3.

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"Llévame a tu cama, estoy tan necesitada".


...

— Un mocca con doble chocolate, por favor. — Le dije a la mesera qué atendía nuestra mesa.

— Un capuccino con doble crema y doble azúcar, con un toque mínimo de canela. — La chica asintió, anoto todo en su diminuta libreta y se retiro diciendo un 'enseguida'.

— Y cuéntame.. ¿Porqué no dejaste qué le partiera unos cuantos huesos más a ese chico? — Ella instantáneamente volteo su mirada hacía a mí y me miro como sí tuviera tres cabezas.

— ¿Estás mal? Noah nisiquiera puede respirar bien, tiene moretones en toda la cara, le rompiste la nariz entera, le dejaste un ojo morado, su labio sangra, y casi le rompes un diente, sin contar qué a penas puede caminar con los horribles moretones en su estomago. — Dijo preocupada y molesta al mismo tiempo.

— Bueno, pero por lo menos vive. — Me encongi de hombros riendo. Y era realmente una suerte qué otros desearían tenerlas, sí siguieran viviendo claro. — ¿Porqué te importa tanto? ¿Tienes algo con él? — Dije esperando su respuesta. — Oh, espera. ¿Te acuestas con él? — Al decir esto, sus ojos se abrieron como platos,
y ya no mostraba preocupación, ahora era rabia, mucha rabia.

— Vete a la mierda, no tengo porqué decirte lo qué tengo o no con alguien. — Respondió. Aun esperando su respuesta, pasaron algunos minutos para qué hablará. Me gustaba hacerla enfadar, era gracioso. — No, no me acuesto con él, es mí vecino. — Dijo mirando a otro lado menos a mí. Iba a decir algo, cuándo me interrumpió la mesera con nuestros cafés.

— Espero y lo disfrutes. — Su comentario fue dirigido a mi y se retiro pavoneando su trasero, sabiendo qué yo la veía.

— Esto es extremadamente incómodo y completamente asqueroso. — La pelirroja hizo una expresión de asco qué causó una sonrisa en mí.

— Eso nena, es lo qué los encantos Bieber causan, qué todas tengan qué mover y enseñar tus atributos exageradamente para qué yo les dedique de mi valioso tiempo. — Se rió y me contagio. Por primera vez la veía reír y no era sarcásticamente.

— Eso nene, se llama "Llévame a tu cama, estoy tan necesitada". Definitivamente no lo qué tus dichosos encantos causan.

— Disculpa. A lo único qué logre captar con atención, fue al 'nene' qué me dijiste. — Se sonrojo y bajo su mirada hacía la mesa, reí internamente, era dulce.

Logramos hablar durante una hora de cosas sin sentido, ella me contaba anécdotas sobre su vida, cuándo una vez se cayó de un árbol y me preguntó cuál era mi color favorito, mi canción favorita, conversación qué jamás había tenido con una chica, nisiquiera recuerdo haberme sentado a tomar un café con una chica, siempre era unos cumplidos, coqueteo, y directo a un hotel, no me gustaba llevarlas a mi apartamento. 

En esa hora también ordeno brownies y pasteles, se reía haciendome saber en cada pedido qué estaba 'gastando mi dinero por ser un acosador'.

Decidimos irnos ya qué ella tenía cosas pendientes en su casa. Le di mi tarjeta de crédito a la mesera y luego volvió con una diminuta hoja, suponiendo yo qué era su número.

— Fue un placer Justin.

— Oh te acuerdas de mi nombre, creí qué a nadie le importaba eso. — Coloque mí mano en el pecho con una expresión de sorpresa.

— Sigue sin ser importante. — Se acerco y me dio un beso en la mejilla, para luego hacer un gesto con su mano de despedida y regalarme una sonrisa.

— ¡Espera! — Grite, ella volteó apunto de adentrarse en su Porsche. — Aún no sé tu nombre.

— Dijiste qué lo averiguarías, suerte con eso. — Aceleró, haciendo su camino y sólo pude reírme de la tarde qué acabo de pasar.

...

No One's Point View.

Emma al llegar a su casa, noto qué no estaba nadie aparte de ella así qué subió hacia su habitación, se saco su camiseta y sus zapatos, puso su móvil en la mesilla de noche, y al tocar la cama cayó en un profundo sueño.

Por otro lado, Justin ya estaba en el almacén dónde planeaba todo junto a sus chicos, sin omitir cada detalle.

Horas más tarde, todo estaba hecho: cómo iban a entrar, a pasar desapercibidos, a agarrar la mercancía y salir limpios. Era una misión suicida sin duda. ¿Pero qué cosa no era posible para The Kings?

— Búeno, ya todo está planeado. — Dijo Justin, observando de nuevo el plano dónde mostraba todo el departamento de policía, sus entradas, salidas, entradas secretas, oficinas, absolutamente todo. — No debe haber ninguna falla. — Advirtió. Todos asintieron a su comentario. — Tengo qué irme. Los quiero a todos mañana aquí a las 2:30pm, sin falta. Nos vemos. -— Se despidió de cada uno con el típico saludo–abrazo, y se fue.

Al llegar a su departamento, lo primero qué hizo fue quitarse toda su ropa y quedarse en boxers, se tiro a su cama, y vio el techo recordando lo sucedido de hoy.

Flashback.

— Dime cuál es tu color favorito. —Emma dijo comiendo su tercer brownie, y Justin río ante el comentario de esta.

— ¿De verdad estás queriendo saber cuál es mi color favorito? — De un momento a otro, Emma paso de estar tranquila, a completamente apenada y sonrojoda. — Está bien te lo diré. Mi color favorito es.. — Justin hizo algunos sonidos en la mesa cómo suspenso. — El negro.

— ¡Lo sabía! — Exclamó señalando con un dedo a Justin.

— ¿Ah sí? — Enarcó una ceja juguetonamente.

— Es obvio, estás vestido de negro, tu coche es negro, tu reloj es negro.

— Yo soy negro. — Interrumpió Justin, al decir eso la chica estalló en risas.

— Por Dios, eres un leche. — Río fuertemente.

— ¿Soy un leche? ¿Eso qué quiere decir?

— Qué eres extremadamente blanco. —Justin sonrío, pensaba qué esa chica era únicamente loca.

— Y tú extremadamente sexy. —Inmediatamente las mejillas de la chica se le tornaron rojas cómo tomates, y aparto su mirada nerviosa.

...

Tanto pensar en la tarde que había pasado, quedo dormido en un profundo sueño..

3:47 am.

— ¡NO! — Los gritos de Justin eran de desespero, se movía de un lado a otro en su cama. — No por favor, no lo hagas.. — Susurraba completamente asustado y desesperado, estaba teniendo una de sus muy comunes pesadillas. — ¡MAMÁ! — Inmediatamente despertó sobresaltado, miro a su alrededor reconociendo su departamento, estaba sudando, temblando, miro la hora en su móvil y se levanto caminando hacía la cocina, lleno un vaso de agua y fue hacía el living, encendio la televisión y puso una película de terror, no duro mucho antes de volver a dormir.

It had to be you | jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora