendo como fácilmente destruyó las corrientes de aire que conjuró Zet.

-No lo sé, pero está destruyendo mi escudo.... No podré mantenerlo por más tiempo- dijo Baltross notandosele en la voz el esfuerzo tan grande que estaba haciendo él para poder mantener su escudo pero no duró mucho pues al cabo de unos segundos terminó por romperse.

-Zet...- Kevin observaba como esa extraña lluvia negra caía sobre su amigo provocándole un gran daño en todo el cuerpo.

El chico salió en su auxilio e invocó un conjuro que pudiera golpear a Maito y así se anulará su conjuro. -¡Akurga!- pronunció el chico despidiendo de su mano un potente cañonazo de agua pero que no logro penetrar aquella lluvia oscura pues apenas entro en ella el agua cayó violentamente al suelo sin ni siquiera darle poder darle a Maito.
Zet se levantó con difícultad pero  al estar semi de pie pronunció otro conjuro -¡Sekan Naygus!- pronunció Zet invocando a su alrededor una cúpula de aire que repelía en mayor medida la lluvia oscura que caía sobre él.

-No lo intentes, sabes que es este conjuro y desde el momento en que te toco perdiste la pelea- se bufaba Maito de Zet quién con todos sus fuerzas trataba de repeler el ataque de el Asquerius pero con su conjuro no evitaba del todo que la lluvia oscura cayera sobre él lo que hacía más difícil que se mantuviera de pie. -Olvídalo, no es a ti a quién vine a buscar- la energía que recorría la mano de Maito se hizo más grande y esta vez la lluvia oscura provino de un costado lo que tomó por sorpresa a Zet y de no ser por un escudo adicional que levantó Baltross para proteger a Zet en el último instante él hubiera muerto pero tan solo lo mando por los aires y cayó bruscamente contra un árbol.

Fénix: El Inició Del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora