14.

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"¡¿Y quién demonios te dijo a ti qué esto es una relación?!".


No One's Point View.

Justin palideció al ver el mensaje qué le habían enviado. Rápidamente se asomó por el balcón, y vio dos camionetas negras, junto con el Mustang de Jace. Bajándose de los autos, eran alrededor de 11 chicos. Jace, Sam y los otros 8 qué definitivamente no conocía. Maldijo al instante al hacer la fiesta en la casa de Emma, eso la estaba llevando a su muerte.

— ¿Qué está mal? — Pregunto Emma, viendo cómo los músculos de Justin se tensaron. Justin volteó a verla, y se acercó.

— Nada nena, quédate junto a mi toda la noche, no te despegues ¿sí? Por lo qué más quieras. — Ella asintió. Justin beso su cien, y la tomo de la mano para salir y dirigirse a la sala, la cual estaba ya llena de personas, con la mirada buscaba a alguno de los chicos, pero no encontró a ninguno.

Así qué camino hacía la cocina, ahí se encontraba Jessie, Ryan, Christian y una chica desconocida para Emma, la cuál era novia de Chris.

— Hey Justin. — Está saludo a Justin con un abrazo y sonrío en dirección a Emma.

— ¿Qué tal te va Lou? — Justin presento a la chica, la cuál se llamaba Louisa Lee. Tenía una relación con Christian de 5 meses, la había conocido en una cafetería donde Christian frecuentaba, ya qué para él, servían los mejores brownies de Seattle.

Louisa trabaja ahí, y siempre qué Chris iba, la pedía ella cómo mesera.

Jessie, Lou y Emma se quedaron juntas hablando, mientras Justin y Ryan discutían sobre el mensaje qué le enviaron a Justin.

— ¿Y tú y Justin? ¿Desde cuándo? — Dijo Lou, mirando a Emma. Está se sonrojo, siempre le hacían preguntas referente a eso.

— Desde hace algunas semanas, no tenemos mucho tiempo conociéndonos. — Respondió jugando con sus manos.

— Pero eres hermana de Ethan, ¿cómo es qué no te conocíamos?

— Yo no estaba al tanto de lo qué Ethan hacía, y lo supe hace algunos días. — Ella asintió, y siguió hablando sobre todo lo qué paso cuándo Jessie se fue a Italia.

...

La fiesta marchaba bien hasta ahora, no había ningún movimiento sospechoso, y Justin miraba a cada momento el grupo de chicos qué habían llegado hace unas horas, grabando en su mente sus caras, averiguaría sobre ellos, ellos atacaron primero, eso quiere decir qué están iniciando una guerra.

Y una guerra para Justin, no había la opción perder. Emma se mantenía siempre con Justin, llegaron a bailar juntos, incluso tuvieron su sección de besos intensos y salvajes en el baño, dónde Justin otra vez paró por casi perder el control. No saludó a Jace, quién la veía preocupado y confuso de su cercanía con Justin. 

Jessie, y Lou eran lo mismo con sus chicos, se mantenían cerca. Habían más chicas qué andaban con los otros participantes del equipo, pero Emma no las conocía, y nadie se tomaba la molestia de presentarlas, Justin lo único qué le dijo fue qué eran chicas con quién ellos andaban para acostarse con ellas, no tenían nada oficial, y Emma se cuestionó sobre si Justin era igual, a lo qué su subconsciente otra vez intervino con un 'Por supuesto qué sí, no puedes ser tan tonta'.

Ya eran al rededor de las 4:30 am, y todos se estaban yendo. Había vasos de alcohol regados por todas partes, muchas chicas salían con sus vestidos ladeados, o más arriba de lo normal, incluso muchas bragas en el suelo, Emma al ver eso hizo un gesto de asco ¿cómo una chica podía estar sin bragas?

Pensaba qué eso podría ser lo más incómodo del mundo. Justin y los demás chicos veían salir al grupo de chicos sonrientes, los veían con rabia, sabían lo qué se acercaba, y no era sano ni para ellos ni para nadie.

Emma se dirigía a su habitación para cambiarse, quería ponerse una pijama y acostarse abrazando a Justin, pero al llegar rápidamente gritó del susto, llevando sus manos a su boca al ver la escena enfrente de ella.

...

Emma Reed..

— Iré a cambiarme, ¿está bien? — Le dije a Justin quién veía a Jace, y lo qué yo creó qué eran sus amigos con rabia, aunque me parecían desconocidos, no los había visto en la universidad, ni en la ciudad siquiera.

— Está bien nena. — Justin depositó un beso en mis labios, para luego soltar mi mano. Subí las escaleras a mi habitación, no aguantaba la calor, y ya me había quitado los tacones qué me mataron durante toda la noche.

Al abrir la puerta de mi habitación, grite del espanto, había un una chica tirada en su propio charco de sangre. En segundos llegaron Justin, y los demás viendo lo mismo qué yo.

— ¿Qué demonios es esto? — Dijo Jake, quién veía desconcertado la chica. Era una rubia, vestía un short y un top rojo con tacones negros, su labial rojo corría por su barbilla. Me adentre un poco, pero Justin sostuvo mi brazo impidiéndome caminar más.

Vi a mi alrededor y en el espejo había una nota escrita con un lápiz labial rojo, el mismo de la chica. Señale al lugar para qué todos vieran lo mismo qué yo.

'¿Te acuerdas de ella, Bieber? Te la follaste ayer en horas de la tarde. Pronto habrá un próximo'.

— ¿Qué se supone qué significa eso? — Dijo Lou. Yo sólo estaba atónita viendo la nota, la chica y a Justin quién tenía su mandíbula apretada, y sus puños cerrados.

— Nos han declarado la guerra. — Dijo Justin amargamente. Sus hombros estaban tensos. Minutos después, ordenó a los chicos qué se hicieran cargo del cuerpo, y llamo a algunas señoras de servicio para qué se hicieran cargo de la sangre y del espejo.

Me jaló hacía el auto, dónde no dijo absolutamente nada, y condujo hacía un departamento.

— ¿Dónde estamos? — Pregunté secamente, aún las palabras de la nota se repetían en mi cabeza.

— En mi departamento. — Dijo aparcando su auto.

— ¿Te follaste a la chica aquella? — Se puso aún más tenso y rígido ante mi pregunta. Pero se quedo en silencio. — ¡¿Alguna maldita vez vas a responderme cuándo te pregunto algo?! — Grité, estaba cansada de su silencio ante mis preguntas, cansada de qué siempre me ocultará las cosas.

— ¡Sí lo hice! ¿Feliz? — Gritó.

— Eres un maldito imbécil asqueroso. — Lo golpee fuertemente consumida por la rabia. Saco de la guantera un cigarrillo, pero lo agarre y lo tire por la ventana.

— ¿Qué coños te sucede? Maldita sea. — Golpeo el volante fuerte, lo qué provoco qué saltará del susto.

— ¡Qué me estás ocultando cosas. Estás con otras a mis espaldas, eso es lo qué sucede imbécil! ¿Quién te dijo qué así podías comenzar una relación? — Grite alzando mis brazos mientras hablaba.

¡¿Y quién demonios te dijo a ti qué esto es una relación?! — Sus palabras fueron cómo si todo mi mundo se cayera encima de mi, cómo un balde de agua fría qué me despertará de un sueño. No podía ser real, él no había dicho esto.

'Sí, sí lo dijo'. Hablo mi subconsciente. ¿Cómo podía decirlo? Se qué no eramos novios, pero tampoco amigos, teníamos algo fuera lo qué fuera. Al ver cómo mi cara cayó, y mis ojos se abrieron mostrando el dolor qué me causo, su rabia paso a culpa.

— Yo no quise decir eso Emma, estaba cabreado y.. — Lo interrumpí, saliendo del auto, y corriendo hacía un lugar lejos de él. Las lágrimas no dudaron en salir, y sólo pude llegar a una calle vacía, dónde agarre un taxi y di la dirección de mi casa. Era un maldito imbécil, eso lo sabía. Pero nunca me habría imaginado qué dijera esas cosas.

It had to be you | jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora